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Tanques contra el derecho de la palabra

Los diputados del Frente Sandinista se negaron a opinar sobre los 50 tanques de guerra rusos que está adquiriendo el Ejército, porque Daniel Ortega prohibió a sus funcionarios que opinen sobre el asunto.

Pero los diputados no son funcionarios de la rama ejecutiva del Gobierno. Ellos pertenecen al Poder Legislativo, que según la Constitución es independiente. No podríamos ni siquiera imaginar a los diputados de Costa Rica, Honduras, Colombia o Estados Unidos, por ejemplo, absteniéndose de opinar por orden de sus gobiernos.

Pero además el orteguismo prácticamente extendió a los legisladores de la oposición, la prohibición de Daniel Ortega de hablar sobre los tanques rusos. Al diputado opositor Carlos Langrand le cortaron el uso de la palabra, en la sesión plenaria de este martes, porque abordó el tema de los tanques rusos y el presidente orteguista de la Asamblea Nacional decidió que estaba “fuera de agenda”. Ante la insistencia del parlamentario opositor en ejercer su derecho de hablar, le cortaron el sonido a su micrófono para que sus palabras no se pudieran escuchar.

El derecho de hablar es elemental en el ámbito parlamentario, e indispensable en el oficio de diputado, pero en la Asamblea Nacional de Nicaragua ha sido aplastado simbólicamente por los tanques rusos. Aplastamiento que en otros países lo han hecho físicamente, ametrallando a gente que quería libertad y democracia.

Así ocurrió en 1953 en la Alemania comunista, cuando una huelga de obreros de la construcción de Berlín se transformó en movilización nacional por la libertad —la de expresión ante todo— y fue aplastada por los tanques de guerra rusos.

Pasó también en Hungría, en 1956, cuando una manifestación estudiantil contra la dictadura comunista derivó en movilizaciones populares masivas por la democracia, que fueron ametralladas por los poderosos tanques rusos de guerra.

Ocurrió igualmente en Checoslovaquia, en 1968, cuando los tanques rusos salieron a las calles para masacrar a las personas que respaldaban reformas democráticas. Y en China, dominada por los comunistas desde 1949, los tanques de guerra fueron utilizados en la plaza de Tiananmen, en 1989, para reprimir las manifestaciones de los ciudadanos que protestaban contra la dictadura.

Según algunos expertos, la adquisición de los nuevos tanques de guerra rusos debe ser para satisfacer la vanidad de Daniel Ortega, pero fundamentalmente para apuntalar la presencia estratégica de Rusia en el país. Sin embargo muchos nicaragüenses se preguntan, con razón: si esos tanques rusos no sirven para las guerras que libra Nicaragua, contra el narcotráfico y los alzados en armas, ¿será que Ortega planea usarlos para reprimir eventuales alzamientos populares cívicos contra la dictadura?

El temor y la pregunta son justificados. Y aunque quisiera, el orteguismo no los puede prohibir ni impedir.

Editorial Daniel Ortega Ejército tanques rusos archivo

COMENTARIOS

  1. Jesus Osberto Camacho
    Hace 8 años

    La chanchera de Nicaragua está llena de individuos pusilámines que solamente obedecen a la voz del amo: el inconstitucional dictador. Desgraciadamente para los nicaragüenses hay un grupo de inviduos allí en esa chanchera que se han enraizado dentro de ella que son los que más comen del machigüe del dictador, se han vuelto vitalicios desde allí desde los años ochenta y esos son los que más daño hacen. El que apagó el micrófono, ya lo conocemos, así se les va a pagar a ellos cuando el pueblo se levanter! De la que viene… no se nos escapa ningún orteguista!

  2. Ricrado Barreto
    Hace 8 años

    Así nacen las revoluciones.

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