En el bolsón de campeones mundiales que ha tenido Nicaragua está José “Quiebra Jícara” Alfaro, un peleador con más inteligencia que recursos boxísticos, es de aquellos peleadores que tuvieron una oportunidad y la aprovecharon, y aunque se fugó así como llegó, fue suficiente para un sostenimiento económico. Habla y analiza boxeo mejor de como pelea, sin embargo, así como se convirtió en campeón algún día, quiere aprovechar ese estatus del pasado para mejorar su economía y forjar una sorpresa.
Alfaro enfrentará a uno de los prospectos mejor cotizados de la empresa Zanfer, Pedro “La Roca” Campa, vaticinado por algunos comentaristas mexicanos para ser campeón en el 2017, ¿podrá? Tendrá que emplear su velocidad y capacidad de aguante para derrotar a un Alfaro que ha entrenado constantemente, aunque su pelea es a lo blanco y negro, rústico, tiene unas manos de bayoneta.
El mexicano necesita un nombre cotizado en su récord (20-0) para que sea tomado en serio por los organismos y Alfaro brinda ese chance, aunque ha estado distante de aquella guerra que le dio a Erick Morales, la frase “en el boxeo todo es posible”, es el eslogan recurrente en la mente del excampeón.
“Quería pelear otra vez con José Zepeda, pero no quisieron, sin embargo deseo salir con la victoria en esta pelea y luego retar a Zepeda”, indicó Alfaro, quien pelea este sábado en el Malecón Turístico de Sonora, México, en el combate semiestelar de la noche.
Las pautas que ha mostrado Alfaro en sus últimas tres peleas es un indicativo de la desaparición de oxígeno y precisión, a pesar de haber noqueado a Marcos Mojica no se vio bien, luego perdió ante Eduard Troyanovsky y posteriormente ganó en un combate en cámara lenta a Gonzalo Munguía. Alfaro ya no mira el boxeo hambriento como antes, aunque las ansias de triunfar permanecen.
DETALLES
José “Quiebra Jícara” Alfaro no ha conseguido otra victoria importante desde que se convirtió en campeón mundial frente a Prawet Singwancha.
En el combate de este sábado, Alfaro peleará en las 140 libras, una categoría que tomó porque ya no pudo volver a marcar las 135 libras, que es donde lucía con pegada y no tan estático.