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FMI: En Nicaragua urgen reformas para seguir creciendo

Nicaragua requiere con urgencia empujar reformas estructurales para asegurar que el crecimiento económico de los últimos años sea perdurable y comience a permear entre los pobres.

Nicaragua requiere con urgencia empujar reformas estructurales para asegurar que el crecimiento económico de los últimos años sea perdurable y comience a permear entre los pobres. Las directrices de esas reformas están definidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en cuatro áreas claves: políticas fiscales, mercado financiero, competitividad y avanzar en la modernización del sistema estadístico.

En los últimos años la economía de Nicaragua ha crecido por encima del cuatro por ciento. Solo el año pasado repuntó 4.9 por ciento y la aspiración es crecer a más del cinco por ciento.

En materia fiscal, Gerardo Peraza, economista principal en la División de Países Latinos del Caribe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, explica que para aumentar el crecimiento económico es necesario que la política fiscal esté encaminada a reducir la deuda pública y disminuir la entrega de exenciones y exoneraciones, así como una revisión de la política de subsidio energético.

“Las alícuotas elevadas y la percepción de inequidad que generan los numerosos incentivos y exenciones fiscales, que favorecen a los hogares de altos ingresos, contribuyen a una elevada tasa de informalidad”, recuerda Peraza.

De igual modo, el funcionario del FMI menciona que Nicaragua debe procurar que el régimen fiscal de las pequeñas y medianas empresas esté encaminado a reducir la informalidad y promover el crecimiento.

De hecho, según la encuesta de Empresas Sostenibles 2015, que publicó el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), revela que la informalidad afecta principalmente a las micro, pequeñas y medianas empresas. Y muestra de ello es que solo el 10 por ciento de las microempresas están registradas en la Dirección General de Ingresos o en la Seguridad Social, aunque el 38.9 por ciento de estas está inscrita en la Alcaldía. En tanto, las empresas grandes (con más de cien empleados y que son minoría en el país), el cien por ciento está inscrita en la DGI y la Alcaldía, mientras que solo un 95.5 por ciento aporta a la Seguridad Social.

Peraza afirma que durante las negociaciones que sostuvieron con el Gobierno, en el marco de la revisión del artículo IV, conocieron que las revisiones de las exoneraciones y exenciones se harán posterior a las elecciones de noviembre próximo. Por ahora las autoridades de gobierno están analizando los ajusten que se harán en ese terreno.

Atrás no se quedan los ajustes que se requieren en la entrega de subsidios en el mercado eléctrico, un costo que el representante del FMI en Nicaragua, Juan Fernando Zalduendo, lo estima en 1.25 por ciento del Producto Interno Bruto.

Zalduendo afirma que el actual sistema de subsidio eléctrico distorsiona el consumo, aumenta el costo de la energía y además está poco focalizado. De llevarse acabo estos ajustes, en 2017 el espacio fiscal aumentaría en uno por ciento del Producto Interno Bruto, calcula.

retos en productividad
DEUDA PÚBLICA ESTABLE, PERO CON RIESGOS

Esta reforma en el terreno fiscal ayudaría, según el organismo, a crear espacios para que la deuda pública comience a declinar gradualmente y a largo plazo no se vea afectada por un posible desajuste más grave en las finanzas de la Seguridad Social.

“En el mediano plazo la deuda es sostenible, ahora el problema es en el largo plazo cuando vemos el problema del INSS, vemos que la deuda pública sube un tanto, pero aún se mantiene dentro de los marcos de referencia”, especifica.

Peraza y Zalduendo coinciden en que el problema es que la reforma paramétrica a la Seguridad Social no ha dado los frutos esperados. “Hay que empezar a pensar los motivos y cómo uno puede introducir cambios que retornen al sistema a su sostenibilidad”, afirma.

Y de entrada la elevada tasa de informalidad de la economía se convierte en el peor cuello de botella para encontrar la sostenibilidad de la Seguridad Social, apunta Zalduendo. “Si hubiera un cambio sustancial en la informalidad para mayor formalidad e incluso dependiendo de la edad de las personas que empiecen a ser formales, cambias rápidamente el ejercicio del cálculo de sostenibilidad”, explica.

En la reducción de la informalidad, que ayudarían a salvar a la Seguridad Social, Zalduendo insiste en que si Nicaragua se encamina a un sistema con menos exoneraciones y tasas de impuestos más bajas para las pymes se verían mejores resultados en esta área.

