La vida del excampeón mundial venezolano Alexander Muñoz ha sido una odisea, ha navegado por las diferentes situaciones que el destino le ha planteado y ahora con 37 años piensa subir al ring y soltar sus últimos cohetes de infantería, tratando de retar a la diosa del tiempo.
Su carrera está en el epílogo y cuenta cómo ha logrado estar y no estar en la cima. Inició en el boxeo cuando su deporte favorito era Artes Marciales Mixtas, al ver el boxeo como una profesión se entregó por completo y comenzó a obtener resultados a nivel nacional.
Atlanta 1996 sería sus primeros Juegos Olímpicos según cuenta, pero se lesionó la rodilla. Saltó al profesionalismo con 19 años y cuatro años después estaba levantando el cetro mundial de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en Japón.
Luego obtuvo defensas y caídas, ganó 200,000 dólares como su máxima bolsa ante Cristian Mijares, tenía tres vehículos y los tuvo que vender por la situación difícil en Venezuela, le quedaron cuatro casas y nunca piensa poner un negocio porque sería un fracaso por el contexto de su país, hasta ha pensado en mudarse a Nicaragua.
“Para tener un kilo de arroz hacemos filas kilométricas, imaginate que no hay ni toallas sanitarias ni pastillas anticonceptivas para las mujeres”, dice con lamento Muñoz, quien pelea esta noche en la Plaza 101 ante el pinolero Guillermo Ortiz.
“Me veo peleando dos años más, quiero ser campeón, cuando mi cuerpo ya no me responda más, yo seré el primero en decirle adiós a este bello deporte”, reitera Muñoz, quien vive su odisea y el desenlace yace en el horizonte.
DETALLES
Alexander Muñoz se convirtió en campeón mundial en 2002 al destronar al japonés Celes Kobayashi.
Cuenta Muñoz que una vez se encontró en Japón con Román “Chocolatito” González. El pinolero aún no era monarca mundial y el venezolano sí, e indica Muñoz que le obsequió su atuendo, chaqueta y pantalón.