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Abarroterías

Abarroterías en Nicaragua ganan terreno

Crecimiento sostenido del sector les lleva a pedir a las autoridades que la legislación se ajuste a la realidad para no frenar su desarrollo

Con 29 años dedicada a la distribución de abarrotes, o productos de consumo habitual, Mariana Galo Sánchez, se levanta a las 5:00 a.m. para alistarse e irse a abrir su tramo a las 7:00 a.m., en el Mercado Roberto Huembes, lo cierra a las 7:00 p.m., regresa a casa para cenar, compartir en familia y descansar.

Esa rutina que realiza de lunes a domingo, con mucha disciplina, le ha permitido que su tienda crezca y ofrecer más productos a sus clientes frecuentes y resto de ciudadanía que busca mejores precios entre los tramos del pasillo de abarrotes en ese centro de compras.

Durante esos años Galo ha visto la evolución de un mercado que es prometedor, debido al creciente consumo de la ciudadanía, “que no deja de comer”, pero que para crecer necesita del apoyo tanto de las empresas privadas, que proveen productos nacionales, como de políticas públicas que hagan más rentable ese giro de negocio.

A nivel nacional la Asociación Nicaragüense de Abarroteros (ANA), estima que existen unos 105,000 centros de venta de este tipo entre micro, pequeños, medianos y grandes y según el presidente de la junta directiva de este gremio, Alejandro Andino, el fuerte de estos comerciantes se concentra en el centro norte del país y región pacífica.

“Estos son vendedores de granos básicos y como mínimo ofrecen unos 72 productos. En su mayoría los empleos que brindan son familiares y en menor proporción a terceros, quienes ocupan puestos en las áreas de bodegas, carga, empaque, despacho y otros”, explica Andino.

En total considera que ese sector pueda generar unos 150,000 empleos a nivel nacional, aunque no precisa el porcentaje de cuántos puedan ser formales e informales.

Andino añade que en el casco urbano de Matagalpa existen unas 2,500 tiendas, pulperías o misceláneas. En Jinotega los datos de ANA arrojan la existencia de 1,500, en Estelí 2,200, en La Dalia, Matagalpa unas 600, en Matiguás, Matagalpa unas 400, unas 250 en Muy Muy, Matagalpa, “de esa manera es que se ha establecido una especie de termómetro para determinar la cantidad estimada de empleados conforme el tamaño del negocio”, manifestó el representante gremial.

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PIDEN MÁS APOYO5050555656

Alcides Zeledón regresó a Nicaragua en abril de 1991, cuando se instalaba un nuevo sistema político y económico, tras una década de guerra y deterioro económico. Desde entonces invirtió para establecer su primera tienda de abarrotes.

“Empezamos trabajando tres personas. Mi esposa, un ayudante y yo. Eran tiempos difíciles y se necesitaba de mucha disciplina para permanecer a lo largo de los años en el mercado local”, recuerda Zeledón, quien dice que ahora tiene tres tiendas en el casco urbano de Jinotega y emplea a 35 personas en diferentes áreas.

Pero que para ser más competitivos, captar más la atención de los clientes, les gustaría que las mismas empresas proveedoras les ayudaran a impulsar campañas de ventas, cuyos beneficios sean para ambas partes.

Nosotros sabemos que a las empresas internacionales les dan descuentos de hasta el 30 por ciento, sumado a bonificaciones y a nosotros (pequeños abarroteros) apenas nos dan un cinco por ciento, si acaso. A las líneas internacionales hasta les envían personal de degustación y promotores de ventas o les apoyan con la publicidad y aunque nosotros les hemos solicitado, la respuesta no se compara”, lamentó Zeledón.

Una situación que desde la junta directiva de ANA se ha analizado y buscado la forma de plantearle a las grandes empresas proveedoras nuevas formas de hacer negocios con los abarroteros, explica el presidente gremial, Alejandro Andino.

Y entre las acciones que plantean, está la mejor organización del sector para que los pedidos puedan ser mayores, gozar de mejores beneficios y darle a sus clientes precios que sean más competitivos ante las empresas extranjeras, que consideran una amenaza para los planes de crecimiento de miles de nicaragüenses cuyos ingresos dependen de esa actividad económica.

POLÍTICAS MÁS VIABLES

Si en algo coinciden los propietarios de las abarroterías, es que de acuerdo con la estratificación que establece la Ley 645, Ley de Promoción y Fomento de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipyme), muchos de estos negocios por el monto facturado entran a operar en el régimen fiscal general.

Esa Ley plantea que por los montos de venta una empresa es micro cuando factura hasta un millón de córdobas anuales y tiene activos totales valorados en doscientos mil córdobas. Es pequeña cuando vende en un año hasta nueve millones de córdobas y sus activos alcanzan los 1.5 millones de córdobas. Y se consideran medianas las que venden hasta cuarenta millones de córdobas anuales y cuyos activos son de hasta seis millones de córdobas.

Pero según Andino, es obvio que facturen más porque los precios de los granos o perecederos que venden son mucho más altos que años atrás.

“Antes usted compraba un quintal de arroz en 500 córdobas y ahora en 1,100. Por esa diferencia en el precio es evidente de que vas a facturar más y el monto mensual y anual es superior. Como asociación hemos venido trabajando una propuesta de reforma que contemple nuevos techos de facturación para que no estemos tan ahogados con el pago de los impuestos”, explicó Andino.

El representante de los abarroteros sostiene que el techo pueden ser los 50 millones de córdobas en venta para el paso de cuota fija a régimen general.

La propuesta la presentarían a lo largo de este año bajo la sombrilla del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), que agrupa 14 sectores económicos y que con regularidad presenta sus inquietudes a su enlace ante el Poder Ejecutivo, el asesor presidencial para asuntos económicos, Bayardo Arce Castaño.

Según el presidente del Conimipyme, Alejandro Delgado, en abril el asesor presidencial para asuntos económicos estaría recibiendo las incertidumbres de ese sector.

Otro aspecto que esperan presentar, en cuanto a la estratificación de las mipymes por sus ventas, está que los montos de ventas totales anuales sean de acuerdo al sector.

“No vas a comparar las ventas del sector textil vestuario, que son más pequeños y que es por pedidos a la venta de los integrantes de ANA, cuyos ingresos son diarios y mucho mayores por el circulante de compra de la población”, explicó Delgado.

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META AMBICIOSA

La Asociación Nicaragüense de Abarroteros calcula que en 2015 sus ventas se incrementaron un cinco por ciento y para 2016 prevén un despunte del diez por ciento.

Economía crecimiento Nicaragua ventas archivo

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