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Le saca el jugo al saber

Antes de 2010 Freddy Silva, ingeniero industrial de profesión, dedicaba gran parte de su tiempo a organizar programas de capacitación para jóvenes en una universidad pública de Managua

Antes de 2010 Freddy Silva, ingeniero industrial de profesión, dedicaba gran parte de su tiempo a organizar programas de capacitación para jóvenes en una universidad pública de Managua, donde trabajaba como docente. En cada programa las empresas se volcaban para apoyar como patrocinadores, lo que generaba fuertes utilidades a la casa de estudios y aun así el salario de Freddy se mantenía invariable mientras las necesidades en su hogar iban en crecimiento con la llegada de nuevos miembros.

A medida que iba acumulando experiencia en la organización de seminarios y cursos en la universidad, en la mente de Freddy brotó la semilla del emprendimiento: crear una empresa de consultorías y capacitación empresarial.

Rápidamente compartió la idea con su familia (esposa, hermana y madre) y la plasmaron en papel. Su hermana tenía el conocimiento en el manejo de recursos humanos y su esposa en mercadeo.

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El saber que venderían lo tenían; también las ganas de iniciar un negocio, contaban con parte del personal, pero carecían de un componente trascendental: el capital semilla. No tenían dinero ni para alquilar un salón para impartir una charla.

Esta última barrera sin embargo no les desanimó, porque se aferraron a un principio: “Es más caro el dinero que no se tiene”. Por tanto, cuenta, se lanzaron a la búsqueda de préstamos entre particulares y con tres tipos de capacitaciones en su portafolio comenzaron a echar a andar la idea de negocio.

Inicialmente el servicio de consultorías y capacitaciones lo ofrecían al público en general, lo que ocasionó que la demanda sobrepasara con creces la oferta. El secreto de ese crecimiento en los pedidos de cursos se debió a que diseñaron paquetes que se ajustaran a los presupuestos de los particulares y empresas.

“Llegó un momento en que teníamos tanta demanda, estábamos pagando un montón de plata alquilando, y por eso cuando vimos que la empresa estaba creciendo rápidamente decidimos alquilar un local propio con varios salones”, recuerda.

El principio fue difícil. Por no contar con un local, en un día tenían tres capacitaciones y se movilizaban “como locos” de un lugar a otro para cumplir sus compromisos.

Al darse cuenta que no podían saciar la sed de conocimiento que hay en el mercado nacional, decidieron limitar su mercado: quedarse con el empresarial, principalmente los micro, pequeños y medianos negocios. Así es como Silva & Sobalvarro Consultores Empresariales comienza a asentarse y a crecer hasta tal punto que hoy tiene en su carpeta de servicios cien tipos de capacitaciones. Su cartera de clientes pasó de un cliente a 1,200 empresas y a lo largo de los seis años han llevado sus conocimientos a más de 20,000 personas en todo el país.

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Otro de los factores que ha garantizado el camino al éxito de esta pequeña empresa, que hoy emplea fijamente a 25 personas (inició con tres), es que van a todos los rincones del país con sus servicios. Tampoco hay límites en el horario de atención al cliente.

“A veces estamos a la cinco de la madrugada impartiendo capacitaciones, trabajamos los domingos, los sábados hasta por la noche, damos capacitaciones en las mismas empresas, damos capacitaciones fuera de las empresas, en el mar, en las montañas, en cualquier lugar que nos pidan”, cuenta este emprendedor visiblemente maravillado por lo que ha conseguido en tan corto tiempo. Además tienen plataforma en internet para brindar capacitaciones en línea y pronto esperan equipar un laboratorio de informática para capacitaciones prácticas en esta área.

Su oficina es sobria pero amplia y acogedora. En la misma hay un aparador marrón donde conserva gran parte de la literatura financiera, y donde guarda uno de los libros que asegura le ha ayudado a delinear las directrices del manejo de las finanzas de su prometedor negocio: ¿Qué hacemos con Ferrero?, la lógica de la contabilidad, donde aprendió, entre otras cosas, que para garantizar la sostenibilidad de un negocio familiar es importante el orden financiero, donde cada uno de los directivos se asignen salarios.

“Hemos aprendido a separar los ingresos personales con los ingresos de la compañía. Inicialmente no teníamos salario, pero en algún momento de la empresa decidimos asignarnos uno cada uno”, comenta.

Esto les ha permitido que “el crecimiento de la empresa sea a niveles insospechados… Dios siempre ha estado con nosotros y a nivel de estado financiero casi hemos duplicado los ingresos cada año y este año hemos comenzado mucho mejor que en otros años y creemos que sobrepasaremos nuestras metas”, resalta.

Desde un principio, este emprendedor decidió que el negocio jamás lo abriría en su casa precisamente para evitar una confusión entre las finanzas de su hogar y la de la empresa. “Aquí no se puede decir que la empresa pagó una factura de energía de mi casa o del agua, o que presto 500 pesos y nunca los devuelvo”, comenta.

El 20 de septiembre de 2015, Freddy Silva viajó a Ginebra, Suiza, tras ganar el premio International Star Award for Quality por su compromiso por la calidad, liderazgo y tecnología, afirma.

CAZADOR DE TALENTO

A la par de las capacitaciones la demanda de consultorías ha subido como la espuma. Hacen estudios desde diseños de edificios hasta análisis financieros, de calidad o mercadeo. Freddy se considera un cazador de talentos, principalmente de las universidades. Sin alejarse completamente de la docencia, este empresario ha venido creando una sólida red de profesionales a los que constantemente contrata para participar en los servicios de la empresa.

“En los últimos años hemos trabajado fuerte para reclutar y formar una base de especialistas, los que no solo son buenos en sus áreas sino que son buenas personas, porque la calidad humana en este negocio es determinante”, precisa.

Cada vez que va a la universidad a impartir clases o a cualquier casa de estudio superior que visite, “siempre ahí ando preguntando quién es el mejor en macroeconomía en este lugar, voy y le invito a formar parte del equipo, luego un profesional nos recomienda a otro y otro, lo hemos hecho como una ola expansiva”, relata. Tal es su reclutamiento, que personas que antes fueron clientes de la empresa hoy forman parte del equipo de trabajo.

HAY MERCADO PARA ESE NEGOCIO

Freddy está en un mercado que tiene gran oportunidad de negocios, el que todavía requiere de más competidores. Actualmente esta empresa cubre el 25 por ciento del mercado nacional, y es considerada una de las más grandes y cuentan con el aval del Tecnológico Nacional (Inatec).

El emprendedor anima a las personas que tengan una idea de negocio a que no tengan miedo a ponerlo en marcha, que plasmen la idea en papel donde describan cómo funcionaría el negocio, hasta dónde lo quiere llevar y que lo hagan en un escenario negativo para estar listos en los momentos difíciles que se viven cuando se emprende una idea.

CONTACTO

Propietario: Freddy Silva Sobalvarro.
Correo electrónico: [email protected]
Teléfonos: 22224335 / 83938629.
Ubicación: Frente al estadio de futbol Cranshaw, Managua.

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COMENTARIOS

  1. Leslie Sanchez
    Hace 8 años

    Una historia digna de imitar.Felicidades y mis mejores deseos a esos valitentes emprendedores.

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