Yelka Ramírez, madre de los niños muertos en un operativo policial en la comarca Las Jagüitas de Managua en julio pasado, dijo que se sentía burlada por el Gobierno y por la primera comisionada Aminta Granera porque no ha encontrado la justicia que le prometieron.
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El vehículo en el que viajaba la familia Reyes Ramírez, una noche de julio por un camino de la comarca Las Jagüitas, fue emboscado por tropas especiales de la Policía cuando habrían confundido el carro con otro en el que se trasladaba un cargamento de droga.
Dos hijos de Ramírez murieron en la emboscada, además de una hermana mayor. Otro menor resultó herido. Los Policías que participaron en el suceso se declararon culpables después de ser acusados de homicidio imprudente que interpuso la Fiscalía. Sus penas oscilaron entre 3 y 11 años de cárcel.
“Continuamos pidiendo justicia y nuestras vidas se han convertido en un trauma yo ni siquiera puedo escuchar una carga cerrada (quema de pólvora) porque me recuerda esa noche”, dijo Ramírez a LA PRENSA en un evento que conmemoró este jueves el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Ramírez denunció que busca a Granera en sus oficinas de Plaza El Sol y no la atiende, le deja carta en donde le pide justicia por la muerte de sus hijos y se las rompen. “Mis niños no son perros, estamos destrozados”, dijo Ramírez que cataloga como un circo el juicio que se hizo en contra de los policías que dispararon contra su familia.
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La madre también denunció que el vehículo que fue emboscado todavía está en manos de la Policía, que no se lo han regresado.
La familia Reyes Ramírez participó en un evento para conmemorar el Día Internacional de los Derechos Humanos organizados por la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
El director de la CPDH, Marcos Carmona, lamentó la falta de justicia hacia la familia Reyes.