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Ganar sin peligro y sin honor

Séneca, filósofo y político ético romano de comienzos de la era cristiana, dijo que “vencer sin peligro es ganar sin gloria”.

En la Nicaragua de hoy podemos muy bien parafrasear a Séneca y decir que ganar una elección con fraude, es vencer sin gloria y sin honor. Así sucedía en tiempos de la dictadura somocista y ocurre también ahora, con la dictadura de Daniel Ortega, confirmándose la regla de que los dictadores solo pueden perdurar en el poder mediante el uso de la fuerza y/o con los fraudes electorales.

Daniel Ortega ganó las elecciones de noviembre de 2006 gracias a la división del voto liberal, que sumado era mucho más que el orteguista. Ya en el poder Ortega convirtió al Consejo Supremo Electoral (CSE) en una máquina de hacer fraudes, y en las elecciones municipales de 2008 el FSLN venció a al partido de la oposición por una amplia mayoría de votos, obtenidos mediante el fraude, la intimidación y el chantaje político. Y lo mismo hizo Daniel Ortega en las elecciones generales de 2011, en las que se reeligió violando la Constitución y por medio de otro fraude electoral . O sea que volvió a vencer sin peligro, sin gloria y sin honor.

El pasado domingo 8 de enero LA PRENSA publicó unas declaraciones del politólogo y experto en análisis electoral, José Antonio Peraza, bajo el título Así el FSLN ha fraguado los fraudes, en las que analiza en forma minuciosa los fraudes de Ortega para “ganar” las elecciones de 2008 y 2011.

Los entretelones y detalles de aquellos fraudes fueron denunciados por la oposición con abundantes pruebas. En 2008, Eduardo Montealegre ganó la elección de alcalde de Managua pero el CSE hizo un gran fraude y le dio el triunfo al candidato orteguista. Al menos cuarenta alcaldías le robaron a los liberales en aquella ocasión. En las elecciones generales de 2011 el fraude fue más descarado, pues Ortega quería tener la mayoría parlamentaria suficiente para reformar la Constitución y suprimir la prohibición de la reelección. La oposición denunció el fraude y los observadores nacionales e internacionales reconocieron que las autoridades electorales orteguistas habían cometido muchas anomalías.

Ahora el investigador electoral Peraza ha puesto en contexto los detalles de aquellos fraudes, lo cual es oportuno porque en noviembre de este año habrá elecciones generales. Todas las condiciones de los fraudes electorales perpetrados en 2008 y 2011 —que los observadores electorales extranjeros dijeron que era necesario revisar y corregir para restablecer la confianza en el proceso electoral— permanecen inalterables. Lo cual indica que en noviembre de este año podría haber otro fraude electoral igual o parecido a los anteriores, aunque se simulen cambios cosméticos para que no cambie nada.

Sin que haya en el país una coyuntura crítica que obligue a Ortega a abrir el juego electoral, concediendo las garantías que demanda la oposición para que pueda haber elecciones libres y transparentes, lo más seguro es que en noviembre próximo habrá otro fraude electoral que lamentar y condenar. Y desde ahora ya podemos saber quién “ganará” —sin peligro pero sin gloria y sin honor— las elecciones del primer domingo de noviembre próximo.

Editorial FSLN Nicaragua Ortega Orteguismo política archivo
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