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El río que pasaba por la comunidad Sánchez 2 se secó y ahora es utilizado como un camino. LAPRENSA/CORTESÍA

Drama por la sequía en Tola

Pozos secándose por falta de lluvia, dificultad para trabajar la tierra y la migración a otras partes de Rivas o a Costa Rica, son algunos de los resultados presentados en el estudio, que se desarrolló en aproximadamente siete meses.

Los testimonios de los pobladores de las comunidades Sánchez 2, Los Caimitos y El Chorro, ubicadas en el municipio de Tola, Rivas, resumen los estragos provocados por la sequía en la zona: por donde pasaba un río ahora solo hay camino, los pozos están secos, por falta de agua se ha dejado de trabajar la tierra y muchos jefes de familia han tenido que migrar en busca de ingresos.

Este escenario dramático, documentado en una investigación realizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Centroamericana (UCA), ha llevado a que los más de 1,200 habitantes de esas tres comunidades piensen en prácticas efectivas que garanticen la vida frente al devastador fenómeno climático de El Niño.

José Luis Solórzano, coordinador de la investigación, sostuvo que la afectación es grave y que particularmente en estas tres comunidades es significativo porque muchas familias históricamente han vivido de la agricultura como subsistencia.

Por la sequía “ahí ha habido mucho efecto de la migración, la gente ha tenido que viajar a Costa Rica principalmente, hay migración de las comunidades hacia las zonas costeras para lo que tienen que ver con los proyectos turísticos y producto de las remesas se ha ayudado para comprar los alimentos fuera de las comunidades”, destacó Solórzano, dejando claro que el problema de la sed no ha sido resuelto.

“Los ríos están secos, los pozos están secándose y las comunidades no tienen estrategias para poder hacer un manejo adecuado del agua”, explicó.

RAZONAMIENTO EN LA COMIDA

El impacto de la sequía en esta zona de Tola también se evidencia en la alimentación de las familias. El investigador Ramón Guevara dijo que luego de entrevistarse con los comunitarios conocieron que en muchos núcleos familiares se come poco o que no todos se alimentan.

“Hay familias que ya no solo restringen el número de comida al día, sino que también restringen la cantidad y priorizan además al marido y luego a sus hijos”, detalló Guevara.

En la investigación, presentada ayer en la UCA, al final aparece una lista de recomendaciones que realizaron los mismos pobladores para enfrentar la situación.

Promover la instalación de patios integrales y la producción de hortalizas, así como programas de educación sobre prácticas de relaciones de poder equitativas y la vigilancia nutricional, son algunas de las recomendaciones recetadas por ellos mismos.
Asimismo, propusieron habilitar programas financieros, gestionar apoyo de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y apoyar a los propietarios de pulperías para crear las condiciones adecuadas de los alimentos que se ofrecen a la población.

Lea también: De sed y hambre mueren los monos en Rivas 

La investigación que fue elaborada por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Centroamericana (UCA) tiene como título “Caracterización de la resiliencia de los hogares para enfrentar la inseguridad alimentaria nutricional en el contexto del cambio climático con enfoque de género en tres comunidades del municipio de Tola, departamento de Rivas”.

Ahora que el estudio está finalizado, tras siete meses de trabajo, está a disposición para las autoridades locales, por si pretenden realizar una intervención oportuna, aunque la responsabilidad no debe estar solo del Estado de Nicaragua.

Para la investigadora Rebeca Centeno, Tola presenta dos rostros: el turístico y el árido, este último estudiado por los investigadores Ramón Guevara, Rebeca Centeno y Romer Altamirano, bajo la coordinación de José Luis Solórzano.

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