Una de la razones por la cual no se percibe una reducción tarifaria total es porque a la fecha no se ha reformado el pliego tarifario, que consta de 92 tarifas diferentes y que aplica subsidios cruzados a los distintos sectores, provocando que el que consume más subsidie al que consume menos.
El subsidio que el Gobierno brinda a los usuarios con un promedio de consumo eléctrico igual o menor a 150 kilovatios por mes debería ser analizado y revisado por las autoridades del sector, dado que el costo de mantenerlo representa un considerable 2.1 por ciento del Producto Interno Bruto del país, un porcentaje muy por encima del promedio regional latinoamericano, que es de un 0.8 por ciento, de acuerdo con el capítulo sobre el sector energético del Informe de Coyuntura Económica 2016 que presenta hoy la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).
La entidad especializada recomienda a las autoridades que analicen como medida reducir el subsidio para fijarlo a aquellos usuarios cuyos consumos sean de 100 kilovatios por mes o menos.
“Las tarifas de los clientes que consumen menos de 150 kilovatios por mes permanecen congeladas a los niveles que tenían cuando el precio del petróleo crudo estaba cercano a los 50 dólares por barril, cuando los precios actuales están por debajo de este límite. Se observa que el monto de este subsidio es considerable y va en aumento”, cita el informe.
Lea: Licitaciones en Nicaragua están apagadas desde 2008
El informe señala que la canasta básica en Nicaragua incluye como consumo de electricidad o de subsistencia el valor de 100 kilovatios al mes. Señala además que en el istmo centroamericano Honduras tiene como consumo de electricidad básico 114 kilovatios por mes, Panamá 100 kilovatios y El Salvador 99 kilovatios.
“Se debería de analizar si los consumidores de entre 100 y 150 kilovatios por mes son pobres y requieren del subsidio. En Nicaragua hay cerca de un millón de hogares registrados como clientes del servicio eléctrico en el Sistema de Interconectado Nacional (SIN) atendidos por las empresas Disnorte y Dissur. El 82.6 por ciento de estos hogares tiene consumos de hasta 150 kilovatios por mes, pero su consumo representa el 20 por ciento del total del consumo residencial. El 60.4 por ciento consume hasta 100 kilovatios por mes con un consumo que representa el 10 por ciento del total residencial. Es decir, los consumidores residenciales en el rango de hasta 100 kilovatios por mes representan la mayoría en el rango de hasta 150 kilovatios por mes, con una participación de la mitad del consumo de lo que representa ese rango en el total”, detalla el informe de Funides.
El informe también revela que la estructura del pliego tarifario no corresponde con la normativa de tarifas vigentes en la Ley de Industria Eléctrica, destacando la excesiva cantidad de tarifas divididas por sector, consumo y tamaño de su demanda energética.
“Los sectores de consumo son numerosos y en cada sector hay tarifas según rango de consumo y tarifas también basadas en criterios de otorgar subsidios a algunos sectores, como es el caso de la denominada industria turística, iglesias, jubilados. A manera de ejemplo, El Salvador y Guatemala tienen nueve tipos de tarifas. En Panamá hay siete tipos de tarifas. Nicaragua, contrario a estos países, tiene 26 tipos de tarifas entre baja y media tensión, sin incluir la tarifa social. En varios tipos de tarifas hay subtipos, por lo que prácticamente se duplica la cantidad de tarifas”, cita el informe.
SECTOR COMERCIO AFECTADO
Uno de los sectores que carga la factura eléctrica de los otros es el comercio, que a la fecha paga 0.29 centavos de dólar por kilovatio hora.
Rosendo Mayorga, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), dijo que en muchas ocasiones se ha hecho la petición formal al Instituto Nicaragüense de Energía (INE) para que se dé una reforma del pliego, que está obsoleto.
Lea además: El golpe de la tarifa eléctrica
“Nos han dicho que sí, que lo van a revisar pero así nos tienen, mientras tanto el sector comercio tiene la tarifa eléctrica más alta de Centroamérica y prácticamente eso nos resta competitividad y encarece los productos a los nicaragüenses”, dijo Mayorga.
Mayorga comentó que es necesario que ya se reforme este pliego, pues la situación ha cambiado y antes lo que se buscaba era castigar al que consumía más para que bajara su consumo.
“Nicaragua goza de suficiente oferta energética. Entonces, lo lógico es que teniendo suficiente oferta de energía no es justo que castiguemos a un rubro específico para subsidiar a otros sectores en el costo de la energía. Acá se debería de pagar a excepción una tarifa social un precio estándar y pagar de acuerdo con lo que se consume”, sostuvo.
El año pasado David Castillo, presidente del INE, dijo que la reforma al pliego tarifario era un “tema delicado” que se estaba discutiendo con el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), porque al ser modificado podría afectar a los sectores subsidiados.
“Hay que tomar en cuenta que nuestro pliego es un pliego solidario, es un pliego que el que tiene un poco más de dinero le ayuda al que tiene menos y entonces cambiar nuestro pliego puede implicar que los que tienen menos recursos tengan que pagar más y eso desde el punto de vista mío no es factible”, sostuvo Castillo.
Por su parte, el ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas agregó que los subsidios cruzados en los pliegos tarifarios ya desaparecieron en países desarrollados, ya que rompen con la estrategia energética “porque no hay costos sincerados”.
“Con los subsidios cruzados no me valen las medidas de ahorro porque no estoy pagando costos reales, estoy pagando costos por subsidio a otra gente y eso rompe con la estructura económica”, explicó.
