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Marvin Saballos

Darío, editor, periodista y padre

“Me agobia pensar en la situación de mi hijo en Europa, en la miseria, abandonado… A usted le pido ver por mi hijo, ahora solo, y a quien ruego tener por heredero único de mis bienes”.

Son dramáticas palabras de Darío, expresadas en la última carta que redactó, un mes antes de su muerte y que dirige a Mitre, director del Diario La Nación de Buenos aires, Argentina.

En el umbral de su momento supremo, Darío se dirige a quien le ha dado seguridad económica y espacio permanente de proyección en la vida, su trabajo como corresponsal del mencionado diario, iniciado desde su época temprana durante la estancia en Chile, en 1889, cuando es apenas un jovencito veinteañero, relación que es mantenida durante más de 25 años, hasta su muerte.

Darío el periodista, encarga a su hijo, Rubén Darío Sánchez, al dueño de la empresa periodística en la que laboró durante su vida adulta.

Sintiendo llegar la muerte se angustia por el futuro del hijo de su madurez, a quien ha dejado en España, el pequeño Güicho, habido con la española Francisca Sánchez, “lazarillo de Dios en su sendero”. Güicho tiene 9 años, y ha sido el único hijo con el cual Rubén ha tenido la vivencia del hogar, el único al que “ha jugado”, como diríamos en buen habla nicaragüense.

Y es el trabajo vinculado a los medios de comunicación lo que le ha permitido establecer y sostener económicamente dicho hogar. Además de su conocido trabajo como corresponsal de La Nación, en la que innovó la crónica periodística, en los últimos años, a partir de 1911, también ha laborado como editor de la internacional revista mensual Mundial Magazine.

Mundial Magazine es una revista de avanzada, utiliza los recursos de las nuevas tecnologías fotográficas y tipográficas que son la novedad de la época; en el editorial de su primer número, de mayo de 1911, se presenta como “una publicación que en lengua castellana no tendrá rival por su presentación tipográfica y artística y por lo nutrido y variado de su colaboración literaria”. Con secciones de arte, literatura, ciencias, teatro, historia, actualidad política y social, modas, curiosidades, se dedican ediciones especiales a cada república hispanoamericana, iniciándose con México, en un artículo firmado por Amado Nervo, uno de los grandes de las letras hispanas. Mundial se edita desde París, ciudad que para la época es la meca artística, una síntesis de lo que son hoy Miami, Los Ángeles o Nueva York, lugares desde los que se producen y difunden programas televisivos y medios escritos con cobertura para toda Latinoamérica y España. Mundial circula por todo el ámbito hispánico llevando lo último en tecnología y moda. Sus anuncios ilustrados van desde automóviles hasta perfumes.

Si alguien en nuestros países quiere estar actualizado y a la moda, debe leer Mundial.

Valga señalar que Mundial está hoy al alcance de todos, gracias a la internet, que no dudamos Rubén también habría magistralmente utilizado. Una colección completa puede leerse en el sitio web de la Biblioteca Nacional de España, en la siguiente dirección: Hemeroteca Digital

Es entonces Rubén, además de un innovador cronista y un literato publicado en muchos periódicos de Europa y América, un editor de revistas de avanzada.

Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial pone fin a la empresa en agosto de 1914 y por ende a una importante fuente de sostén económico de nuestro poeta.

Buscando el sustento para su hogar inicia una gira de paz por América, se enferma y llega a Nicaragua, “al cementerio de su tierra natal”. Y desde Managua escribe, en su carácter de periodista, su última carta, pensando en el futuro de su hijo “Güicho”.

El autor es sociólogo

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