Mi admiración por las fiestas patronales de mi natal Diriamba, cuna del Güegüense y de las fiestas religiosas en honor a nuestro santo patrono San Sebastián, consideradas unas de las mejores fiestas del país.
Desde el 10 de enero que se realiza la bajada del santo. Se respira en esta fresca ciudad un ambiente festivo donde los promesantes se preparan para atender durante sus días de fiesta a quienes llegan a su enramada buscando los platillos representativos de la época.
El Mayordomo y la Patrona cuatro días cada uno pagan su promesa repartiendo a quienes les visitan el tradicional pinol, cajeta, chicha de jengibre, nacatamales, almuerzo, buñuelos y el riquísimo picadillo.
Es impresionante la cantidad de fieles devotos que llegan de diferentes lugares del país y acompañan al santo al tradicional tope con sus vecinos de San Marcos y Jinotepe el 19 de enero, entre música, pólvora sones del pito y el tambor de Marlon Vega acompañando al Toro Huaco y el violín que representa a El Güegüense de doña Luvy Rappaccioli los diriambinos se emocionan y enorgullecen por esta devoción.
Un aspecto que destaca en las fiestas son los promesantes que van de rodillas y que depositan al santo cintas o milagros por favores recibidos, quienes cumplen lo hacen en medio del bullicio de la procesión cuando el santo recorre las principales calles de la ciudad.
Las fiestas son un derroche de cultura en cuanto a las presentaciones artísticas, cada año la Alcaldía Municipal elabora una programación de las distintas actividades culturales que se realizan en la tarima del parque central, músicos, grupos folclóricos, cantantes y otros artistas en fiestas con música en vivo por las noches.
La trascendencia de estas fiestas ha llegado hasta el extranjero así miles de turistas visitan nuestra ciudad para participar de sus tradiciones, religiosidad y cultura.