14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

El otro Lionel Messi

No todo es sonrisas y festejos en la vida del mejor futbolista del mundo. En su país natal muchos lo malquieren y sus acrobacias fiscales han generado solicitudes de prisión. Este es el otro Lionel Messi.

El primer partido de Lionel Messi con su selección fue un fiasco de 44 segundos. Entró de cambio al minuto 65 con el marcador 2-1 a favor de Argentina, tomó el balón en el centro del campo y se disparó al ataque. Cuando su recorrido con pierna zurda comenzaba a emocionar a comentaristas, el defensor húngaro Vilmos Vanczak le jaló la camisa para detenerlo, y “Lio” respondió feo. Aventó el brazo derecho dos veces hacia el rostro de su rival y este cayó al césped, aunque para ser sinceros, la mano de Messi apenas rozó la cara de Vanczak. Al árbitro le molestó el gesto violento y expulsó al argentino. Messi se fue a las duchas con la cabeza gacha y pasó el resto del partido llorando en el camerino. El mundo se le caía a pedazos. “¿Lo volverían a llamar para defender los colores de la Albiceleste?”, se preguntaba quizás, a los 19 años… ¿Cómo iba a saberlo? ¿Cómo podía saber que nueve años después jugaría la final de la Copa del Mundo?

Su debut con Argentina fue el 17 de agosto de 2005 en ese partido contra Hungría. Era un amistoso en Budapest contra el mismo equipo con el que debutó Diego Armando Maradona. Una nimiedad, por supuesto, si se lo pone en perspectiva con la carrera de leyenda que ha tejido el 10 del Barcelona una década después, pero quizás un útil recordatorio de que no todo ha sido color de rosa en la vida del que para muchos es el mejor futbolista del mundo en la actualidad. O por qué no de la historia, junto al mismo Diego, a Pelé, a Zidane o a Cruyff (q.e.p.d.).

Entre los “golpes” que la vida le ha reservado a Messi sobresale su relación amor-odio con los propios argentinos. Le reclaman por todo. Que no corre, que “no siente la camiseta”, que no tiene carisma, que “no pone los huevos en la cancha”, que no canta el himno, que no juega como en el Barsa… Suficiente presión para volver loco a cualquiera. Pero Messi ha sorteado las críticas coleccionando récords y trofeos con su club, en España; luchando contracorriente con Argentina para lograr finales o dando entrevistas a medios gauchos y siendo tan duro como los propios fanáticos.

El obstáculo más reciente en su vida, sin embargo, no tiene nada que ver con el futbol. Su nombre salió “pintado” entre los #PanamáPapers o papeles de Panamá, una filtración sin precedentes de 11 millones de documentos de un bufete de abogados panameño llamado Mossack Fonseca y aparentemente especialista en crear empresas “fantasma”. Se presume que Leo, como le gusta que lo llamen, adquirió una empresa offshore para evitar pagar impuestos que de lo contrario se hubiesen quedado en España. En 2016 es el segundo futbolista que más dinero gana en el planeta después de Cristiano Ronaldo y, por lo visto, le interesa mantenerse al menos en ese lugar. O eso les interesa a su padre, a su madre y a sus hermanos, que viven todos del salario del varón más joven de la familia.

Diego Maradona, entrenador de Argentina, con Lionel Messi, en 2010. LA PRENSA/Agencias
Diego Maradona, entrenador de Argentina, con Lionel Messi, en 2010. LA PRENSA/Agencias.
“ES UN ENANO”

En orden cronológico nacieron así: Rodrigo, Matías, Lionel (el 24 de junio de 1987) y María Sol (Marisol). Todos dejaron el cordón umbilical en la misma casa de Rosario, tercera ciudad más grande de Argentina, en la región de Santa Fe. El matrimonio entre Jorge Horacio Messi y Celia María Cuccittini, ambos de origen italiano, adquirió la casa en la calle Primero de Mayo y poco a poco fueron mejorándola. Hoy está abandonada, pero todavía les pertenece. La puerta de madera tiene el mismo tono marrón que los marcos de las ventanas del primero y segundo piso, pero la fachada sin pintar es triste, con ese lánguido plomo de concreto sin pintar.

“Allí nacieron nuestros cuatro hijos. Volvemos a nuestro barrio porque en él nos conocemos con todos los vecinos. Aquí están las verdaderas raíces de la familia”, dijo una vez Celia, la madre de Lionel Messi, al diario La Nación, con sede en Buenos Aires.

