La representante de Canadá para Miss Mundo y activista por los derechos religiosos, Anastasia Lin, acusó ayer al gobierno chino de querer silenciar sus críticas al régimen comunista tras denegarle la entrada al país para concursar en la final del certamen de belleza.
Lin, quien permanece desde el jueves en Hong Kong después de que Pekín le denegara el visado para acudir a la ciudad china de Sanya, donde se celebra el concurso, lamentó en una rueda de prensa en Hong Kong que el gobierno haya ofrecido el silencio como respuesta a su situación.
Conocida por su activismo a favor de los derechos humanos y seguidora del grupo religioso Falun Gong —prohibida en China, donde se considera una secta peligrosa—, Lin pidió la colaboración ciudadana, de los medios de comunicación y de su gobierno para forzar a las autoridades chinas a que revelen los motivos por los que ayer se le negó su visado para acceder al país.
“No debería defender esta batalla yo sola”, dijo Lin, una modelo y actriz de 25 años nacida en la provincia china de Hunan, pero que emigró a Canadá junto con su madre a los 13 años.
Lin reclamó al gobierno canadiense una mayor implicación para defender su presencia en el concurso y afirmó que, tras el apoyo inicial, las autoridades de su país no demostraron más interés por su caso.