La mayoría de los trabajadores nicaragüenses atraviesan actualmente una difícil situación laboral, en especial porque los salarios no ayudan a pagar la canasta básica, pocos tienen acceso a los beneficios del Seguro Social y, además, viene creciendo el porcentaje de personas que laboran en la informalidad, indicaron diversos actores sociales.
El economista Sergio Santamaría indicó que en los últimos nueve años el salario real ha venido perdiendo el poder de compra hasta “probablemente en un 12 por ciento”. Cifras sobre el salario del empleo formal desde el 2006 hasta el 2015, publicadas por el Banco Central de Nicaragua (BCN) y basadas en una encuesta del Ministerio del Trabajo dirigida a empresas de más de veinte trabajadores y afiliadas a la seguridad social, indican que el salario real habría perdido el poder de compra en al menos el nueve por ciento en ese período.
Entre los salarios y el costo de la vida “hay una contradicción tremenda”, añadió el sindicalista Nilo Salazar, dirigente de la Confederación General de Trabajadores independiente (CGT-i).
Salazar indicó que en la actualidad si un trabajador quiere ganar más debe de trabajar sábado, domingo y hacer horas extras, lo cual al final también le afecta porque si alcanza un salario diario de al menos 267.77 córdobas (unos 8,333.38 córdobas mensuales), se ubica dentro de los trabajadores a quienes se les debe deducir el Impuesto sobre la Renta (IR). El sindicalista agrega que esta política del Estado no toma en cuenta que el costo de la canasta básica ronda los 13,000 córdobas y que el techo del IR debe subir para no afectar a quienes devengan salarios bajos.
El sociólogo Óscar René Vargas también criticó los bajos salarios de los trabajadores nicaragüenses. “No les alcanza para comprar la canasta básica”, dijo Vargas, quien también señaló que aunque el gobierno se declara a favor de los trabajadores, la alianza que mantiene con los empresarios realmente no beneficia a los empleados sino al empresariado.
EL INSS, “OTRO PROBLEMA”
Vargas recordó que otro problema de los trabajadores nicaragüenses es el Seguro Social, ya que ahora hay que trabajar por más tiempo para optar a recibir una pensión completa.
Este viernes pasado, el presidente Daniel Ortega indicó que “en estos momentos hay 843,199 asegurados activos”, de los cuales “725,399 están en el sector formal”. Ese es “un Seguro que se extiende a su compañera, un Seguro que se extiende también a los hijos y, los 725,399 ya con los hijos y con la familia estamos hablando de que se benefician 1.3 millones de nicaragüenses”, dijo Ortega.
El economista Sergio Santamaría explicó que, según estadísticas del 2015, “solo un 35 por ciento de los cotizantes del Seguro Social lograron trabajar más de cincuenta semanas (en el año)”.
“Hay un alto porcentaje que laboró menos de cincuenta semanas al año y eso lo que te dice es que si bien ha crecido el número de afiliados al Seguro Social, se ha reducido el número de semanas trabajadas por trabajador afiliado. Eso incide en el ingreso de las personas que laboran, no pueden superar sus condiciones de pobreza”, explicó Santamaría.
INFORMALIDAD “REINANTE”
El sindicalista Nilo Salazar comentó que en el país existen al menos 3.4 millones de personas que están dentro de la Población Económicamente Activa (PEA), pero solo un poco más de ochocientas mil aparecen como afiliadas al Seguro Social. Para Salazar eso indica que “hay una informalidad tremenda y no se respeta la ley laboral y la seguridad social”.
“Esa es la realidad que estamos viviendo, ellos (gobierno) dicen que todo está bien pero la realidad es otra”, expresó Salazar, quien criticó que mientras el sandinismo estuvo en la oposición criticaba las políticas laborales de los gobiernos de turno y ahora practica lo que antes criticaba. “El que habla y critica, cuando quieren estar en el poder, pero terminan haciendo lo mismo que hacía el otro”, dijo.
El economista Santamaría señaló que la informalidad ha venido creciendo y actualmente ronda el setenta por ciento.
“Los sindicatos independientes no son aceptados. Los que no son oficialistas, algunos de sus dirigentes son comprados, son sindicalistas zancudos como los partidos zancudos, como el Apre, ALN, Wilfredo Navarro, etcétera”, señaló el sociólogo Óscar René Vargas.
“Nada que celebrar”
El director de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, señaló que los trabajadores nicaragüenses no tienen nada que celebrar hoy primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, ya que constantemente se les violentan sus derechos.
Carmona indicó que, en el sector estatal, desde el año 2007 ha habido más de 27,000 despidos, 170 organizaciones sindicales han sido desarticuladas y más de 2,300 dirigentes sindicales han sido también despedidos.
“Tenemos sindicatos que en una época fueron efectivos pero hoy obedecen a un partido político. Los trabajadores están en indefensión”, dijo Carmona.