En el barrio, según una nutrida lista de medios que han peregrinado al sitio para rendir tributo a la cuna del actual capitán de Argentina, todos recuerdan a Messi. Están los íntimos, que dicen: “El hijo de la Puchi”, “el nietito de Celia”. Y están los obvios: “Todos saben que ahí nació Messi”, o: “Buena gente. Y jugaba bien al futbol”.

Después de la algarabía de cada gol, cuando Leo regresa a su puesto porque se va a reanudar el encuentro, el rosarino besa su índice derecho y alza la cabeza y las manos con dirección al cielo. Dedica todas sus dianas a su abuelita materna Celia, una futbolera como ninguna que le cocinaba milanesas napolitanas, según Mundo Deportivo, y que lo empujó de chiquito para que practicara el deporte, pero que murió antes de verlo convertido en profesional.

A los cuatro años Messi ya jugaba en canchas de tierra de un club de barrio llamado Grandoli y a los siete, gracias a su hermano Rodrigo, se enlistaba en las filas del Newell’s Old Boys, uno de los dos clubes más grandes de Rosario con exitosa sucursal en la Primera División del país.

En Newell’s Leo hacía parte de “La Máquina del 87”, llena de niños nacidos ese año, y de acuerdo con un trabajo interactivo de ESPN sobre el argentino, titulado “Here and gone”, en ese equipo Leo solo perdió un juego en cuatro años y anotó cerca de 500 goles.

Su entrenador en el club de chiquitines, Adrián Coria, dijo para el libro Messi: la íntima historia del niño que se convirtió en leyenda, de Luca Caioli:

“Cuando lo mirabas pensabas: ‘este niño no puede jugar bola. Es un enano, es demasiado frágil, demasiado pequeño’. Pero inmediatamente te dabas cuenta que había nacido diferente, que era un fenómeno e iba a convertirse en algo impresionante”.

Su baja estatura no era normal. A los diez años y luego de varios estudios, un doctor del Newell’s detectó un problema con las hormonas de crecimiento que retrasaba su desarrollo óseo. El tratamiento con hormonas costaba unos mil dólares al mes, según el diario El Gráfico de Argentina, y el club no quiso costearlo. Por un tiempo Jorge Horacio, el papá de Leo, que trabajaba en una fábrica acerera, logró pagarlo, pero cuando se hizo imposible la familia entera tomó la decisión de probar suerte en Cataluña, España, donde tenían familiares.

Rosario, en Santa Fe, la tercera ciudad más grande de Argentina y la cuna de Lionel Messi y el Che Guevara. LA PRENSA/Agencias
Rosario, en Santa Fe, la tercera ciudad más grande de Argentina y la cuna de Lionel Messi y el Che Guevara. LA PRENSA/Agencias.
DE LA SERVILLETA A LA HISTORIA

El talento de Messi ya había llegado a ojos y oídos de cazatalentos del Barcelona, así que cuando la familia Messi fue a presentarlo al equipo, ya sabían más o menos por dónde iba el asunto. El entrenador del equipo era Carles Rexach, y discutía con los directivos si era buena idea o no fichar al niño de 13 años y un metro con 40 centímetros de estatura.

“No estaban convencidos porque implicaba el traslado de toda la familia. Rexach organizó un amistoso y Messi la descosió. De allí mismo se llevaron a los Messi a una cafetería para firmar el contrato simbólico en una servilleta”, indica El Gráfico, una biografía punto por punto del astro argentino.

El preacuerdo sobre la servilleta, que era de tela, fue sencillo. Tenía la fecha, 14 de diciembre del 2000, anunciaba a los testigos y el compromiso del técnico Rexach para firmar al niño “a pesar de algunas opiniones en contra”. Hoy está enmarcada y es de las piezas más buscadas en el museo del Barcelona.

Lo que sigue después del episodio de la servilleta, la avalancha de títulos que ha coleccionado, no es secreto para nadie. Probablemente lo más curioso es que era el mismo Lionel Messi el que, de los 13 a los 15 años, se inyectaba hormonas todas las noches en un músculo de su brazo o en una de sus piernas. Su primer partido oficial de liga fue el 16 de octubre del 2004 contra el rival local Espanyol, con solo 16 años. Y cuando cumplió los 18, luego de un lustro en La Masia —la mítica escuela de futbol del Barcelona que formó a Josep Guardiola, Carles Puyol, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, entre otros—, firmó su primer contrato profesional como jugador del equipo.

