Elvira Cuadra Es directora ejecutiva del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp). Su pasión siempre fue la Sociología, desde pequeña, dice.
Fue madre soltera y le tocó estudiar y trabajar al mismo tiempo para mantener a su primer hijo. Fue con su trabajo que le ofrecieron su primer empleo en una red de investigaciones de Centroamérica y el Caribe, donde hizo trabajos sobre la pacificación en Nicaragua.
A lo largo de su carrera le ha tocado investigar temas de seguridad, gobernabilidad, construcción de democracia y dos investigaciones sobre jóvenes y cultura política.
Por su experiencia en esos temas, Cuadra maneja muy bien lo que ocurre en Nicaragua a nivel de seguridad ciudadana, pero también habla en esta entrevista sobre seguridad vial y los futuros planes de las autoridades para mejorar el servicio para la población.
¿Cómo es el trabajo que ustedes hacen actualmente con la Policía? Me mencionaba que antes usted colaboró con la institución.
La relación con la Policía nunca llegó hasta hacer investigaciones conjuntas, pero sí había la apertura para intercambiar con ellos los resultados de nuestras investigaciones. Nosotros hacíamos estudios, llegábamos, se los presentábamos, ellos participaban en nuestras actividades, etc. Había apertura. Esto se fue reduciendo, limitando gradualmente durante los últimos años y actualmente la posibilidad de comunicación y de diálogo es prácticamente nula. No tenemos mayor posibilidad.
¿A qué se debe el distanciamiento?
Nosotros no conocemos. No tenemos ninguna explicación de parte de la Policía y entonces en realidad ignoramos las causas o las razones.
¿Los planes de seguridad vial de la Policía están funcionando?
La flota vehicular del país ha crecido. Ha crecido la población del país y hay una nueva infraestructura vial y hay un flujo mucho más denso del tráfico, pero el sistema de seguridad vial no ha avanzado tan rápido como los cambios que se han producido. Frente a este desfase y frente al sistema, quien sufre es la seguridad vial en su conjunto. Y el resultado es mayor accidentalidad en cantidad, pero también en la gravedad de los hechos. Esto te está diciendo que la preocupación no debería ser solo el tema de los accidentes, que es lo más urgente, pero con una visión más estratégica y de mediano plazo lo que hay que trabajar es todo el sistema de seguridad vial, eso incluye: vehículos, transporte colectivo, señalización y desarrollo de la infraestructura vial. Incluye también educación vial. Hay que cambiar hábitos y costumbres de los conductores y los peatones.
Pero la Policía dice que hacen capacitaciones cada año, ¿no están teniendo efecto?
Hace falta mayor responsabilidad. El esfuerzo no se puede limitar nada más a la Policía. Por ejemplo, ellos tienen estas brigadas con niños en las escuelas que ayudan al tráfico y todo, eso es bueno, pero ¿qué más hace el Ministerio de Educación para enseñarle a los niños cuáles son los puntos más seguros para cruzar una calle? ¿Cuánta gente sabe para qué sirve un paso de cebra? ¿Cuántos conductores y cuántos peatones saben? La seguridad vial y la circulación del tráfico no es asunto únicamente de carros y conductores, es un asunto que involucra a los peatones.
Hace poco una encuesta de una universidad decía que los usuarios del servicio de transporte están calificando muy mal a los conductores del servicio público. ¿Qué pasa que este sector parece ser siempre uno de los peores del país?
Es parte del problema. El servicio de transporte público en Managua, y vamos a hablar de Managua porque en las otras ciudades hay una diferencia, el transporte público creció aceleradamente y sin mayor regulación de las autoridades durante los últimos veinte años. Se otorgaron licencias, no hay suficiente capacidad institucional para ir y asegurarte de que las personas que están conduciendo los vehículos realmente están capacitadas para hacer eso. Nunca se ha invertido mayor cosa ni en las unidades ni en el personal que brinda el servicio.
Dice la Policía que iban a instalar GPS (Sistema de Posicionamiento Global) en las unidades de transporte, ¿eso mejorará realmente el servicio para los usuarios o va a tener el efecto de las TUC, que poco lograron cambiar?
La medida no es mala, pero hay que verla como una acción dentro de un plan de mejoramiento de la seguridad vial en su conjunto. Si le cargan toda la responsabilidad del mejoramiento de la seguridad vial a una acción específica, eso no funciona. Se requieren varias acciones complementarias que te permitan un resultado más efectivo y eficiente. Instalar el GPS es bueno, pero ahí la pregunta, sin ánimos de criticar: bueno, ¿quién va a supervisar los GPS? ¿Quién les va a dar mantenimiento? Porque el GPS te dice cuál es la ruta, pero no te dice qué cantidad de personas van, si van conduciendo bien o no van conduciendo bien o si va tratando bien al pasajero. Esos son otros elementos que se deberían incluir en la supervisión y el control.
¿Resultó el agresivo plan de multas que tenía la Policía?
Volvemos al mismo punto. Si trabajás mucho toda la parte de educación vial y trabajás medidas de supervisión y control del servicio de transporte público y usás también las medidas correctivas que la Ley le da a la Policía con las multas y todo lo demás, entonces tenés un plan más integral y podés tener un plan más efectivo. Si le cargás toda la responsabilidad a las multas, eso no va a funcionar. Experiencias de otros países, sustentadas
con estudios y todo, te dicen que las medidas coercitivas, que son las multas, no resuelven en realidad el problema. Lo que sí resuelve el problema es reforzar y reforzar sistemáticamente la educación vial.
Sobre las multas parece que la gente se está quejando menos, ¿eso significa que la gente las aceptó o que la Policía cedió?
