Corea del Norte es el país más hermético del planeta, gobernado por Kim Jong-un desde 2011 por la sucesión de tres generaciones. Se trata de la dinastía totalitaria basada en el culto a la personalidad de extremos faraónicos.
Este régimen lleva más de 60 años funcionando así. Por lo tanto, una generación entera solo ha conocido este modo de vida, que ha sufrido persecuciones. Este pueblo ha sido despojado no solo de su dignidad sino hasta su derecho de vivir y pensar por sí mismo. No son personas, son soldados al servicio del Gran Líder y la Gran Familia Kim.
Al asumir el poder Kim Jong-un después del fallecimiento de Kim Jong-il, su padre, surgieron las dudas de su capacidad para gobernar el país, por su juventud, corta preparación y orientación para asumir el gobierno. Sin embargo, Kim Jong-un está gobernando este régimen mostrando la extrema crueldad para consolidar su poder.
Cuando heredó el poder el joven Kim Jong-un se vio enfrentado a varios retos, entre ellos, el más importante sería la extrema pobreza y hambre del pueblo norcoreano. Cabe recordar que este pueblo sufrió la hambruna de 1995 a 1998 —conocido como Ardous March— que estuvo marcado por problemas económicos y por la muerte de un millón de norcoreanos (aunque muchos dirían que ese número es tres veces mayor).
A consecuencia de la pobreza y falta de alimento, la calidad de vida del pueblo norcoreano se encuentra en una situación sumamente ínfima y es muy preocupante el nivel de desnutrición aguda que afecta a la niñez, especialmente.
Además del problema de alimento y pobreza, en Corea del Norte también es grave la situación de la democracia. Mientras todo el mundo vive en la era de la tecnología, la información externa apenas está llegando a Corea del Norte por el total control por parte del gobierno limitando el uso de celulares e internet.
De la misma manera, los derechos individuales como la libertad de opinión, expresión y libertad de culto son eliminados. Son violentados los derechos humanos de manera dañina y sistemática, especialmente en los campos de concentración de los presos políticos. Ellos son aislados y sometidos a trabajos forzosos. Sufren de enfermedades y en caso de desobediencia son ejecutados.
A pesar de todas las limitaciones y sufrimiento del pueblo norcoreano, su gobierno invierte miles de millones de dólares en armamento y desarrollo de experimento nuclear. Corea del Norte se ha autoproclamado “la nación nuclear”. Corea del Norte utiliza la posesión de armas nucleares como la amenaza, lo cual es la máxima provocación para la seguridad y el orden de Asia Noreste.
El mundo entero fue sorprendido el pasado 6 de enero, con el anuncio de Corea del Norte sobre la cuarta prueba nuclear, lo cual representa una amenaza real y grave provocación para toda la humanidad. Corea del Norte ejecutó el ensayo nuclear a pesar de las resoluciones emitidas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y toda la comunidad internacional ha condenado este hecho. Ahora solo se espera más presión, sanciones y acciones firmes por parte de los aliados del régimen.
Mientras, Corea del Sur es el lado opuesto de su hermano del Norte, en cuanto a desarrollo político, económico, social y de calidad de vida. Hoy en día, la única similitud es que comparten el mismo trozo de tierra y la sangre que heredaron desde hace miles de años.
Sin embargo, Corea del Sur ha deseado la reunificación pacífica y para lo cual ha diseñado un plan de reunificación y reencuentro de las familias separadas entre las dos Coreas. Desde 1970 el expresidente Park Chung-hee anunció “la Declaración del Plan de reunificación pacífica”.
Por lo tanto, el gobierno actual de la presidenta Park Geun-hye ha dado sus primeros pasos para enfrentar las dificultades de seguridad como los problemas nucleares norcoreanos y desarrollar las relaciones normales intercoreanas, basadas en la confianza entre ambas partes, eliminado el círculo vicioso que se repetía entre progreso y retraso. Este proceso se lograría con la desnuclearización a través del apoyo humanitario y el intercambio sociocultural para los sectores vulnerables.
Hasta ahora Corea del Norte ha mostrado un patrón para obtener la negociación y recompensa después de generar las situaciones críticas por la provocación de tensión. En esta situación, el objetivo del plan del gobierno de Corea del Sur es claro, normalizar las relaciones intercoreanas pero afrontar a la vez las provocaciones norcoreanas con enfrentamiento firme y seguro.
Para este proceso, será necesario involucrar la participación de todos los pueblos y así contribuir a la felicidad y a la paz en Asia Noreste y el mundo entero.
El autor es embajador de Corea del Sur.
