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Sergio Boffelli

Nicaragua secuestrada

El orteguismo ha secuestrado a Nicaragua. Las denuncias ciudadanas e investigaciones periodísticas son constantes. Se desmantela el Estado de Derecho y cometen arbitrariedades a su gusto y antojo, ante la mirada de todos y la complicidad de quienes hablan como para que los poderosos no se enojen.

Entre los desbordes del oficialismo se destaca la descarada manipulación de la justicia, látigo que encarcela o llave que libera, lo que sea y a quien sea, según convenga. A algunos disidentes los garrotean, acusan, encarcelan, despreciando leyes o acomodándolas a su antojo. Hemos visto convictos por corrupción ser liberados con la misma facilidad que se persigue a opositores, quienes parecen recuperar derechos a cambio de rescate.

El modus operandi de estos secuestros conduce a resultados que generalmente son: 1.-Los secuestrados conceden lo demandado. 2.-Para intimidar y desacreditar, los secuestradores se aseguran que todos nos enteremos de lo ocurrido. 3.-Como ipegüe, los rescatados guardan silencio y quienes entregaron el salvamento lo niegan porfiadamente.

En esa dirección parece apuntar la eliminación de delitos fabricados a diputados y concejales del Partido Liberal Independiente (PLI), pocos días después que su bancada votara por la directiva orteguista en la Asamblea Nacional (AN). Ante este y otros momentos —y los que probablemente faltan por ver— se ha dicho que es imperativo comportarse como la oposición venezolana.

Sería lo ideal, pero necesitamos ser realistas: Nicaragua no es Venezuela. De entrada, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), reestructurada en 2009, no incluye receptores de favores políticos, pacteros ni examigotes de Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Diosdado Cabello.

Otra notable diferencia, aunque en Nicaragua algunos se esfuerzan, es que carecemos de exponentes con la coherencia y el calibre de Henrique Capriles o María Corina Machado; la resistencia de Leopoldo López a pesar de dos años en una ergástula, o su esposa Lilian Tintori, que irrespetada por carceleros continúa denunciando al régimen; o Henry Ramos Allup conduciendo el nuevo parlamento, además de cientos de destacados líderes en los territorios, multitud de jóvenes y estudiantes en las calles, amas de casa sonando pailas, militares impidiendo fraudes.

Resalta de manera especial la campaña internacional permanente de los opositores venezolanos, que no dejan puerta sin tocar; miembros de la empresa privada que saben el valor de la democracia han enfrentado a Maduro públicamente, como el millonario progresista Lorenzo Mendoza, de Empresas Polar. Se suma el inteligente uso de redes sociales con segmentos informativos y la incansable beligerancia de venezolanos en el exterior cerrando filas por su país, siendo eco global de la MUD.

Al contar con una estrategia política congruente, han diseñado y desarrollado una estrategia de comunicación efectiva. No puede ser al revés. Los comunicadores que seguimos lo que acontece en Venezuela, fácilmente comprobamos que el posicionamiento político deseado y la credibilidad se construyen, conservan y avanzan con mensajes, actitudes y acciones claras, contundentes, oportunas.

Por el momento, en esto y más no nos parecemos a Venezuela. ¿Quizás la oposición nicaragüense tenga éxito implementando otras modalidades? Quizás, pero parece difícil. Caer en las telarañas del oficialismo, no explicar decisiones, menospreciar críticas, subestimar el discernimiento de la población, es el camino equivocado cuando se pretende agregar voluntades, y no ahuyentarlas.

En vez de padecer el síndrome de Estocolmo, es tiempo de aprender que se enfrenta a quienes acumulan más de cincuenta años conspirando para demoler oponentes y mantener a Nicaragua secuestrada. A nueve meses de elecciones la oposición no supone rendirse ante chantajes ni maquillar el juego electorero.

El autor es periodista.

COMENTARIOS

  1. remberto reyes monjarretz
    Hace 8 años

    yo estoy contento porque veo, leo los comentarios de selectos analistas defensores del estado de derecho en nic. y todos coincidimos: la situacion a que ortega y el orteguismo han llevado a nuestra nacion implica un alto riesgo de inestabilidad para todos los nics. por lo tanto, ya no se debe seguir permitiendo mas abusos descabellados y humillaciones contra nuestro heroico pueblo. = 1979; =1990; = 2016. no pasaran.

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