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Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos

Fotografía facilitada por la Agencia Central de Noticias norcoreana KCNA que muestra al estadounidense de origen coreano Kim Dong-chul (dcha) en el Tribunal Supremo en Pionyang (Corea del Norte). LA PRENSA/EFE

Corea del Norte encarcela a otro ciudadano estadounidense

Fue condenado a 10 años de cárcel con trabajos forzados tras un breve juicio celebrado en el viernes en la capital del hermético país, Pyongyang.

Corea del Norte condenó el viernes 29 de abril a un ciudadano estadounidense de origen coreano a 10 años de prisión por espionaje y subversión. Kim Dong Chul, el segundo estadounidense condenado en Corea del Norte este año, fue detenido bajo la sospecha de haber cometido espionaje y robo de secretos de Estado.

Fue condenado a 10 años de cárcel con trabajos forzados tras un breve juicio celebrado en el viernes en la capital del hermético país, Pyongyang.

El Tribunal Supremo norcoreano lo halló culpable de los delitos de espionaje y subversión bajo los artículos 60 y 64 del Código Penal del país.

Por el momento no hubo más detalles disponibles. En su presentación ante los medios el mes pasado en Pyongyang, Kim dijo que había espiado y colaborado con la inteligencia surcoreana en una trama para derrocar al liderazgo norcoreano y que había intentado difundir la religión entre los ciudadanos del país antes de ser arrestado en la ciudad de Rason el pasado octubre.

El Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, la principal agencia de espionaje del país, negó cualquier vinculación de Kim con la organización. La condena a Kim llega después de otra de 15 años contra Otto Warmbier, un estudiante universitario estadounidense que según el Norte participó en actividades contra el Estado durante una visita que realizó a principios de año en calidad de turista.

Corea del Norte acusa regularmente a Washington y Seúl de enviar espías al país para derrocar su gobierno y permitir que el ejecutivo surcoreano, respaldado por Estados Unidos, se haga con el control de toda la península de Corea.

Algunos extranjeros detenidos por Pyongyang leyeron declaraciones de culpabilidad aunque más tarde dijeron que habían sido coaccionados para hacerlo. La mayoría de los que reciben largas penas de prisión quedan en libertad antes de cumplirlas en su totalidad.

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