Creo que hay una mejor comprensión de que esa no es la única solución ni la mejor solución al problema. Porque, como decía, estuvieron aplicando las multas. Fue muy bueno que pusieran a la Policía a regular el tráfico en las horas pico, eso le permite a la Policía bajar un poco la presión sobre las multas y hacer más eficiente la cosa. Todavía hay personas que se quejan de los agentes de tránsito al aplicar las multas, pero creo que en efecto la presión ha bajado.
El otro gran tema que incomoda a la gente es el de la violencia, hay una percepción de incremento de la violencia, ¿qué dicen los estudios que ustedes hacen?
Básicamente en el caso de Nicaragua lo que nosotros hemos analizado y lo que decimos es que si bien las condiciones del país son bastante diferentes de los tres vecinos del norte de Centroamérica, no podemos quedarnos con la frase de que seguimos siendo el país más seguro de Centroamérica. Dicho de manera coloquial, no nos podemos dormir en los laureles. Creo que el escenario de la seguridad en Centroamérica ha variado durante los últimos años y los tres grandes retos que estamos enfrentando son: por un lado los riesgos que tienen que ver con la criminalidad común, el segundo gran reto tiene que ver con las acciones del crimen organizado y de cómo se ha venido asentando y cambiando en Centroamérica y el tercer gran reto tiene que ver con este nuevo ciclo de conflicto y movilización social que hay en Centroamérica. Vimos lo que pasó en Guatemala, lo que sucedió en Honduras y hay mucha inquietud social. Esos, aunque sean procesos políticos, tienen presión sobre la percepción de seguridad en Centroamérica. Porque la estrategia de los gobiernos ha sido manejar eso con las fuerzas policiales y después el diálogo y la negociación. Crea una percepción de inseguridad y de temor a la institución policial. Y eso aunque en Nicaragua no se quiera aceptar, tiene un costo para la Policía porque esta aunque antes era señalada como la mejor Policía, ya nadie se atreve a decirlo ni a nivel nacional ni internacional.
Pero en las últimas encuestas la Policía aparece como una de las instituciones en la que más confianza tienen las personas, no es la primera, pero está entre los primeros.
Pero hay un cambio porque nosotros hacemos cada año una encuesta de percepción de confianza y nosotros analizamos los datos y lo que te puedo decir es que la valoración general sigue siendo positiva, pero se ha reducido en relación con años anteriores. Y lo más curioso es que el porcentaje de personas que antes valoraban el trabajo de la Policía como muy efectivo o muy positivo ahora se han movido a las que te dicen bueno o regular. Eso significa que ya no lo ven bien o no tan bien como antes.
¿Y lo que usted dice entonces es que, por ejemplo, las acciones de la Policía en los “miércoles de protesta” están pesando en su contra?
Sí. Evidentemente sí influye. Y uno lo podría verificar con un sondeo de opinión rápido en la calle y lo ha dicho la gente. En esos espacios de nota roja la gente dice que aquí no hay Policía y allá están puestos en el otro dispositivo de seguridad y sí tiene un efecto porque la gente dice que si la Policía es capaz de hacer eso en una actividad de movilización social… Lo de las multas, por ejemplo, en aquel momento que iniciaron con un plan beligerante que iniciaron aplicando multas y llevando vehículos al Depósito Vehicular, eso también le quita credibilidad a la Policía.
¿Aun cuando hagan buen trabajo combatiendo el crimen?
Es que la opinión de la ciudadanía es crítica en diferentes aspectos. La gente valora bien el trabajo de la Policía en relación con el crimen organizado, pero no tiene la misma valoración cuando se trata del control de los expendios de licor o de drogas en los barrios. Y otra cosa es que cuando se habla de percepción de seguridad se piensa inmediatamente en la Policía y no solo tiene que ver con la Policía. También tiene que ver con todo el trabajo de la administración de justicia. Cuando la administración no es eficiente, y los mismos policías te lo pueden decir, puede que ellos levanten correctamente todo el expediente de un caso y lo llevan al juzgado y no pasa mayor cosa y la gente te dice que la Policía no sirve, no hizo un buen trabajo. Son sistemas y cuando te hablo de sistemas me refiero a que es un conjunto de acciones de diferentes instituciones que tienen un efecto sobre la opinión y percepción de la ciudadanía.
¿Qué va a pasar cuando la gente pierda más la confianza en las autoridades?
Eso sería grave y no es lo deseable. Porque ocurre lo que ha sucedido en otros países, que es que se conforman grupos que hacen justicia por mano propia, como los linchamientos en Guatemala. Eso sí es una situación grave que no deberíamos esperar ni siquiera que comience.
Las personas se están quejando de asaltos de motociclistas que usan pistolas, ahora parece que esa es el arma preferida, ¿se volvió más fácil conseguir un arma en Nicaragua?
Lo que nosotros hemos identificado y escuchado también los argumentos que nos dan otros centros, aparentemente hay más armas y más facilidad para conseguir armas de fuego que están en condiciones ilícitas. Porque las legales están bajo el control del Estado y hay algún mecanismo de supervisión y control, el problema son las armas que están en condición de ilegalidad. Sobre esas no hay posibilidades de control del Estado ni de saber cuántas son, pero sí hay más casos.
PLANO PERSONAL
Elvira Cuadra acaba de cumplir 50 años y tiene dos hijos.
Dice que está comenzando una nueva época por su edad.
Es socióloga y estudió una maestría en Ecuador.
Es investigadora social por vocación.
Actualmente es directora del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, pero también fue parte del Centro de Investigaciones para la Comunicación (Cinco).
Le gusta cocinar, dice que puede cocinar muchos platillos, pero no le gusta la comida hecha a partir de vísceras.