Desde entonces ha ganado siete ligas de España, cuatro Champions League, cinco Balones de Oro, es el mejor goleador histórico de la península ibérica con apenas 28 años y posee muchísimos títulos colectivos e individuales más que ya han grabado su nombre en la historia. No existe una competencia que no haya ganado con el Barsa, pero con Argentina “no ha logrado dar una”, según la prensa argentina en general.

En los Mundiales, la Argentina con Messi avanza hasta donde Alemania le permite. En 2006 perdió ante los teutones en cuartos de final, en tanda de penaltis; en 2010 se comió un 4-0 contra los alemanes en la misma fase y en el 2014, en Brasil, perdió la final por 1-0 con un golazo del alemán Mario Götze al minuto 113, en el segundo tiempo extra. Y también hay que mencionar que en 2015 Argentina perdió la final de la Copa América contra Chile, el anfitrión del torneo. Por eso Messi “no da una” con la selección. Y a los gauchos eso los saca de quicio.

En una entrevista para TyC Sports, en diciembre de 2015, Messi dijo, pausadamente:

“La pasamos mal en la selección. Tuvimos la suerte de llegar a una final de un Mundial y de una Copa América y seguimos escuchando a gente que nos mata con las críticas. No perdimos en octavos, llegamos a la final. Escucho que dicen que no sentimos la camiseta, que no ponemos huevos y que no corremos. Pero el futbol no se trata de poner huevos. Perdimos la final del mundo contra Alemania, que tiene grandes jugadores. Con Chile lo mismo y perdimos en penales. Me da bronca la gente que te mata sin pensar en nada. No voy a cantar el himno a propósito (nunca lo ha cantado y se lo recuerdan con frecuencia). A mí no me hace falta cantar para sentirlo. Los Pumas por ahí lloran (la selección de rugby), lo viven de otra manera y está bien”.

El periodista y escritor argentino Jorge Barraza, en respuesta al mar de críticas después de que la selección sucumbiera ante Chile, escribió: “Argentina no merece a Lionel Messi. El periodismo en general, y el argentino en particular, da vergüenza ajena con Messi”.

Fachada del edificio central del bufete de abogados panameño, Mossack Fonseca, protagonista del escándalo #PanamaPapers. LA PRENSA/Agencias.
Fachada del edificio central del bufete de abogados panameño, Mossack Fonseca, protagonista del escándalo #PanamaPapers. LA PRENSA/Agencias.
LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

El futbol no es solo un deporte y Jorge Horacio Messi, Rodrigo Messi, Matías Messi y Marisol Messi lo saben. Según la revista Forbes, Lionel Messi ganó 74 millones de dólares en 2015. Su salario, primas por títulos incluidas, fue de 52 millones, y el resto lo ganó por contratos publicitarios y derechos de imagen. Sus principales patrocinadores son Adidas, Huawei, Gillette y EA Sports. Su agente es su padre, Rodrigo y Matías son “grandes apoyos en lo laboral y en lo personal”, además de ser a veces sus portavoces en eventos promocionales, y Marisol “es la community mánager de la familia”, según el medio español Divinity.

Lea también: Los papeles de Panamá, convulsión mundial por filtración

Entre 2007 y 2009, por malas gestiones de Jorge Horacio (según lo alegado oficialmente), Lionel Messi no pagó 4.1 millones de euros por impuestos al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Según el diario El País, “en los tres años bajo sospecha, Messi ingresó 10.1 millones de euros en contratos publicitarios con grandes compañías de todo el mundo. Gracias a la ingeniería fiscal organizada por Jorge Horacio Messi y sus asesores, el jugador omitió esos ingresos en las declaraciones de Impuesto sobre la renta de Personas Físicas”.

Esa noticia se supo en junio de 2013 y hace una semana, en medio de la filtración de los papeles de Panamá, se descubrió que solo un día después de hacerse pública la primera noticia de fraude fiscal de los Messi y su creación de la hábil red societaria para evadir impuestos, ellos “utilizaron un despacho uruguayo para construir una sociedad panameña con la que habrían seguido facturando sus derechos de imagen a espaldas de la Agencia Tributaria española”, según afirma El Confidencial, que tiene acceso a los documentos filtrados.

Lea también: Latinoamérica calla ante escándalo

En resumen, se trata de la historia de un crack futbolístico que gana muchísimo dinero y una familia que no desea pagar impuestos sobre ese dinero para quedarse siempre con lo máximo posible. Estas jugadas, aunque de momento los Messi únicamente han tenido que pagar multas cuantiosas, les han dejado récords penales inquietantes. Hacienda ha llegado a pedir poco menos de dos años de prisión para Messi y la Fiscalía ha pedido año y medio al padre.

