Y sucedió lo que tenía que suceder. La deuda privada, que de privada no tenía nada, por la que Caruna recibió más de US$3,500 millones de la cooperación petrolera venezolana de la que no quisieron dar explicaciones de su inicio ni incorporarlos al Presupuesto General de la República (PGR), y ahora amenazan con incorporar la deuda al PGR, más que una amenaza es una realidad.
La oposición advirtió que esa forma de administrar dinero para ayuda del pueblo, era irregular, no era correcta al no existir ningún órgano de control sobre un dinero que se iba a utilizar en beneficio del pueblo solo por el gran altruismo de la pareja presidencial que prefería al pueblo antes que las ganancias o utilidades de los sistemas capitalistas.
Ahora que el pueblo ha tenido razón, ni los diputados ni los administradores de ese dinero tuvieron el coraje para informarle a Nicaragua que Caruna dejaba de ser administradora (pero ya no había nada que administrar) de los petrodólares, que Albanisa asumiría los activos y pasivos lo que significa que la deuda será pagada por los nicaragüenses, como si nosotros consentimos semejante orgía, o se nos dio participación alguna en el derecho carnavalero.
¡Ah! Pero aquí se pasan llevando a los orteguistas, a los tontos útiles que se enfurecen con nosotros porque criticamos el mal trabajo que realizan, ellos tampoco obtuvieron beneficio de ese carnaval pero ahora la espada de Damocles pende sobre ellos, sí, de los orteguistas.
¿Qué los petrodólares se gastaron en beneficio del pueblo? ¿Cuál pueblo? ¿Cuál beneficio? Ese dinero no se pudo haber gastado, ni aún derrochando todas las noches a como están acostumbrados a hacerlo algunos adoradores de Baco. Ese dinero debe haber sido transferido a los países que son paraísos fiscales y es obligación de Ortega repatriar ese dinero.
Las obras que se han realizado han sido con dinero del pueblo nicaragüense, las calles para el pueblo, las láminas de zinc las ha pagado la Alcaldía de Managua, pero es lógico se debía presentar algo, se compraron chanchos y gallinas a precios elevados y en dólares y se empezaron a matar entre ellos mismos por ver quién agarraba más dólares por venta de esos animales.
Es innegable que ha caído un terremoto al gobierno y al frentismo, no dejando dudas al cuestionamiento de si hay o no delito en esto, lo más grave es que prometieron 200 mil casas, carreteras, mataderos en las profundidad de la montaña, para resumir, iba a ser bonito vivir en Nicaragua.
No se trata de esperar a llegar al poder para revertir esa deuda. Precisamente Venezuela, de donde salieron los petrodólares y el petróleo, nos está dando un bravo ejemplo con las grandes marchas a nivel nacional y la recolección de firmas para promover un referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro y que se pueda elegir un nuevo gobierno.
Eso es lo que tiene que exigir el verdadero partido político de oposición, me refiero al Partido Liberal Independiente (PLI). Se debe marchar hacia Albanisa o hacia donde sea para no permitir que el pueblo trabajador asuma semejante deuda, exigir rendición de cuenta transparente y que se rastree ese dinero para repatriarlo.
El autor es directivo municipal del PLI en Managua.