En tierra de ciegos los tuertos son reyes, y en Cincinnati una ciudad que alberga el peor bullpen de toda las Grandes Ligas, J.C. Ramírez en medio de sus intermitencias podría establecerse, la oportunidad ya está en sus manos, camina en el equipo superior, ahora tiene que saber lanzar más con la cabeza que con velocidad.
Muchos anhelan ese chance y Ramírez se mira que pelea hasta con las uñas, derramando toda su actitud de superación, aunque eso no ha sido suficiente con otros equipos, se necesita que sus picheos bailen lejanos al núcleo del madero y que engañen a los bateadores: urge más pimienta en la función que hasta el momento es plana y sin matices.
Según ESPN, los relevistas de los Rojos se encuentran en el puesto 30 de toda la MLB, nadie los envidia con un deprimente 6.54 de efectividad, seis victorias y siete derrotas, permitiendo 54 bases por bolas, también la más alta en el bullpen en 95 innings, además lejanos de pisar tierra al permitir que el bateo contrario los ataque con .266 de promedio, el tercer average más alto.
Ahí está el nica en el centro del huracán, con una efectividad de 6.48 que en cualquier equipo es catastrófica colocada en el fondo del abismo o enterrada en el fango, pero que en Cincinnati no es la peor. Ramírez está por encima de Drew Hayes, quien en la misma cantidad de episodios que él (8.1) lanza para 7.56 y su recta es tan visible que tres veces le han tumbado la cerca, y ¿qué pasa con Keyvius Sampson? Hay que cerrar los ojos: dos veces ha lanzado, tres innings en total, brinda cuatro bases por bolas, permite dos jonrones y cuatro carreras limpias.
Y por si fuera poco, el “as” del relevo J.J. Hoover, en 9.2 entradas tiene efectividad de 13.97, cinco veces ha visto como le devuelven la pelota al otro lado de la cerca y su descontrol es habitual con seis bases por bolas.
No obstante, en el momento amortigua que los demás se estén ahogando, pero J.C. debe reaccionar, no solo sacar outs cuando su equipo pierde, sino responder cuando urge. Una vez ha entrado con el marcador empatado y otra ganando. En la primera permitió un jonrón y dos carreras, la segunda cuatro anotaciones.