Pasa frecuentemente y le ha sucedido a muchos. Decimos “voy por unas dos cervezas con amigos” y nos terminamos tomando seis o más. Científicos se dieron a la tarea de escudriñar el misterio y podría estar ligado a que el alcohol no deja ver más allá de la siguiente jarra, vaso o copa.
Un catedrático de Psicobiología dijo al diario El País, de España, que “beber tiene efectos en todo el cerebro, pero antes que nada en la corteza prefrontal, que es nuestro director ejecutivo”. Según la publicación, esta es la zona que planifica, toma decisiones, valora posibilidades de éxito para nuestras acciones y evalúa la importante relación costo-beneficio de estas.
Además expertos señalan que este tipo de bebidas tienen efectos que desinhiben y llenan de euforia al consumidor, por lo que es fácil que nos dejemos llevar por el grupo de amigos en lugar de nuestro propio juicio.