En Nicaragua crear un empleo formal cuesta en promedio 447.1 dólares en el primer mes — sin incluir los costos de inversión y transacción (impuestos, tasas, beneficios laborales, etcétera)— según un estudio realizado por el economista Alejandro Aráuz, quien señala que a medida que un negocio intente crecer, el costo tiende a aumentar en detrimento del crecimiento económico.
“En el periodo 2011-2015 el crecimiento promedio del PIB es de cinco por ciento y se le atribuye un 32 por ciento por la productividad laboral y el 68 por ciento al crecimiento del empleo”, recuerda el economista Aráuz, quien basa su análisis en metodologías propias de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y cifras del Banco Central de Nicaragua.
Visto a través de sectores o actividades económicas, el estudio evidencia que es en el sector financiero donde el costo básico (salario nominal y el consumo intermedio) es el más alto, situándose en el otro extremo la agricultura, uno de los pilares de la economía.
En 2015, por ejemplo, en la agricultura “la creación de un empleo en general requería de 130 dólares o 1,560 dólares al año aproximadamente, cuyo costo cubre el salario promedio del sector más los insumos de origen nacional e importados para ser procesado”, explica. Es decir, es la suma del salario promedio en el sector más los costos que implica para el empleador la materia prima y otros insumos que transforma el trabajador.
El economista sostiene que a medida que “el negocio intente crecer, se tendrá que incurrir en otros gastos tales como: reglamento interno y de higiene, uniformes, botiquín, etc. También, se podrían sumar a estos costos la instalación de comedor, comisariato y trabajadores sociales en caso de ser industrias medianas-grandes, lo cual se traduce en mayores costos a medida que crece la empresa, reduciendo los incentivos para seguir expandiéndose y generar más empleos”.
De hecho, el costo básico promedio (319.1 dólares) para crear un empleo formal se eleva a 732.7 dólares cuando se incorporan unos 229.9 dólares que un empresario gasta en prestaciones sociales, el pago de impuestos y otros gastos administrativos, lo que implica que en un año este nuevo empleo cueste 8,792 dólares, revela el análisis. Esta cifra puede variar en dependencia de las inversiones, tamaño de la empresa y uso de tecnología incorporadas en los procesos productivos.
“Como puede inferirse, ser empleador formal en Nicaragua, resulta cada vez más costoso. Tanto los costos de transacción como la cadena impositiva fiscal y los costos administrativos excesivos, lejos de alentar la creación de empleos formales y la mejora de salarios y prestaciones para los trabajadores, estaría generando en el país una mayor informalidad”, sostuvo Aráuz.
En un estudio denominado Empleos para Crecer, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ubica a Nicaragua como la segunda nación en América Latina donde crear un empleo formal es más costoso. Y muestra de ello, menciona, que mientras en promedio un empresario destina el 39 por ciento de la riqueza que un trabajador producirá en un año para crear este empleo, en Nicaragua es el setenta por ciento.
MÁS COSTOS QUE PESAN
Aráuz menciona que otro factor que se convierte en una barrera para la creación de empleos en Nicaragua son los costos en infraestructura energética, telefonía y comunicación, capacitación específica para el trabajador, la seguridad personal y del negocio, etcétera.
Y añade: “Si se adicionan los costos derivados por días feriados, gestiones administrativas en la admiración publica, eventos políticos, etcétera, estamos ante un escenario de desventaja en la creación de riqueza y competitividad”.
MEJORAR REGULARIZACIÓN
Según datos del Banco Central de Nicaragua, en 2014 la informalidad se incrementó, al pasar de 74.4 por ciento a 75.2 por ciento.
Al ser consultado por LA PRENSA sobre el alto índice de informalidad en Nicaragua, el director del Banco Mundial para Centroamérica, Humberto López, sostuvo —tras aclarar que este es un problema que afecta a la región— que la informalidad daña a la productividad y recordó que “los empleos informales son menos productivos, de menor valor añadido y están sujetos a salarios mucho más bajos”.
Entre las medidas que sugirió López para empezar a reducir la informalidad es “simplificar el sistema (de regularización de empresas) lo más posible” y además “una vez que se haya logrado que esas regulaciones se simplifiquen, hay que asegurar que estas se cumplan”.
“Cuando una persona (entiéndase empresa) está en la informalidad no paga impuestos, licencias (prestaciones sociales) y lógicamente de alguna manera está haciendo competencia desleal a aquellos que están en el sector formal, que están pagando impuestos, las licencias, por lo que lógicamente estos no son competitivos por las diferencias de costos”, resaltó.
Entre los avances que Nicaragua ha reflejado en la creación de empresas y empleos, según el Doing Business, del Banco Mundial, es la reducción en el tiempo para abrir una empresa, la que se ubica en 13 días.
A NIVEL REGIONAL
El economista Alejandro Aráuz sostiene que para empezar a reducir la informalidad laboral se debe, entre otras medidas, crear incentivos para promover la regularización de las empresas.
Aráuz sostiene que los costos para generar un empleo en Nicaragua inclusive están por encima de países como Perú, porque allí los costos de transacciones (impuestos, tasas, beneficios laborales, etcétera) son menores, aunque los salarios son más altos.
Los niveles de costos de Nicaragua son comparados con los de México, que rondan entre 8,000 y 9,000 dólares en el primer año y en el caso de Perú no supera los 7,000 dólares.
