Indiferente. Así se mostró el cardenal emérito, Miguel Obando y Bravo, al ser consultado sobre las demandas electorales que la población y sectores del país, entre estos la Conferencia Episcopal, han planteado al gobierno del presidente inconstitucional Daniel Ortega, quien también ha ignorado a esos sectores del país.
“Bueno, yo creo que más tarde podemos pronunciarnos sobre este asunto”, dijo de forma muy tímida Obando y Bravo, quien recientemente cumplió 90 años, ocasión que fue aprovechada por Ortega para presentar un anteproyecto de Ley que propone elevar al purpurado como prócer de la paz y la reconciliación.
El Consejo Supremo Electoral (CSE) es manejado por un protegido del exjefe máximo de la Iglesia católica en Nicaragua. El presidente del tribunal electoral es Roberto Rivas Reyes, a quien Obando y Bravo propuso como magistrado en 1995 y es hijo de su asistente, Josefa Reyes.
ESCOLTADO POR MEDIA DOCENA DE POLICÍAS
Un equipo de LA PRENSA intentó abordar al religioso luego de finalizar una conferencia de prensa efectuada en la Universidad Católica (Unica); sin embargo seis policías le ayudaron a salir por otra vía alterna del edificio para que abordara una Toyota Land Cruiser, mientras cuatro policías más lo siguieron a bordo de una camioneta Hilux doble cabina, perteneciente a su equipo de seguridad personal.
Una de las voces más consistentes en demandar transparencia electoral ha sido precisamente la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), a la cual Obando y Bravo perteneció y presidió por muchos años; no obstante hoy prefiere callar ante las demandas de sectores del país que claman por que haya condiciones y transparencia para depositar su voto en las urnas en las elecciones nacionales que se celebrarán en noviembre próximo.
“NO BUSQUÉ SER PRÓCER”
Consultado sobre la propuesta del mandatario de elevarlo a la dignidad de prócer, el purpurado aseguró que él no buscó la distinción, sin embargo, dijo sentirse agradecido por la gentileza que ha tenido Ortega de verlo convertido en prócer de la paz y la reconciliación.
“Es una gentileza del señor presidente proponerme ser prócer de la paz. Le agradezco sus muestras de fineza y que estemos unidos en la oración, que es importante”, expresó Obando y Bravo.
La Coordinadora Evangélica que preside el pastor Miguel Ángel Casco realizó ayer una visita a Obando y Bravo para darle su respaldo a la iniciativa de Ortega.
Obando y Bravo, con un semblante triste y sonrisa opacada, hizo una breve recapitulación del trabajo que como mediador ha desempeñado en distintos conflictos bélicos y políticos del país.
Al prelado se le consultó sobre las críticas de sectores del país, que acusan a Ortega de querer manipular la región al proponerlo como prócer.
“Como decían los antiguos romanos, tantas cabezas, tantas maneras de pensar. Yo no he buscado (ser prócer), pero agradezco al señor presidente su gentileza, para con mi persona”, respondió el cardenal Miguel Obando y Bravo.
LA FÁBULA DEL VIBORAZO
E n 1996, un Obando y Bravo con una investidura moral incuestionable, dedicó una misa campal en predios de Catedral de Managua, ante la presencia de los candidatos presidenciales de la época, incluyendo a Ortega, quien vestía de blanco. Obando y Bravo reflexionó con una fábula del griego Esopo, sobre el labrador y la víbora.
Obando se refería a una víbora que padeciendo de frío inspiró piedad a un labrador que la guardó en su pecho, pero una vez reanimada mató al labrador. La fábula conocida como “El viborazo” fue considerada como un mensaje a no confiar en Ortega.