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El actor y declamador José Arias repasa su vida en el teatro y su participación en varias obras clásicas.LAPRENSA/Manuel Esquivel

El actor José Arias García en los escenarios

Arias García laboró en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y otras instituciones financieras del país; actualmente está jubilado lo que le ha permitido estar más de lleno en lo que le apasiona: la declamación teatralizada.

“Hacer teatro es el hobby de mi vida, me fascina”, se confiesa José Arias García, economista y administrador de empresas; discípulo de la maestra Socorro Bonilla Castellón que ha hecho carrera como actor, director teatral y declamador.

Arias García laboró en el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y otras instituciones financieras del país; actualmente está jubilado lo que le ha permitido estar más de lleno en lo que le apasiona: la declamación teatralizada.

Actualmente cuenta con varios proyectos, el principal actuar como Rubén Darío en La travesía, obra de ficción del dramaturgo español Javier Amor, guion que relata el último viaje trasatlántico del poeta en su retorno a tierras americanas.

“En su viaje en barco de vapor, desde Barcelona a Baltimore, Darío se encuentra con el Capitán, un grumete, (un nica), y la Parca (muerte), para su puesta en escena mezclaré los diálogos con los poemas”, detalla Arias García.

Esta obra es una producción de la Compañía Profesional de Teatro, será dirigida por Xavier Espinoza, y se presentará a finales del mes de junio en la Sala Experimental Pilar Aguirre.

DECLAMADOR

Arias García evoca el recuerdo de su maestra Socorro Bonilla Castellón, una cultivadora y promotora de la declamación de los versos de Rubén Darío sobre escenario teatrales, universitarios y de secundaria.

Dice que en el año 2000, Bonilla Castellón le pidió que impartiera la cátedra Rubén Darío, y que en su primera sesión le preguntó a un estudiante ¿quién era Darío? y la respuesta le dejó pálido: “Era un bolito que hacía poemas”, contestó el joven.

El desconocer la magnitud literaria y detalles de la vida de Darío, ha llevado a este actor a dedicar más tiempo para tratar de cambiar esa imagen negativa que se tiene del poeta.

Ha participado en numerosos eventos. El más reciente, en el Eterno universal, espectáculo que conmemoró el Centenario de la muerte de Rubén Darío realizado en la Sala mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, donde recitó Los motivos del lobo, Salutación al optimista, entre otros.

REPERTORIO

Arias García afirma que cuenta con un repertorio de con 20 poemas de largo aliento y posiblemente los vaya grabar en un CD si alguien se interese en patrocinar su edición. Y nombra algunos, como Letanía de nuestro señor Don QuijotePoema de otoñoSonatinaCanción de otoño en primavera.

Su pasión por este arte, confiesa el actor, lo ha llevado a declamar versos del poeta español Federico García Lorca, del chileno Pablo Neruda y de otros modernistas y románticos.

“El último al que le declamé sus versos fue al poeta Carlos Martínez Rivas, él me dijo, en una de las celebraciones que le hicieron antes de morir, que era su declamador”, exterioriza con orgullo el actor.

Otros de sus proyectos es Soy Darío, espectáculo que consiste en dar a conocer la vida y obra poética del bardo en sus años de niñez y juventud; y busca llegar a los estudiantes de los colegios de Managua.

Jose Arias
El actor José Arias. LAPRENSA/Manuel Esquivel
LOS SETENTA

Recordó que en los años sesenta recibió las primeras clases de actuación y declamación con la maestra Socorro Bonilla Castellón; entonces era estudiante del Instituto Nacional Central Ramírez Goyena.

Relata: “Mi primera obra en la que participé fue en La zapatera prodigiosa, de Federico García Lorca, y hacía el alcalde; y volví a actuar en la misma obra, cuarenta años después con el personaje del zapatero”.

Cuenta que de 1970 a 1972 reunió a varios de sus amigos para hacer teatro universitario de protesta. Y que la primera obra que montó en el recinto universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Managua, fue Luz negra, de Álvaro Menen Desleal.

Para este montaje contó con el actor Álvaro Cajina y el apoyo del poeta Horacio Peña. “También presentamos, Delito, Condena y Ejecución de una Gallina, de Manuel José Arce”; luego Vida pasión y muerte de un pueblo; y el monólogo El sepulturero, de Horacio Peña.

Entusiasmado por sus éxitos, saltó a la Sala Experimental del Teatro Nacional Rubén Darío y ser parte en 1974 de la obra Diálogos o fechas en blanco, de Adolfo Calero Orozco, y rozarse con actores de la talla de Hugo Hernández Oviedo y Ruth Obregón. E hizo el papel del sargento.

Luego con el productor islandés Einar Svenson crearon la Compañía Teatral de Managua y llevaron a escena la pieza teatral Picnic de Rosemary Sidney, la que fue dirigida por el ecuatoriano Patricio Zurita, en ella actuaron Pilar Aguirre, Elsa Arana Socorro Bonilla y Evelyn Martínez, explica.

Al año siguiente montaron La Ratonera, de Agatha Christie, él hacía del asesino, el personaje clave. También se llevaron a escena Espectros.

CON EL TALÍA

Es hasta 1989 que regresa para actuar con el personaje de Pedro, en Los Fusiles de la Madre Carrar. Este mismo, dice, se encuentra con el argentino Pedro Galarza y el poeta Raúl Orozco, Evelyn Martínez, Maira Santos, Xiomara Centeno, Salomón Morales, Carlos Santos, Pilar Aguirre, y fundan el grupo de teatro Talía.

De sus participaciones memorables recuerda las doce presentaciones del monólogo Las manos de Eurídice, obra dramática escrita por el brasileño Pedro Bloch, de una hora 50 minutos en escena.

En ella hacía el personaje de Gumersindo Tavares y fue dirigido por el poeta Raúl Orozco. Tuvo la oportunidad de ser dirigido por Orozco en la obra de teatro poético Los Caminos de Federico García Lorca, la que se presentó en el Primer Festival del Monólogo en 1995.

Con este grupo del teatro Talía también actuó en las obras, La señorita Julia, y en Cuesta abajo.

En su nueva etapa se identifica como parte del Teatro de Cámara de Managua, junto con el actor y dramaturgo Javier Amor. “Hace poco hicimos La extranjera, yo era el tramoya”, dice el actor.

El año pasado participó con su personaje Carlos Gardel, en la película Aquel 17 de julio con Gardel o las dubitaciones del susodicho ese mismo día por la noche, de Rafael Vargarruiz.

Revela que tiene una novela, El nica de Goascorán, con un contenido de ficción y de su biografía. Y que en sus ratos libres, se dedica a trabajar figuras de resina de poliéster, las que son utilizadas por Canatur.

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