¿Qué superpoder le gustaría tener?
Ser novelista. He tratado, pero me he quedado a medio palo. Solo escribo cuentos cortos.
¿Cuál es la comida más extraña que ha probado?
Una vez me tocó desayunar carne de mono sin saberlo, en los campamentos de la Contra. Me dio de desayunar Enrique Bermúdez, “3-80”. Sabía como a cualquier carne, la verdad.
¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?
Con la Catherine Zeta-Jones o con la Merryl Streep. Esta última tiene más talento pero la Catherine tiene más “sex appeal”.
¿Tiene algún hábito extraño?
Poner apodos. Pero de pura broma, sin molestar a nadie.
¿Algún amor platónico?
Tuve varios amores platónicos en mi adolescencia, porque fui un hombre muy tímido.
¿Tiene algún pasatiempo?
Me encantaba pescar. Una vez pesqué un pargo como de un metro de largo, en San Juan del Sur. Lo anduve enseñando por todos lados como trofeo (ríe).
¿Cuál es el mejor concierto al que ha ido?
La revista de Navidad de Radio City Music Hall, en Nueva York. ¡Salían hasta camellos en el escenario!
¿Su escritor favorito?
Siempre me impresiona Víctor Hugo, por Los Miserables. Tiene un montón de enseñanzas.
¿Qué le diría a Daniel Ortega?
Que se ponga una flor en el ojal y cambie de actitud. Que respete las leyes.
Si un genio le concediera tres deseos, ¿cuáles pide?
Que solo me dé uno: que componga Nicaragua. Después de ese deseo no me queda nada más que pedir.