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INSS, Nicaragua,Seguro Social

LAPRENSA/ARCHIVO

Seguridad Social de Nicaragua pende de mano de obra joven

Según el INSS solo el año pasado el 87% de los nuevos afiliados tenía en promedio 28 años

Nueve de cada diez personas que el año pasado se sumaron a la base de contribuyentes de la Seguridad Social tienen en promedio 28 años, lo que ha ocasionado que las fianzas de dicha institución recaigan en más de un sesenta por ciento sobre la fuerza laboral joven, una tendencia que según economistas no se mantendrá a largo plazo.

Y efectivamente la base de personas menores de 40 años que componen el bolsón de asegurados al Instituto Nicaragüense de la Seguridad Social se ha reducido levemente en los últimos cuatro años, al pasar de 68 por ciento en 2012 a 62.8 por ciento en 2015, según el anuario estadístico de dicha entidad disponible en su portal electrónico.

Pero más allá de eso, el economista Alejandro Aráuz dice que el perfil de edad de los que están afiliándose a la Seguridad Social esconde dos graves distorsiones: el mercado laboral continúa expulsando la mano de obra mayor de 40 años y los nuevos asegurados están llegando con salarios extremadamente bajos, lo que vulnera la sostenibilidad financiera del INSS.

De los 810,654 asegurados que hasta el año pasado contabilizaba el INSS, 526,483 afiliados tenían menos de 39 años, es decir que un poco más del treinta por ciento tenía edades de 40 a más de 64 años.

“A la gente mayor de 40 años no le dan trabajo, esta es una situación que se está generando en todos los países del mundo y en Nicaragua es una discriminación terrible con las personas de 40 años. Si vos ves la publicidad de los periódicos de que se busca empleo te piden menos de 35 años, esa es una tendencia discriminatoria en Nicaragua, esta es una cuestión antimoral y antihumana”, afirma Aráuz.

Entre las razones por las que la mano de obra mayor de 40 años encuentra graves barreras para ingresar al mercado laboral, persiste la idea de que “las personas con mayor edad ya van buscando jubilación y se enferman más rápido y por ende hay más costos para las empresas, pero no es así”, explica el economista.

BAJA PRODUCTIVIDAD  Y SALARIOS PRECARIOS

De ahí que la apuesta de los empleadores que aportan a la Seguridad Social es la mano de obra joven, pero Aráuz hace un alto en esta fase: los nuevos afiliados pasan a engrosar las bases de la Seguridad Social con salarios precarios y baja productividad laboral.

En este sentido, si bien el año pasado la masa salarial del total de los asegurados creció 16 por ciento en relación con el 2014 —llegando a 81,992 millones de córdobas— el salario promedio devengado por afiliado fue de 8,834.50 córdobas, lo que representa un incremento de 6.3 por ciento con relación con el mismo periodo.

En Nicaragua, según el estudio Bono demográfico, bono de género y carga tributaria, que publicó el año pasado la Plataforma Nacional Juvenil, hasta el 2012 solo el 15.4 por ciento de la fuerza laboral empleada —75.5 por ciento en edades de entre 15 y 29 años— tenía salarios por encima del mínimo exento del pago del Impuesto sobre la Renta (IR), que es de 8,333.33 córdobas.

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La mayoría de los jóvenes ocupados hasta ese año eran obreros o peones, según cita el estudio.
De hecho, según el anuario estadístico del INSS, del total de los nuevos afiliados a dicha entidad el año pasado (118,268 personas) una gran proporción provino de dos sectores: trabajadores por cuenta propia, cuya cifra fue casi tres veces más que las registradas en el año 2014, y la agricultura, donde predominan los salarios precarios y la baja productividad, según han demostrado diversos estudios demográficos, tanto privados como oficiales.

Aráuz recuerda que también puntean los sectores como servicios, comercio y construcción, donde la calidad de la mano de obra que se requiere no es sofisticada y por tanto los salarios son extremadamente bajos, “no superan los 10 mil córdobas”. Esto provoca que el aporte de los asegurados sea muy bajo e insuficiente para poder garantizar la demanda de servicios y atención que estaría provocando el declive del auge de mano de obra joven que hoy goza el país, conocido como bono demográfico.

El economista sostiene que para ayudar a que el INSS logre sus sostenibilidad se deben diseñar estrategias para aumentar los ingresos de la base de afiliados, porque de lo contrario el deterioro del mismo se prolongará. “Los ingresos del INSS se están basando en un sector de salarios altamente deprimidos y estos están principalmente en los trabajadores menores de 35 años”, sentencia.

LA MAYORÍA SON JÓVENES

Al analizar la estructura de asegurados por grupos de edad, según datos del Instituto Nicaragüense de la Seguridad Social, el 13.8 por ciento de los afiliados al INSS tiene entre 20 y 24 años; el 17.7 por ciento tienen de 25 a 29 años, y de 30 a 34 años; el cuarto grupo con mayor número de asegurados es el de 35 a 39 años con el 13.6 por ciento.

“La composición de la población en nuestro país es joven y los trabajadores en estas edades siguen constituyendo la fuerza laboral que está requiriendo nuestra economía”, resalta el INSS en su informe.

EL PERFIL DEL INSS

52% de los afiliados a la Seguridad Social estaban hasta diciembre concentrados en Managua.

43.1% de los asegurados al INSS fueron mujeres, según datos hasta diciembre 2015.

56.9% de los afiliados al INSS hasta diciembre del año pasado fueron hombres.

32,738 empleadores tenía hasta diciembre del año pasado el Seguro Social, 6,201 más que en 2014, lo que representó un aumento de tres por ciento de un año a otro.

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