Si educas con amor a tus hijos tendrás garantizada la vida que todos queremos, pues te evitaras desvelos, llantos, angustia, frustraciones. Cuando corregimos con ternura consciente que un niño merece ser tratado con consideración, que es una persona en evolución, la vida se torna más liviana, con menos problemas.
Malcriado viene de la composición mal criado o sea que no se le ha dado una buena crianza, que no se ha corregido con métodos sencillos, que no ameritan grado universitario para hacerlo.
La metodología no es más que comprender que un niño necesita de los adultos para aprender, para conocer, y que si falla, la corrección no es el golpe ni el grito el que va a hacer que ese niño aprenda a desarrollarse sanamente, que su reino emocional sea pletórico de alegría, de sentirse cuidado, que forma parte de una familia, que es tomado en cuenta.
El amor es incondicional, no se canjea con “ te quiero si me obedeces, si te portas mal sos un niño feo”.
Estos mensajes hacen que la persona vaya introyectando lo que sus padres les dicen con el afán de corregir y no se dan cuenta que están destruyendo su autoestima, que en vez de cultivar ese amor propio aprenderá a autodestruirse.
En conclusión si tratamos con suavidad o con frases dulces, el niño captara que es merecedor de vivir, se le hará mas fácil comportarse correctamente. De esta manera habremos triunfado con tener hijos, exitosos y felices .
¡Sí se puede!
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