Danzas, velas encendidas, ofrendas, marimbas y gran fervor por la imagen de Nuestra Señora de Candelaria, se evidenció ayer durante la misa solemne en el día principal de las fiestas patronales del municipio de Diriomo, en el departamento de Granada.
La fiesta también fue motivo para que la Iglesia católica declarara a este templo, fundado en 1900, Santuario Diocesano Mariano. Antes de la misa, como es tradición, el colorido de varios grupos de danza, junto con sus marimbas, entraron al templo a saludar a la Virgen: Las Inditas del Guacal, el baile Mexicano, el de Negras, entre otros.
Le siguió la bendición de las candelas y fue develada una placa de mármol que perpetúa la declaración de Santuario Diocesano Mariano.
El obispo de la Diócesis de Granada, monseñor Jorge Solórzano Pérez, quien presidió la eucaristía junto con el clero de Boaco, Rivas y Granada destacó que con este nombramiento se está reconociendo la gran fe que tiene este poblado.
El obispo señaló además que gracias al trabajo de todos los sacerdotes que han pasado por esta parroquia, también se ha podido llegar a esta declaración. “Desde que vino la Virgen a este pueblo son miles y miles de personas devotas que han dado su trabajo y su tiempo para servir a la Virgen. A todos mi agradecimiento”, dijo Solórzano. Otro motivo es que este año está dedicado a la misión de la misericordia, en la Diócesis.
“Hoy este templo, que atrae a tantos peregrinos de todas partes, se declara Santuario por ser un sitio de encuentro de la fe, el fervor, la confianza y la alegría de nuestro pueblo”, sostuvo el padre Mario Campos.
Los diriomeños llevan 15 días de fiesta y este lunes se realizó la visita de la imagen a la Raya, donde se agradece a la Virgen haber salvado al pueblo de la muerte ante la erupción del volcán Cosigüina, en 1835.
Luego de la misa los devotos pudieron pasar debajo del manto de la Virgen de Candelaria para pedir tres deseos, de los cuales solo uno concede la imagen milagrosa, según han testimoniado los fieles.
Historia del templo
El padre Mario Campos dijo que este es el segundo templo parroquial de Diriomo, el primero fue edificado donde ahora es el parque central y por los enjambres sísmicos se destruyó y se construyó otro a base de piedras sólidas, que eran traídas desde una mina ubicada a tres kilómetros de distancia del poblado.
Explicó que esta obra enaltece a la comunidad indígena porque el agua se acarreaba en cántaros de mano en mano desde la Laguna de Apoyo. “Cada pilar de madera es un árbol de cedro real traído del cerro Mombacho y se comenzó a construir un 12 de diciembre de 1785 y se concluyó el 1 de enero de 1900, más de un siglo de construcción.
La obra fue impulsada por el obispo Fray Antonio de la Huerta Icazo, primer obispo que construyó escuelas para los indígenas”, dijo Campos.