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Venezuela
Ramón Maldonado García

Los últimos días de Darío

Es el 24 de diciembre de 1915, cuando el pensamiento de Rubén Darío se traslada a Barcelona, donde ha quedado su pequeño, a quien llama “Güichín”, y para quien no hay juguetes en esa Navidad, porque su papá está de este lado del mar en su lecho de enfermo. Lágrimas asoman en sus ojos y, por extraña coincidencia, ese día el niño sueña con su padre.

Primera semana de Año Nuevo de 1916 y no hay mejoría, más bien le fiebre alta persiste. La gente del Gobierno, hace gran esfuerzo para vencer la apatía y se ha logrado obtener doscientos córdobas, en esa época equivalentes a doscientos dólares, que los ha llevado un funcionario. Don Francisco Huezo, amigo de Rubén, lo felicita, pero él lo toma como una burla, y reacciona con cólera:

“Yo soy Rubén Darío, y la cosa cambia de aspecto. Esa cantidad es insignificante y no la acepto. Dicen que mañana mandarán más. ¡Mañana, mañana! Es un mañana que tarda en llegar. Es el plazo de la raza”.

Como el enfermo empeora, su médico Debayle opina que debe ser trasladado a León. Y Darío solo en ese médico confía y acepta su parecer, que le da la razón para alejarse de la casa de don Andrés Murillo, con el que ha tenido discrepancias.

Días después los doctores Debayle y Escolástico Lara, proceden a extraerle del abdomen líquido (ascitis) acumulado durante su gravedad, y que según datos relatados en el libro de don Edelberto Torres, fueron 14 litros.

A Darío los médicos le hicieron creer que era solo la aplicación de una inyección. Cuando se da cuenta que no fue así, colérico dice: “Yo no he venido aquí a ser sacrificado sé que voy a morir; pero no moriré sin hacer algo tremendo”.

En momentos de sosiego Rubén conversa con sus amigos, que quieren escuchar su opinión. Uno le pregunta sobre los más grandes poetas de su época. Él responde: “En el mundo solo hay tres: D’Annunzio, uno que anda por ahí y yo”.

El gobierno dicta acuerdos sobre las honras fúnebres que le harán. El enfermo, lee en la prensa esta información, y lamenta que esas disposiciones se cumplan después de su muerte, y no le hayan brindado atenciones en vida.

La Iglesia también se dispone a administrarle la extremaunción. Es obispo de León monseñor Simeón Pereira y Castellón.

El poeta moribundo se recoge en sí; su faz acusa el momento final. A preguntas que le hace el prelado sobre si cree y tiene fe, responde de forma clara y audible: “Sí, creo.”
Vuelven las alucinaciones y delirio.

Mientras, los médicos han decidido puncionar nuevamente el abdomen del enfermo moribundo en busca de pus con resultado negativo.

Testamento: declara dejar un hijo de 9 años de edad, Rubén Darío Sánchez, como heredero de sus obras literarias y la casa que posee en León, herencia de su tía abuela materna, doña Bernarda Sarmiento. Hizo desalojar del cuarto a todas las personas que creyó conveniente, especialmente doña Rosario Murillo.

Mientras, el poeta sigue experimentando alucinaciones visuales y auditivas.

Al amanecer 5 de febrero, Rubén ha pronunciado sus últimas palabras y ha entrado al período de agonía que se prolonga hasta el día siguiente y parte de la noche.

El Cristo de marfil, obsequio del poeta Amado Nervo en París, está entre sus manos. Su reloj, marca Ingersol, señala los minutos fatales y cuando marca las diez y quince de la noche, Rubén deja de respirar.

En las iglesias las campanas suenan a duelo, el Estado ordena disparar 21 cañonazos desde el Fortín de Acosasco.

El artista Alejandro Torrealba rompe la cuerda del reloj Ingersol que tiene Darío en su antebrazo, deteniéndose a las diez y quince de la noche del domingo 6 de febrero de 1916. Y Octavio Torrealba, hermano de Alejandro, copia con su lápiz la efigie del fallecido poeta. Otro artista, José López, imprime la mascarilla en yeso.

Rubén Darío, El príncipe de las letras castellanas y creador del Modernismo, ha pasado a la inmortalidad.

A cien años de su muerte, Nicaragua lo recuerda como ayer.

El autor es médico.
[email protected]

COMENTARIOS

  1. antonio soberano
    Hace 8 años

    durante mi ciclo escolar de primaria nos decian que Ruben Dario habia muerto de problemas hepaticos.sin especificar las causas.dandome cuenta despues que habia sido de cirrosos .causado por el consumo de licor.al igual que la historia de jesus.la de Dario es una historia mutilidad.

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