Las dos resoluciones favorables a Costa Rica en litigios fronterizos con Nicaragua ventiladas en la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), fue una sorpresa para ambos países, según el analista costarricense Claudio Alpízar, dado los antecedentes de fallos salomónicos que el máximo tribunal había resuelto.
“Fue tan sorpresiva para los nicaragüenses como para nosotros. Ciertamente ambos países deseábamos tener la razón, pero creo que en Costa Rica muy pocos o ninguno hubiese sido tan positivo de que el resultado hubiese sido tan favorable, a pesar de que creíamos tener la razón. Por antecedentes pensábamos que la Corte iba a buscar un equilibrio en su decisión”, dijo Alízar.
La CIJ determinó la soberanía costarricense sobre un humedal fronterizo de aproximadamente 3 kilómetros de extensión que Nicaragua le disputaba desde hace 5 años; además negó que la construcción tica de una carretera en la frontera haya provocado daños al nicaragüense río San Juan.
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“No hay duda de que aquí hay (en el fallo) dos elementos que son fundamentales para ambos países: uno es que tanto Nicaragua tiene su derecho de dragar su río con todas las propiedades que tiene por ser soberano del mismo, como Costa Rica de desarrollar una carretera en su territorio que cree prudente. Sin embargo, en ambos casos los países quedan vigilantes de que ambos trabajan se hagan en respeto de las normas del medio ambiente y de no perjudicar al vecino”, añadió.
En este espacio creo que la Corte hace una interpretación correcta y deja una puerta abierta para que ambos países, tanto Nicaragua con su río como Costa Rica con su carretera, se pongan de acuerdo en una forma pacífica de relaciones maduras, de dos naciones que van a estar unidas por siempre por la misma frontera”, añadió.
Según el analista, el triunfalismo de Costa Rica se debe a la restitución del humedal que Nicaragua reclamaba en la Corte, país que aludía al tratado Jerez-Cañas y el Laudo Cleveland, instrumentos jurídicos que definen la frontera entre ambos, para reclamarlo-
“Por supuesto que en el caso de nuestro país, la satisfacción es que se nos restituyera nuestra propiedad sobre Isla Portillo – Isla Calero, puesto que ese es el mapa histórico que conocemos los costarricenses de 51,100 metros cuadrados y cualquier centímetro que hubiéramos perdido, hubiera significado la derrota”, explica.
“No hemos ganado la verdad absolutamente nada, lo que hemos es sostenido lo que teníamos, lo que creemos nos corresponde. Ciertamente a Costa Rica no la castiga por el tema del perjuicio ambiental que haya podido causar con la trocha (carretera fronteriza), puede ser que haya sido impericia nicaragüense porque plantean los jueces que no había ninguna demostración, ninguna prueba contundente, no había nada para justificar esa demanda que había hecho Nicaragua sustancial”, sostiene.
Para Alízar, Costa Rica “no debe caer en un triunfalismo exacerbado, igual que Nicaragua debe, sobre todo el gobierno, remojar sus barbas y ponerse serio en cuanto al respeto de los límites establecidos desde hace muchos siglos para que ambas naciones tengan una relación apropiada”.
En ese sentido, el analista abogó por una relación de respeto que ayude a mejorar la convivencia entre los dos países, sobre todo de comunidades fronterizas, haciendo un punto de inflexión después de 5 años de litigio en procura de ello.
“Difícilmente usted encuentra dos naciones que tengan tanta similitud en cultura en toda Centroamérica como Nicaragua y Costa Rica. Buscar esa cercanía mayor y este fallo debería mostrar a Costa Rica magnánima en el triunfo y a Nicaragua humilde en la derrota”, puntualizó.