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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa que ha ofreció en el Congreso de los Diputados, tras la audiencia con el Rey, en la que ha explicado que dará “un paso al frente, si lo tiene a bien el Rey”. LA PRENSA/EFE/Emilio Naranjo

Socialistas españoles buscan cuadrar el círculo para gobernar

El líder socialista español, Pedro Sánchez, intenta alcanzar un pacto con partidos que se excluyen mutuamente en busca de una mayoría que le permita formar gobierno y sacar al país del bloqueo político.

El líder socialista español, Pedro Sánchez, emprendió esta semana la cuadratura del círculo: alcanzar un pacto con partidos que se excluyen mutuamente en busca de una mayoría que le permita formar un gobierno y sacar al país del bloqueo político.

El rey Felipe VI le encargó el martes a Sánchez intentar formar un ejecutivo, luego de que el líder del PP y presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, declinara la primera oferta del monarca por carecer de apoyos. El socialista presentó el miércoles al equipo de negociadores que debía emprender inmediatamente las conversaciones con todos los partidos representados en el Parlamento. Su objetivo declarado: encontrar apoyos para combatir el desempleo, las desigualdades, la corrupción y el independentismo catalán.

Sin embargo, las posiciones parecen irreconciliables, ya que los dos nuevos partidos que entraron con fuerza en las Cortes tras las elecciones del 20 de diciembre, Podemos y Ciudadanos, que Sánchez querría como socios, se excluyen mutuamente de un pacto de gobierno.

Para ser elegido presidente el candidato ha de contar con al menos 176 escaños en una primera votación (mayoría absoluta) y, a partir de la segunda, tener más síes que noes (mayoría simple). La pretensión del dirigente socialista es unir a sus 90 diputados los 69 de Podemos y los 40 de Ciudadanos y superar así los 123 del Partido Popular (PP, centroderecha), ganador de los comicios.

ACUSACIONES MUTUAS

Podemos, de izquierda radical, acusa a Ciudadanos de seguirle el juego a los conservadores del PP, que impusieron drásticas medidas de austeridad durante los últimos cuatro años para reactivar la economía.

Podemos condiciona una negociación con Sánchez, a que deje el diálogo con los liberales de Ciudadanos y solo busque acuerdos con la izquierda.

Los liberales de Ciudadanos reprochan por su parte a Podemos que defienda un referéndum sobre la independencia en Cataluña y lo acusan de querer realizar la misma política económica que sus aliados de Syriza en Grecia.

El portavoz adjunto de Ciudadanos, José Manuel Villegas, criticó que Podemos “vete” el diálogo del PSOE con su partido, aunque admitió que un eventual pacto de gobierno “no puede contentar a la vez” a ellos y a Pablo Iglesias, líder del partido de izquierda.

COMPLEJO

“Somos conscientes de la complejidad y de la dificultad”, reconoció el portavoz del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el Congreso de los diputados, Antonio Hernando.

En opinión de Pablo Simón, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid, las cartas no están aún echadas. “Tengo la impresión de que todo puede cambiar (…) lo que está por ver es la flexibilidad de los partidos”, dice a la agencia Afp, contemplando incluso que el PSOE pueda formar un gobierno minoritario.

CORTARLE EL PASO

El PP está en todo caso decidido a cortarle el paso. La formación conservadora, que llegó a la cabeza de las elecciones pero sin mayoría absoluta, tuvo que renunciar a formar gobierno por falta de aliados.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, había anunciado que intentará convencer al PP de que se abstenga para permitir al PSOE gobernar, pero la misión parece imposible. Los dirigentes conservadores se sucedieron en radio y televisión esta semana para atacar a Sánchez, reiterando que el PP solo aceptará un gobierno presidido por Rajoy, “vencedor de las elecciones” pese a haber perdido 67 de los 186 diputados que obtuvo en 2011.

GOBIERNO PROGRESISTA

La mayor alianza que puede formar Sánchez sería la que propuso hace diez días el líder de Podemos, Pablo Iglesias: un gobierno “progresista” a tres con el pequeño partido Izquierda Unida.

Sin embargo, Iglesias había presentado su propuesta como un favor a un partido socialista que acababa de obtener el peor resultado electoral de su historia, reivindicando la vicepresidencia y la mitad de las carteras ministeriales.

Las relaciones entre los dos hombres se pusieron tensas: Iglesias acusó a su aliado potencial de “hipocresía” por intentar entenderse a la vez con Ciudadanos y Podemos.

Además, el partido socialista desconfía de un Podemos que aspira abiertamente a arrebatarle el liderazgo de la izquierda. Para superar las reticencias de los barones del partido, Sánchez se comprometió a someter todo acuerdo de gobierno a la votación de los militantes.

LOS QUE PIERDEN

Simón prevé que los partidos más flexibles sean los que más tienen que perder si se convocan nuevas elecciones ante la imposibilidad de formar gobierno. Los sondeos prevén una huida de electores de Ciudadanos hacia el PP, y del PSOE hacia Podemos.

Pero incluso este último debería mostrar flexibilidad, subrayan en el entorno de Sánchez. Iglesias debe buena parte de su éxito a unas alianzas electorales con partidos regionales que empiezan a dar muestras de desgaste y nada garantiza que volverían a presentarse a las urnas juntos.

Tampoco podría permitirse aparecer como el partido que bloqueó la formación de un “gobierno de cambio”, considera Simón.

De cualquier modo, señala el analista político Josep Ramoneda, “Sánchez no tiene otra salida”. “O es presidente del gobierno o se va a casa”, afirma, considerando que seguramente no será el candidato socialista a unas elecciones anticipadas.

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