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Denilson Bismarck Rivas, de 10 años, ayer lloró cuando escuchaba de la abuela el relato de los tres recorridos en México que ha cumplido en la caravana en busca de migrantes desaparecidos, sin hallar pistas de su hijo. LA PRENSA/S. MARTÍNEZ

Familiares de migrantes desaparecidos continúan lucha por sobrevivir

Historias de hijos de migrantes desaparecidos que estudian o trabajan se cuentan por distintos barrios de Chinandega. En los 21 comités de familiares de migrantes en Corinto, El Viejo, Somotillo, Chinandega, se habla de cuarenta migrantes de quienes no se sabe su paradero en los últimos 15 años.

Guadalupe Rivas es madre de una familia chinandegana que ha trabajado duro para proteger a sus nietos tras una década de no saber de su hijo Álvaro Blas Rivas, un migrante que se supone desapareció en México y que ella asegura está vivo.

El pequeño Denilson Bismarck Rivas, de 10 años, va a su quinto grado y ayer lloró cuando escuchaba de la abuela el relato de los tres recorridos en México que ha cumplido en la caravana en busca de migrantes desaparecidos, sin hallar pistas de su hijo.

Doña Lupe muestra su piel curtida bajo el sol. Con sus cuatro nietos varones y una joven habitan humildemente en una casa de concreto y zinc del reparto Carmita.

“Antes lavaba y planchaba, los dejaba, regresaban de clases y comían, pero vi que no podían quedar solos y dejé de trabajar para sobrevivir con la ayuda de mis hijos con ese esfuerzo de salir adelante con ellos para dejarles esa herencia, porque somos pobres”, refirió.

El próximo sábado será la graduación de Jeffrey Eliecer Rivas, en el Instituto Filemón Rivera. “Mi abuela me anima a seguir adelante y voy a continuar con mis estudios universitarios”, indicó el muchacho.

Historias de hijos de migrantes desaparecidos que estudian o trabajan se cuentan por distintos barrios de Chinandega. En los 21 comités de familiares de migrantes en Corinto, El Viejo, Somotillo, Chinandega, se habla de cuarenta migrantes de quienes no se sabe su paradero en los últimos 15 años.

Doña Guadalupe es coordinadora del comité de migrantes del reparto Carmita.

JUGUETES Y ALEGRÍA

Pedro Emilio Soza, voluntario para el Servicio Jesuita Para el Migrante, informó que han iniciado una campaña de donación de juguetes.  De 1,000 juguetes, 250 entregarán en la comarca Belén  a los hijos de padres y madres migrantes.

El sacerdote José Luis González, ahora en México, coordinó la oficina del Servicio Jesuita Para el Migrante en Chinandega, solía invitar a los niños con padres migrantes desaparecidos a compartir con ellos en Corinto y Somotillo para  que tuvieran un poco de alegría, especialmente en Navidad.

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