El suelo cuarteado, el sol abrasador y el intenso calor son el preludio de la devastación del sector norte del gran lago Cocibolca que se ha visto reducido a charcos, exponiendo restos de animales y agudizando la sed de los habitantes de El Potrerillo, de Acoyapa, Chontales.
El Potrerillo está compuesto por 21 familias que viven a la orilla del lago Cocibolca, a unos diez kilómetros del caserío de Pikín Guerrero, una comarca de San Agustín, Acoyapa, Chontales, ubicada a 25 kilómetros de La Palma, en el kilómetro 155 carretera hacia El Rama.
En el lugar, la playa está visiblemente ensanchada por la retirada del lago de su orilla, “la peor vista hasta hoy”, dice Felipe Granado, de 56 años, pescador y habitante de esa comarca. “En verano siempre había una retirada del agua, el año pasado hubo, pero esta ha sido en exceso. Usted camina para adentro del lago un kilómetro con el agua al ojo del pie”, detalla Granado.
A medida que se avanza sobre la costa buscando el agua del lago, aparecen múltiples conchas de almejas, como formando una alfombra, estas quedaron varadas por falta de agua y murieron en su intento de llegar al agua otra vez. Las otras víctimas son las sardinas que también quedaron encalladas cuando el agua del lago se retiró. El hedor a mortandad empieza a invadir el ambiente.
El área que se secó de este lado del gran lago de Nicaragua es de unos diez kilómetros cuadrados, calcula Dalmer Agustín Canales Aguilar, de 21 años. “La parte seca va de Punta Mayales hasta El Acetunal. Solo han quedado como dos charcos, pero tienen más lodo que agua”, dijo Canales.
Otra especie afectada son las tortugas, quienes salen para desovar a la orilla, pero se les ha hecho tan lejos que no pueden regresar al agua y terminan como carnada de otros depredadores.
FECTACIÓN A LA COMUNIDAD
La retirada del agua del lago Cocibolca no solo ha afectado a la fauna acuática, sino también a las familias que viven cerca, ya que la pesca —principal medio de subsistencia— se ha reducido y se hace más difícil tener acceso al agua para tomar y realizar los quehaceres del hogar.
Canales cuenta que la pesca está mala, casi no sacan pescados y tienen que arrastrar el bote hasta diez kilómetros hacia dentro del lago porque el agua está rala, es decir no hay profundidad suficiente para navegar. “De treinta docenas de mojarras que sacábamos, ahora sacamos ocho docenas y hasta seis docenas algunas veces”, dijo el pescador.
Para acarrear agua para tomar y para el uso de la casa se tienen que hacer seis viajes a caballo cada dos días. “La Pinta (nombre de la yegua) hasta abre las patas para no quedar atollada en el lodazal del lago”, cuenta el lugareño.
Cornelia Romero, otra habitante de la comarca El Potrerillo, expresó que tarda una hora con sus dos hijitas de 3 y 10 años, para sacar del lago dos baldes de agua para el hogar. “Ahora está muy lejos el agua”, reprocha Romero.
DRAGAR BOCANA
Ramona Baltodano, habitante del caserío Pikín Guerrero, expresó que hace dos años viene azotando duro el verano a su comunidad, tanto que se secó el estero de Pikín, pues el agua del lago se ha retirado tanto que ya no los abastece de agua.
“Era un estero lindísimo con gran corriente. Había manadas de monos congo, pero los pobres han desaparecido, como dos andan todavía rondando el lugar”, refirió Baltodano.
Alberto Martínez, otro poblador, dice que la sequía ha afectado tanto que ya ni sembrar quieren por miedo a perder como el año pasado.
Algunos pobladores señalan la producción de arroz como una de las causantes de la sequía del estero, aunque en el lugar no se reconozca abiertamente, pues el cultivo de este grano es una de las principales fuentes de ingreso.
“Estamos haciendo gestiones en el Marena, Alcaldía de Acoyapa y la Procuraduría Ambiental para ver la posibilidad de dragar la bocana porque el agua del lago ya no está entrando. Para el consumo del caserío tenemos cuatro pozos que aún tienen agua gracias a Dios”, dijo José Valentín Reyes, secretario político de la comunidad.
Ambas comunidades tienen sembradas sus esperanzas en la llegada del invierno. “Pues vea como este es un fenómeno natural que está afectando a todo el país y otras regiones, solo nos queda esperar el invierno que al menos está pintando bien”, recalcó Reyes.
Cementerio de almejas y sardinas por retirada del agua del lago Cocibolca en comarca El Potrerillo.@laprensa pic.twitter.com/6gUpthHzfp
— Martha Vásquez (@MarthaVasquezLP) 11 de abril de 2016