La Asociación de Comerciantes del Mercado de Jinotepe (ACMJ), Jorge Matus Téllez, al igual que muchos ciudadanos, no encuentran explicación del porqué no se ha hecho el traslado del viejo mercado hacia el nuevo, que se terminó en agosto del año pasado.
La última reunión que sostuvo la ACMJ con el alcalde fue en noviembre y lo que se abordó fue el tema de arrendamiento de los nuevos módulos, fijándose una tarifa de trescientos córdobas, pero sobre los pagos de matrícula, vigilancia, agua y luz, entre otros, no hubo un acuerdo.
“Yo en el 2015 le comenté que esto iba a ser un traslado político, pienso que antes o después de las elecciones nos regalan el mercado”, dijo Ana Cortez, presidenta de la ACMJ.
Ervin Silva Zúniga y su familia, habitantes del barrio San Juan, se han quedado encerrados en el viejo mercado. “Nosotros no encontramos muchas razones para que el mercado esté situado en las calles principales de Jinotepe, cuando ya se tiene una construcción moderna que contempla la división y el orden”, dijo Silva.
Manifestó que debido a ese desorden continúan los problemas de insalubridad e inseguridad.
Este ciudadano está consciente de que los vendedores tienen que ganarse el sustento, pero “la lógica administrativa te dicta que si hay un mercado nuevo, hay que usarlo, ¿cuál es el temor? Y si el alcalde está esperando orientaciones políticas, los ciudadanos del sector seguiremos sufriendo el atropello a nuestros derechos, convirtiendo esto en un foco de epidemias, plagas y problemas de libre circulación”.
El mercado nuevo de Jinotepe permanece al cuido de un guarda de seguridad y por falta de uso ha sufrido daños. En la parte externa las paredes lucen sucias y manchadas.