Pareciera ser que Daniel Ortega nos tiene tomada la medida a todos los nicaragüenses, ya que cuando aparece un evento que lo pone a la defensiva en el plano nacional, monta otro que logra desviar la atención de todo el país, provocando el olvido de la sociedad hacia el evento primario.
Recordemos que en marzo del 2015, luego de la enorme presión nacional que se desató con la acción terrorista de la “mochila bomba”, el régimen echó a andar la noticia de los aviones cazas rusos MIG-29 que supuestamente ya estaban contratados con el Ejército de Rusia, lo que obligó a que todo el país hablara de los famosos aviones, que dicho sea de paso jamás llegaron, olvidándose o pasando a segundo plano un evento, que por sus características, horrorizó al país entero y su dedo acusador señalaba como ejecutores de esa atroz acción al Ejército nacional.
Ahora, luego de conocerse la noticia de otra situación parecida a la de la “mochila bomba”, el secuestro, tortura y ejecución del campesino Andrés Cerrato y en la que, coincidentemente, se señala a los mismos autores, surge la “bomba” de la compra de 50 tanques rusos T-72, a uno costo de 80 millones de dólares, los que obviamente serán sacados del presupuesto nacional. Con esto, al igual que con los MIG-29, las noticias de ejecuciones y asesinatos atroces que se dan, al parecer, con una regularidad que asusta, pasan a segundo plano.
Sin embargo, es necesario que el pueblo nicaragüense se informe de algunas cosas a fin de tener una mejor claridad de las cortinas de humo que lanza el régimen.
El Ejército de Nicaragua posee, de acuerdo con publicaciones militares especializadas, 137 vehículos blindados de combate, entre los que se encuentran 62 tanques T-55, tanques livianos PT-76, vehículos de reconocimiento BRDM-2, transportadores blindados BTR 60 y BTR 152. Pero además, las mismas publicaciones señalan dentro del arsenal militar nacional la cantidad de 166 vehículos armados del tipo GAZ Tiger, de reciente adquisición. En comparación, las Fuerzas Armadas de Guatemala, El Salvador y Honduras suman juntas 79 medios blindados, entre tanques livianos del tipo Scorpion y vehículos armados. Esto establecería una correlación de casi 4:1 en tanques y blindados en la región centroamericana. 50 tanques más en el país, llevaría dicha correlación a 4.5:1, sin embargo, lo interesante de esto es que más de la mitad de todos los medios blindados se encuentran almacenados, por lo que su uso es únicamente para demostraciones de fuerza en desfiles y fanfarrias gubernamentales. Por si esto fuera poco, se menciona también dentro del arsenal militar 500 misiles Anti Tanques del tipo 9K-11 Malyutka o su versión occidental AT-3 Sagger, suficiente como para no dejar uno solo de todos los blindados juntos de los ejércitos del triángulo del norte.
En el caso de los Sistemas Antiaéreos ZU-23-2, conocidas como 2 Bocas, es necesario recordar que estos fueron parte del armamento vendido a Perú y Ecuador a inicios de la década de los noventa, por lo que parece ilógico volver a adquirirlos. La existencia de más de mil misiles tierra-aire del tipo SAM-7 hace totalmente innecesaria la compra de estos sistemas, ya que el total de medios aéreos que disponen juntos Guatemala, Honduras y El Salvador suman apenas 66 aviones y helicópteros. Vistas así las cosas, invertir 80 millones de dólares en armamento nuevo, cuando el presupuesto destinado a Defensa es casi la misma cantidad, en la práctica es duplicar el mismo, cuando las necesidades del país están muy distantes a este tipo de gastos. Y si no estamos en guerra con ninguno de nuestros vecinos, lo único que se nos ocurre es que estarían preparando desde ya el próximo desfile militar, muy caro por cierto.
El autor es mayor del ejército retirado.