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Cuba

Cubanos compran pollo en uno de los negocios de la red de tiendas minoristas de Cuba, que realizaron una rebaja de precios en algunos productos básicos, principalmente alimentos. LA PRENSA/EFE

Cuba celebra “viernes negro” de alimentos

Cuba realiza la primera rebaja de precios de alimentos dispuesta por el gobierno comunista en décadas ante el creciente reclamo de una población castigada por los bajos salarios.

Los cubanos, algunos con más curiosidad que dinero, se volcaron a los supermercados este viernes atraídos por la primera rebaja de precios de alimentos dispuesta por el gobierno comunista en décadas ante el creciente reclamo de una población castigada por los bajos salarios.

“!Era lo que estábamos pidiendo desde hace años, que bajaran un poco los alimentos! Porque comer en Cuba es un lujo que pocos se pueden dar”, declaró el electricista Rafael González, de 42 años, en la Plaza Carlos III, uno de los supermercados más populares de La Habana.

Aprovechando la rebaja y que la Plaza estaba abastecida “como hacía rato no la veía”, González se gastó 25 dólares – equivalentes a su salario mensual- en cárnicos, pero lamentó que “otros productos como el queso y el yogur no se beneficiaron con la rebaja”.

La reducción de hasta el 20 por ciento en los precios controlados de 71 rubros alimenticios, entre ellos algunos de amplia demanda nacional como el pollo, carne molida, el aceite y el arroz, fue anunciada la noche del jueves por la televisión estatal y explicada detalladamente este viernes por la prensa local, bajo control del Estado.

POR SALARIOS

El gobierno de Raúl Castro adujo la pérdida adquisitiva de los salarios para forzar esta reducción de precios, que si bien había sido dispuesta antes para algunos productos, es la primera vez en décadas que cobija a un alto número de ellos.  Sin conglomeraciones, la afluencia a las tiendas era más alta de la usual.

Las autoridades, que no publican cifras de inflación, reconocieron las dificultades que enfrentan los cubanos por la diferencia de precios e ingresos, y se comprometieron a adoptar medidas de alivio al término del pasado Congreso del gobernante Partido Comunista (único).

El anunció de la rebaja corrió el jueves como pólvora entre los cubanos y era motivo de cotilleo este viernes. Algunos consideraban la rebaja muy limitada, mientras otros se preguntaban por cuánto tiempo el gobierno podrá mantener las tiendas abastecidas, como estaban este viernes.

El Estado cubano, que controla el 80 por ciento de la economía, arrastra viejos problemas de abastecimiento a consecuencia de un sistema deficiente de producción – reconocido por el gobierno – y trabas en la importación vinculadas con el embargo estadounidense.

TODAVÍA NO ALCANZA

Los cubanos, con un salario promedio de 24 dólares el mes, reciben una canasta básica subsidiada pero insuficiente a través de la libreta de abastecimiento, que deben completar en una red de tiendas, abiertas a comienzos de los años de 1990 en el marco de la tímidas reformas económicas emprendidas por Fidel Castro.

Pero desde la creación de estos mercados, que operaron solo en divisas hasta el año pasado, los cubanos le reclamaban al gobierno una rebaja en los precios, sobre todo de los comestibles, inalcanzables para sus deprimidos bolsillos.

En Cuba opera desde hace más de una década un sistema bimonetario único en el mundo, en el que circulan dos monedas de cuño local: el CUP o peso cubano, y el CUC o peso convertible. Un CUC equivale a un dólar o 25 pesos cubanos.

“¿Cuánto gano yo? 270 (pesos cubanos). ¿Cuánto gasté aquí, 3.25 CUC (78 pesos cubanos). Aquí no hay ninguna rebaja en ese sentido, no se puede vivir con el salario que uno tiene, más los jubilados”, ilustró Lázaro Golgal, de 74 años, que compró menos de dos kilogramos de pollo.

En cambio, el también pensionado Manuel Valero, que compró una caja de pollo de 15 kg, opinó que la rebaja demuestra de que “hay cierta mejoría para poder económicamente estar un poquito más holgado”.

Otros como la anciana Rafaela solo acudió al mercado para “curiosear”. Para “ver si lo que le había dicho su vecina era cierto”. Como ella, muchos pasaron su vista por los estantes inhabitualmente llenos en la isla.

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