Además contribuiría a que el paso de las pequeñas empresas a un tamaño más grande se acelere. “En Nicaragua este dinamismo está todavía en su infancia”, afirmó Zalduendo al tiempo que admitió que lidiar con estas barreras no es fácil.

MÁS EDUCACIÓN, PERO DE CALIDAD

Un ingrediente imprescindible en esta necesidad de reformas y ajustes es la inversión en educación. Pero eso no implica necesariamente, según el organismo, aumentar más lo que se destina para el gasto en educación, sino más bien avanzar para que esta cada vez sea de mayor calidad.

“El gran problema de Nicaragua no es que los chicos no vayan a la escuela primaria, todo el mundo se enrola, el problema es que no todos la terminan”, explica Zalduendo, quien señala que ahí está el reto del país: buscar estrategia que reduzcan la elevada tasa de deserción escolar.

Zalduendo ve en Nicaragua “gran mejora” en la tasa de retención escolar primaria desde 2007, pero aún el país sigue teniendo los peores resultados en esta materia a nivel de América.

En lo que sí hay grandes mejoras, comparado con los países del mismo nivel de desarrollo económico que Nicaragua, Zalduendo menciona la salud y la expectativa de vida, un esfuerzo que debe hacerse en el campo de la educación.

MÁS COMPETITIVIDAD

Al engranar esas reformas estructurales se conseguiría mayor competitividad, un terreno que también requiere mayores ajustes principalmente en materia de infraestructura, la logística que apoyan al comercio, el capital humano y mayor competencia de mercado.

Peraza indica que al reforzar las aristas antes mencionadas, el país sería menos vulnerable a los choques externos. “El país ya enfrenta un déficit en cuenta corriente externo alto, el cual es financiado con inversión extranjera directa y una creciente deuda privada”, recuerda.

Zalduendo además recuerda que hay que hacer esfuerzos para sofisticar las exportaciones, elevar la productividad de la mano de obra, invertir en los puertos que faciliten el comercio exterior, mejorar la tramitología, reducir las barreras que nuevas empresas ingresen al mercado y rompan monopolios, entre otros.

Durante la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington, la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, abogó para que al comercio exterior se le eliminen las barreras, al recordar que este es un buen instrumento para reducir pobreza, un llamado al que también se unió el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.

Además hay que “mejorar algunos aspectos de clima de inversión con reglas más claras para las pequeñas y medianas empresas”, sostiene Zalduendo.

Todas estas reformas son urgentes, admiten ambos funcionarios, para que Nicaragua pueda sostener su crecimiento en un contexto externo menos favorable, por la posible prolongación de la baja de los precios de las materias primas, estancamiento de la economía mundial, los riesgos en la estabilidad financiera global, entre otros.

Peraza niega que el FMI solo haya quedado con los aspectos macroeconómicos en su diálogo que mantiene con el Gobierno de Nicaragua, y muestra de ello, agrega, es que el informe completo de revisión de la economía en el marco del artículo IV ahonda sobre todas estas reformas. La decisión de adoptarlas o no, ya corresponde al ejecutivo.

estabilidad financiera
El trabajo en el sector financiero

Es la alta dolarización del sistema financiero —estimado en un 80 por ciento de los activos del sector bancario— lo que inquieta al Fondo Monetario Internacional, y donde admite hay poco margen de maniobra, por lo que debe estar bajo vigilancia.

Gerardo Peraza, economista principal en la División de Países Latinos del Caribe del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, dijo que en esta área no se está diciendo que se debe desdolarizar la economía, sino más bien crear mecanismos que permitan proteger a los tenedores de créditos, cuyos ingresos en su mayoría están en córdobas.

“Los reguladores bancarios tienen que revisar constantemente las herramientas macroprudenciales de las que disponen para mitigar los riesgos vinculados al alto grado de dolarización”, enfatiza.
Esto ayudaría a proteger al sistema financiero altamente dolarizado de los riesgos que implica el fortalecimiento del dólar y el aumento de tasas de intereses en la economía mundial.

Cifras más fiscalizables

En cuanto al marco estadístico, Gerardo Peraza, del FMI, dice que se debe introducir en el sistema procedimientos para controlar la calidad de las cifras y fortalecer la comunicación con los usuarios de las mismas. “Las prácticas adecuadas de divulgación de datos son esenciales para la formulación e implementación de políticas económicas que promuevan el crecimiento y la estabilidad macroeconómica”, resalta. De lograrse estas mejoras, Peraza dice que se facilitaría el proceso de análisis y vigilancia de las estadísticas entre los agentes de mercado, medios de comunicación y el público en general.

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