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año escolar, Educación

Pese a que el Mined inició tres meses antes el período de matrícula, la preparación del primer día de clases mostró deficiencias. LA PRENSA/M. VALENZUELA

Educación y Salud en Nicaragua tuvieron un mal año

El gasto en Salud ascendió a 3.1 por ciento del PIB de 2015, menor al 3.2 por ciento que se asignó en 2014.

El gasto en Educación y Salud como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado se deterioró, al registrar estancamiento el primero y el otro un ligero retroceso respecto a 2014, según el Nicaragua en cifras 2015, publicado por el Banco Central de Nicaragua (BCN).

En 2015 Nicaragua destinó una vez más el 2.8 por ciento de su Producto Interno Bruto en gasto en Educación, similar al de 2014, pero ligeramente superior al 2.6 por ciento de 2013.

Nicaragua cerró el año pasado con un PIB por 12,692.5 millones de dólares, es decir que de ese saldo 355.39 millones de dólares se destinaron para Educación. En 2014, cuyo PIB se ubicó en 11,790.2 millones de dólares, el gasto absoluto fue de 330.12 millones de dólares, es decir que el año pasado este aumentó 25.26 millones de dólares.

En el caso de Salud, el gasto ascendió a 3.1 por ciento del PIB de 2015, menor al 3.2 por ciento que se asignó en 2014.
En términos absolutos, esto implicó que en 2015 el gasto en Salud se ubicara en 393.47 millones de dólares, superior a los 377.28 millones de dólares de 2014, pero en ese año el PIB era más pequeño.

Es decir que el aumento de 16.19 millones de dólares en el gasto en salud no fue suficiente para impactar como porcentaje en el Producto Interno Bruto, que creció 4.7 por ciento en 2015, según cifras oficiales.

El diputado opositor, Enrique Sáenz dijo que el hecho de que ambos gastos se hayan mantenido estáticos con respecto al crecimiento económico significa que ambos gastos no son prioridades para el Gobierno, pese a que constantemente se quiera vender esa imagen.

De hecho, el diputado recuerda la constante ineficiencia que en los últimos años han tenido el Ministerio de Educación (Mined) y el Ministerio de Salud (Minsa) para ejecutar sus programas de inversión pública, lo que ha implicado recortes presupuestarios en las reformas que se aplica en octubre de cada año al Presupuesto General de la República.

LOS RECORTES

El mismo informe de liquidación del Presupuesto General de la República 2015, publicado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, refleja que si el año pasado al Mined y al Minsa no se les hubiera reducido sus asignaciones sus niveles de ejecución no habrían alcanzado el 82.2 y 92.9 por ciento, respectivamente.

El año pasado con dos reformas presupuestarias, el Gobierno le quitó al Minsa 226.4 millones de córdobas, lo que mejoró su nivel de ejecución de su plan de inversión pública que hasta septiembre llegaba a 35.1 por ciento.
En el caso de educación, el ejecutivo le recortó 239.47 millones de córdobas a su asignación para inversión pública, porque hasta septiembre su ejecución se ubicaba en 32.7 por ciento.

La prioridad no es cuestión de discurso o de declaraciones rimbombantes, la prioridad en educación se mide en cuántos recursos se asignan, con qué propósito y cómo se ejecutan”.
Enrique Sáenz, diputado opositor

Estos problemas en la ejecución de los programas de inversión, tanto en Salud como Educación, se traduce en menor acceso de la población a ambos servicios básicos. En su momento, el economista Sergio Santamaría  lo explicó así: “Lo que hay es menos servicio para la gente, menos cobertura (de Salud y Educación)”. A su vez dijo que puede haber “lentitud” en la adjudicación de las obras de inversión, con “mecanismos de contratación muy pobre”.

El estudio Dinámicas de la pobreza en Nicaragua 2009-2013, publicado por la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), reveló que ese periodo “el nivel educativo de la población nicaragüense ha permanecido estancado. En el 2009 el individuo promedio tenía 5.9 años de estudios aprobados y en el 2013 tenía 6.1 años, lo que equivale a tener completa la educación primaria formal”, esto a pesar que en ese periodo se registraron bajas en las tasas de pobreza.

Por eso el Fideg aclara en el mismo estudio: “Teniendo en cuenta lo anterior no podemos afirmar que la reducción de la pobreza se debe a una mejoría en nivel educativo de la población, menos aún si consideramos que es la educación secundaria la que más influye en la probabilidad de transitar fuera de la pobreza o caer en ella”.

MENOS CALIDAD

Pero ¿qué significa un retroceso de una décima en el gasto en salud como porcentaje del PIB? “Esto significa que un grupo de mujeres embarazadas no van a tener una atención suficiente, que un grupo de enfermos no van a tener las medicinas, que un grupo de gente que requiere una operación pues no van a tener los equipos quirúrgicos y los materiales necesarios para la intervención”, ejemplifica Sáenz.

Según el Nicaragua en cifra del BCN, el año pasado el gasto per capita en Salud subió apenas 2.5 dólares, al pasar de 60.9 dólares en 2014 a 63.4 dólares en 2015. Este incremento es menor a los 9.5 dólares que aumentó en el 2014 respecto a 2013, cuando este se situó en 51.4 dólares por persona.

El diputado señala que no se puede justificar que se asignen montos bajos a los gastos en Educación y Salud porque los ingresos públicos son restringidos, porque todo radica en la prioridad, y en ese sentido recuerda que hay instituciones ineficientes que aún así reciben fuertes asignaciones presupuestarias innecesariamente.

Para Sáenz lograr el añorado siete por ciento del PIB para el gasto en Educación no es imposible, solo basta que como nación se proponga aumentar este gasto medio por ciento del PIB cada año para en un cierto tiempo alcanzar ese objetivo. Esto permitiría al país superar la tasa de crecimiento actual, que ronda el cinco por ciento en promedio en los últimos años, para terminar de sacar a cerca del 30 por ciento de la población que sobrevive en pobreza hasta el 2014, según cifras oficiales.

No obstante, Sáenz teme que haya interés del Gobierno de mantener a la población con bajos niveles de educación.

CRECIMIENTO

El año pasado la población nicaragüense totalizó 6.26 millones, superior a los 6.20 millones de 2014, según el Nicaragua en cifras de 2015 publicado por el Banco Central de Nicaragua. Es decir que en un año, la población aumentó unos 64,500 nicaragüenses. En el 2013 la población total del país se ubicó en 6.13 millones.

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