Composiciones del imaginario de la Costa Caribe y de naturalezas han sido pintadas sobre las superficies de jícaras y calabazas, con arte y técnica mixta, explicó Augusto Silva.
En los últimos tres años, afirma Silva, se ha sentido motivado por trabajar esta expresión de arte sobre jícaras con el fin de dar a conocer las costumbres y tradiciones de su pueblo.
Y así dar su aporte con sus composiciones de geometrías modernas en diversas escalas del color, y exaltar sus formas caprichosas y belleza natural.
Hace tres años exhibió una selección en una colectiva de arte, en la Alianza Francesa de Managua; para celebrar las actividades del Palo de Mayo; ahora exhibe una muestra de más de cuarenta piezas en Galería Rancho Santana, en Rivas, estará todo este mes de abril y ver la muestra es gratis.
Para octubre de este año realizará una exposición de pinturas, arte en tuno y arte en calabazas, en una galería de Managua, en ocasión de las celebraciones de la autonomía de la Costa Caribe.
Silva nació en Puerto Cabezas, en 1968. Se ha dado a conocer con pinturas en técnica mixta que resaltan el paisaje del Caribe y sus gentes, y con otras figuras, como de tortugas, peces, iguanas, aves residentes y migratorias.
DE LO ANCESTRAL
El jícaro, o “xicalli”, en lengua náhuatl, dice Silva, era considerado por los Mayas como un fruto sagrado, cultura que se entendió en Centroamérica. Por su cáscara dura los nativos las utilizaban como guacales (panas o bowls) e instrumentos musicales.
Y los artesanos grababan en ellos temas de flores, aves y otros animales en formas simples o semiabstractas. Estos objetos actualmente son vistos como elementos para la decoración y la memoria cultural.