En días recientes la revista Rolling Stone publicó en Estados Unidos una entrevista que realizó el actor y director Sean Penn a Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo. La entrevista se realizó en octubre del 2015 y para su realización fue necesaria la colaboración de la actriz Kate del Castillo, lo cual ha resultado incómodo para las autoridades mexicanas. Pero ¿la actuación de la actriz está protegida por la libertad de expresión?
Para responder la interrogante hay que considerar varias cosas. En primer lugar, es necesario analizar un poco el tema de los derechos humanos en México, si bien es cierto, hay graves violaciones a los derechos humanos, también lo es que tras las reformas constitucionales de 2011 se cambió el paradigma sobre el tema. Por su parte, la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció el llamado parámetro de control de regularidad, permitiendo la aplicación de normas de derechos humanos (nacionales e internacionales) sin perjuicio de su jerarquía, por lo cual la invocación de derechos humanos en procesos judiciales y administrativos limita drásticamente la actuación de los funcionarios.
Connotados penalistas en México han manifestado que de pretender imputársele a la actriz un delito, la acción podría ir en dos sentidos. La primera es el lavado de dinero, en vista de que presuntamente El Chapo tenía interés en invertir con la actriz en la elaboración de tequila y en producciones cinematográficas. La segunda posibilidad es acusarla de encubrimiento, entendiendo este como omisiones en su declaración ante autoridades, ello debido a la posibilidad de citarle como testigo. El encubrimiento tiene algunas complicaciones como demostrar que efectivamente sabía algo y no lo dijo, y en segundo lugar, que lo que sabía a ella no la involucra o afecta, porque nadie está obligado a declarar en su contra.
Ahora bien, las situaciones descritas deben ser contrastadas con el contenido del derecho de libertad de expresión. Si bien es cierto, Sean Penn no es periodista, por el hecho de ser persona puede buscar, recibir y difundir información. En igual sentido, con independencia de su condición, El Chapo tiene derecho a expresarse sobre los señalamientos hechos por las autoridades mexicanas. Asimismo, es indudable que reviste interés público conocer lo que tiene que decir El Chapo, garantizando con ello derecho de la sociedad a estar informada, sus declaraciones aportan al debate público, a conocer la verdad y además a la diversidad de contenido informativo.
Aunque Sean Penn haya realizado la entrevista, no significa que Kate del Castillo no esté protegida por el derecho de libertad de expresión. Un hecho poco conocido es que la actriz pidió créditos por la entrevista y no se le concedió, incluso pretendió ejercer acciones legales al respecto. No obstante, con independencia que los obtenga o no, lo cierto es que ella hizo posible la entrevista, así como el camarógrafo o fotógrafo hace posible la documentación de la entrevista, y al ser partícipe de la misma, debe de protegerse su derecho de buscar, recibir y difundir información.
La entrevista hecha por Sean Penn no es distinta a la que realizó Edwar Snowden (caso WikiLeaks); Hugo Chávez, Fidel Castro y Cristina Fernández de Kirchner. La pretensión de imputar responsabilidad penal a Kate del Castillo, de ser infundada, configura un acto de represalia y violación a la libertad de expresión, al buscar inhibir el periodismo investigativo.
La mejor estrategia de la actriz es el enfoque de derechos humanos en su caso y ciertamente México tiene mejores credenciales democráticas que Nicaragua, existiendo la posibilidad real de que el poder judicial pueda frenar cualquier abuso de autoridad.