Cada vez que alguno de los dos mil habitantes de San Juan de Nicaragua, Greytown, entra o sale del pueblo tiene que anotarse en una lista y luego pasar una revisión minuciosa por miembros del Ejército en la caseta del atracadero, que se construyó hace menos de dos años. Se hace una fila que puede ser larga o corta, dependiendo de la cantidad de viajantes, y se espera por el minucioso registro de los militares. Esa no será la primera ni la única requisa.
Y no solo los lugareños son sometidos a la requisa: cualquier visitante, nacional y extranjero, pasa por el registro.
Una vez que sale la panga del atracadero por el río Indio y luego por el río San Juan, en cualquiera de los ocho puestos militares situados a lo largo de esta carretera acuática, soldados del Ejército pueden subir a la embarcación y hacer el mismo registro. En ocasiones solo solicitan la lista, con los nombres y datos básicos de los viajantes (edad, número de cédula, destino y procedencia) o puede ser que los soldados pidan el documento de identidad y abrir nuevamente las maletas. Así el viaje en panga, previsto para 6 o 12 horas (en la embarcación lenta) se alarga una o dos horas más.
La revisión no es la única medida del Ejército de Nicaragua en el ejercicio de la soberanía en esa zona del país, según faculta el decreto número 79-2009.
Si algún poblador quiere reparar su casa debe hacer trámites ante el Marena (Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales) para cortar un árbol o aprovechar la madera de un árbol caído. A lo mejor logra el permiso del Marena, pero luego los mandos del Ejército en la zona le niegan el permiso. Eso le pasó a un poblador que trabaja como guardabosques en la Reserva Indio Maíz, quien prefiere omitir su nombre.
En estos días en el poblado hay pretensiones de reactivar la pesca. Los directivos de la cooperativa de pesca de Greytown, Juan García y César Collado, exalcalde y vicepresidente de la cooperativa, se han reunido con los mandos militares presentes en el pueblo para ver de qué manera se podía regular el tema de los zarpes que permiten a los pescadores navegar por 12 horas, de 5:00 de la mañana a 5:00 de la tarde.
Los pescadores solicitaron que “se diferenciara, porque hay especies que se pescan más de noche, como el pargo, pero no lo podés hacer porque de lo contrario te llaman la atención, se puede considerar una actividad ilícita y a lo mejor hasta puede ocurrir la suspensión de la licencia. Esos temas los estábamos revisando” con los mandos locales, explicó Collado, quien agregó que sería oportuno “que los altos mandos del Ejército los pueden revisar” o lo tomara en cuenta la misma Comisión del río en la Asamblea Nacional.
Collado recordó que San Juan de Nicaragua es parte del departamento, pero no está sobre el río San Juan, que es la zona geográfica para la cual rige el decreto 79-2009.
AHUYENTA AL TURISMO
“A raíz del problema de río San Juan (por Harbour Head en 2010) vino Edén Pastora, vino con el asunto y llenaron todo el lugar de militares. Allí cambió todo. En verdad necesitamos seguridad nacional, por un lado es bueno, pero por otro es malo, nos sentimos acosados de una manera indirecta o a veces hasta directa, cuando de manera irrespetuosa los militares nos hacen la requisa. No solamente a los nacionales, sino también al turista que viene a dejarnos el dinero para poder vivir bien. Y todo por seguridad nacional, por soberanía nacional”, lamentó Enrique Gutiérrez, propietario del hotel Evo, uno de los 17 negocios turísticos que funcionan en el pueblo.
Gutiérrez asegura que no solo los turistas no vuelven, sino que algunos inversionistas que querían apoyar el turismo en la zona se han retirado por esa excesiva presencia militar.
“Con el Ejército cada día es más ceñido todo”, agregó Gutiérrez y recordó que antes de 2010 había Ejército en la zona, pero “todos íbamos y veníamos”, se podía trabajar, asegura el pequeño empresario.
Para los pobladores, la vigilancia excesiva del Ejército contrasta con la inversión que se ha hecho en infraestructura, tanto en el muelle como en la construcción de andenes, instalación de luminarias, entre otros proyectos que buscan mejorar la imagen del lugar.
El propietario de un bote recuerda que en 2013 un equipo de periodistas de un programa internacional llegó a la zona para filmar la actividad de especies marinas; sin embargo, fueron retenidos por los militares y los obligaron a borrar lo que habían filmado. “Al otro día se fueron los periodistas”, dijo el poblador.
LA PRENSA se comunicó con la oficina de Relaciones Públicas del Ejército de Nicaragua para intentar conseguir una versión sobre la problemática expuesta por la población. Se envió un correo electrónico. Se llamó en repetidas ocasiones a lo largo de una semana, pero no respondieron.
MENOS TENSIÓN
El exalcalde cree que el Instituto de Turismo (Intur) debería trabajar en promover ese extremo del país, al que se llega vía acuática por los ríos San Juan e Indio.
Collado cree que la “tensión” entre la población y el Ejército ha ido mermando y cree que “como nicaragüenses debemos estar conscientes” de que es necesaria su presencia.
MEJOR ATRACTIVO TURÍSTICO
Las 17 pequeñas empresas hoteleras de San Juan están interesadas en ampliar la oferta para los turistas, a pesar de que en esta época están llegando muy pocos visitantes.
Para ello se ha creado una nueva ruta de transporte que va de San Juan de Nicaragua a Bluefields, a través del mar. Por ahora la embarcación sale los miércoles en la mañana y a mediodía, después de cuatro horas, llega a Bluefields. El costo del viaje oscila entre los 800 y 1,000 córdobas, es más costoso que el viaje en panga de San Carlos a San Juan, que oscila entre los 330 y 610 córdobas. César Collado, exalcalde y representante de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), dice que se está tratando de mejorar este servicio de transporte.
En los últimos años en San Juan se ha ido mejorando la oferta para los turistas. Además de llegar vía acuática a la Reserva Indio Maíz se puede llegar vía aérea a un costo más elevado. Collado considera que la oferta se va ampliando, pero todavía hay carencias de algunos servicios básicos para el turista, como una ventanilla bancaria. Pese a los esfuerzos, el turismo no figura todavía como la principal fuente de empleo de este municipio, que por años vivió de un comercio estrecho con Costa Rica.
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