Hasta el momento, la frase que más se le recuerda a Leo Messi ante el juez es: “Si lo dice mi padre, firmo con los ojos cerrados”.

Celia Cuccittini celebra su cumpleaños con Lionel Messi, su hijo. LA PRENSA/Fotografía tomada de la cuenta oficial de Instagram de Lionel Messi.
Celia Cuccittini celebra su cumpleaños con Lionel Messi, su hijo. LA PRENSA/Fotografía tomada de la cuenta oficial de Instagram de Lionel Messi.
EL AMOR DE SU VIDA

De acuerdo con algunos medios españoles, quien no termina de digerir cómo los Messi manejan el dinero de su hijo prodigio, es su novia, con la que vive.

Antonella Roccuzzo conoció a Leo cuando ella tenía ocho años y él nueve, en Rosario. A esa edad, según El País, él le escribió en una carta: “Vas a ser mi novia”. Y jugaron a serlo hasta el 2000, cuando él se mudó a Barcelona.

Lionel Messi y Antonella Roccuzzo, en 1996. LA PRENSA/Fotografía tomada de la cuenta oficial de Instagram de Antonella Roccuzzo.
Lionel Messi y Antonella Roccuzzo, en 1996. LA PRENSA/Fotografía tomada de la cuenta oficial de Instagram de Antonella Roccuzzo.

Se rumora que en el 2004 Messi regresó a visitar su ciudad natal y se encontró en la calle con Antonella. Ella no fue a clases y pasaron el día juntos. Según Depor.com, desde ahí mantuvieron una relación que dejó de ser secreta en 2008, cuando pasó a ser secreto a voces. La pareja hoy tiene dos hijos: Thiago, que nació en 2012, y Mateo, a finales de 2015.

Lionel y Thiago Messi junto a Antonella Roccuzzo, embarazada de Mateo. LA PRENSA/Fotografía tomada de la cuenta oficial de Instagram de Antonella Roccuzzo.
Lionel y Thiago Messi junto a Antonella Roccuzzo, embarazada de Mateo. LA PRENSA/Fotografía tomada de la cuenta oficial de Instagram de Antonella Roccuzzo.

Hasta hace poco, todos los Messi y Antonella vivían juntos en una gran casa en la zona exclusiva de Castelldefels, en Barcelona, pero Antonella —como afirma el sitio Divinity— le habría pedido a Messi que se marcharan a una morada más privada. Junto a sus hijos, la pareja vive ahora en Pedralbes, en un dúplex de lujo, parte de un edificio donde viven otros 11 vecinos. Allí es donde Antonella toma la mayoría de las fotografías que comparte en Instagram, buscando muchas veces el máximo de ternura posible con sus dos bebés. Allí es donde Messi “vive una vida normal, como cualquier persona”, como él mismo ha dicho, tímido, en entrevistas. Porque así es él. Un goleador elocuente en la cancha y un hombrecillo bajo y taciturno fuera de ella. Quizás es eso lo que nunca gustó a los argentinos. Porque Maradona no solo era muy bueno con la pelota. Era un protagonista de escándalos. Una bomba mediática.

 

Las 10 curiosidades de Messi

Pequeño. Le dicen “La Pulga” porque mide 1.69 metros, dos centímetros más que Diego Maradona.
Gastronomía. Su comida favorita es la milanesa napolitana, una empanada de carne de res con salsa de tomate y queso derretido.
Fanático. Su ídolo de infancia era el argentino Pablo Aimar, que jugaba en el River Plate.
Dinero. En vacaciones organiza partidos amistosos para recaudar fondos para su fundación benéfica y también para pagar impuestos.
Pasatiempo. Le encanta jugar PlayStation y es excelente en los juegos de FIFA. Ha jugado contra los mejores del mundo en eventos promocionales.
Padre. Tiene tatuadas las manos de su primer hijo, Thiago, en su pierna más hábil, la izquierda.
“Maradoniano”. A los 19 años le anotó un gol al Getafe, en Copa del Rey, partiendo desde atrás del mediocampo y quitándose él solo la marca de 7 rivales.
Ritmo. Su música preferida es la cumbia. El grupo cordobés La Banda del Tigre Ariel compuso el tema “La cumbia de Messi”.
Ibérico. Obtuvo la ciudadanía española el 26 de septiembre de 2005.
Socio. Su primer hijo, Thiago, ya es socio del club Newell’s Old Boys, y desde su nacimiento el equipo preparó un uniforme completo para el retoño de Messi con el número 10.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí