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Venezuela, un antes y un después

Como un antes y un después va a quedar grabado en la historia de América Latina la reciente elección en Venezuela, cuyas consecuencias y efectos se harán sentir largamente en este continente.

Como un antes y un después va a quedar grabado en la historia de América Latina la reciente elección en Venezuela, cuyas consecuencias y efectos se harán sentir largamente en este continente. Dicha victoria es el resultado del esfuerzo:

Primero, del pueblo de Venezuela, que salió a votar pacíficamente enfrentando la campaña de terror, chantaje, polarización, y abuso del gobierno chavista, para demostrar que estaba cansado de tanto ultraje e irrespeto a sus derechos fundamentales.

Segundo, de la Mesa de la Unidad Democrática, esa unión heterogénea de partidos políticos que han sabido anteponer sus aspiraciones personales, sus diferencias ideológicas, sus planes y programas particulares, teniendo en claro cuál es el enemigo a derrotar y cómo sus intereses individuales están supeditados al bien de la nación.

Tercero, del Ejército de Venezuela, que optó por la institucionalización, que entendió que su papel era garantizar la voluntad popular, que su estrategia era ser el garante. Que si le hacía caso al tirano se convertiría en “guardia pretoriana”, cuyo destino final es desaparecer, y por lo tanto se supo enfrentar a la rama radical del chavismo encabezada por Diosdado Cabello que pretendía burlar la votación. Al hacer eso, comprendió que los gobiernos pasan y que las instituciones permanecen, que su papel es ser fiel de la balanza y no ariete partidista.

Cuarto, de la comunidad internacional, encabezada por el secretario de la OEA, y muchos presidentes y expresidentes, organizaciones sin fines de lucros y partidos políticos, tanto de América como de Europa, que hicieron presión y forzaron a que el drama de Venezuela estuviera en las agendas de muchos partidos y gobiernos y que el pueblo venezolano no se sintiera solo.

Conviene al mismo tiempo subrayar los resultados y sus consecuencias. ¿Quiénes perdieron y quiénes ganaron en esta elección?
El gran perdedor es el chavismo, que con su modelo obsoleto, anacrónico, irrespetuoso de los derechos humanos, corrupto y antidemocrático, demostró su fracaso y el cansancio a que el pueblo de Venezuela ha sido sometido.

Tanto como el anterior, lo es Cuba, que jugó una política de dos caras, por una parte recibió la mano de amistad que le tendiera Obama restableciendo relaciones con el régimen, pero por otro lado actuaba en Venezuela con sus miles de soldados y maestros enclavados en las estructuras más importantes del Estado, dictando y modelando la política del Estado policía a seguir, y conduciendo a ese país a ser un satélite de la isla. La cuantiosa ayuda en petróleo la veo en peligro a lo inmediato, además de un inventario real de la deuda, junto con una auditoría que determine en qué se han empleado tantos millones donados. Los cubanos jugaron a la penetración del ejército venezolano, implantaron un sistema de espionaje y creían tener el rábano por las hojas. Fracasaron, junto con sus asesores, maestros y médicos. Posiblemente en un futuro no muy lejano veo a Maduro, del cual ellos son sus principales mentores, huyendo hacia la isla.

Estemos claros de que estamos ante un sistema presidencialista, el llamado “cesarismo democrático”, en donde el ejecutivo tiene a su disposición muchos recursos. Pero una asamblea legislativa independiente puede empezar a desmontar todo el caos que el régimen actual en Venezuela ha creado, a fortalecer las demás instituciones sobre todo a la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Electoral, a tomar en serio su papel de creador y vigilante del presupuesto, a investigar la corrupción, el despilfarro, el latrocinio, al cual el pueblo de Venezuela ha sido sometido todos estos años.

Una Asamblea, que pueda plantear en algún momento determinado, dentro de un plazo prudencial, un referéndum para acabar con el mandato de Maduro y terminar de una vez por todas con semejante pesadilla. Una Asamblea, que camine de la mano con el Ejército, para que ambos busquen el perdido sendero de la democracia, es lo que se espera sea el resultado de estas elecciones.

Los pueblos latinoamericanos están ansiosos de justicia, paz, libertad, democracia. Primero fue la Argentina, luego esta brisa alentadora que nos viene de Venezuela, mañana puede ser Brasil. Lo importante es que la hora de la tiranía y de los caudillos llega a su fin. Estemos listos para recibirla, para trabajar en dicha dirección. Estemos listos para la libertad.

El autor es abogado.

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COMENTARIOS

  1. Javier Perez
    Hace 8 años

    Jajajaja Iluso “la asamblea de la mano del ejercito”, ya sueñan estos “demócratas” que fuera así para propiciar un golpe de estado y hacerse del poder “democraticamente”…la actitud tomada por el extemporaneo jefe del ejercito lo interpretan como distanciamiento del gobierno y que se ha pasado con todo y cartuchera a la acera de la derecha rancia…abogado iluso estas lejos de conocer la realidad de Venezuela

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