El inicio de esta serie de especiales sobre el sector energético en Nicaragua tomó como punto de partida el aparente colapso del proyecto hidroeléctrico Tumarín. Alrededor de 253 megavatios de energía impulsados por agua que, según su cronograma original, deberían estar operando en su primera etapa desde 2013.
Sin embargo, investigaciones de LA PRENSA para este reporte confirmaron que el colapso de este proyecto no solo causó un agujero en los planes de expansión del Gobierno, sino que provocó que todas las inversiones programadas por el mismo (ver infografía) estén congeladas, hasta el punto que no se sepa cuál va a ser el destino final de la concesión de Tumarín.
David Castillo, presidente del consejo directivo del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), confirmó a LA PRENSA esta información, aduciendo que esta decisión se tomó porque todavía no existe una certeza de parte de las autoridades de cuál será el Plan B si en un dado caso las autoridades de Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), la empresa representante en el país del consorcio brasileño al cual se le adjudicó de forma directa la concesión de Tumarín, formalice su salida del negocio.
“Tenemos varios proyectos en cartera e inversionistas interesados, pero por el momento no estamos avanzando en este tema hasta que se aclare el asunto de Tumarín. A mí oficialmente no me han confirmado nada. Pero Tumarín es parte del plan indicativo que se tenía diseñado, tiene una gran incidencia y tenemos que ver cómo queda aclarado este asunto”, explicó Castillo. CHN a la fecha no se ha pronunciado oficialmente sobre las versiones referidas a su salida del mercado eléctrico nacional.
LA PRENSA buscó mayores detalles sobre el asunto Tumarín con el titular del Ministerio de Energía y Minas, Salvador Mansell, pero el funcionario público prácticamente huyó de este diario cuando quiso abordarlo durante la reciente inauguración del proyecto Montelimar.
Un especialista del sector eléctrico, quien solicitó omitiésemos su nombre por estar vinculado al sector gubernamental, explicó que es complicado definir el impacto real de la salida de Tumarín para los planes de expansión energética del Gobierno, debido a que no existe una propuesta concreta.
Lea también:Los misteriosos dueños de la distribuidora eléctrica
“Hay hasta tres planes de expansión circulando por ahí. Hay uno que tiene el ente regional, otro que tiene el Ministerio de Energía y Minas y Enatrel. En el ambiente hay tres planes y luego hay otro que se distribuyeron a miembros de la Cámara de la Energía. Lo que pasa es que son planes bastante tentativos. El sector privado dice que hay inversionistas interesados y que hay cerca de 300 millones de dólares disponibles, pero el tema es si son los mejores o son gente de primer mundo. Es que en Nicaragua la mayoría de la gente que viene no es conocida. La mayoría de inversiones lo que hacen acá es jugar plata con un alto rendimiento. Inversiones de empresas conocidas son difíciles que vengan a Nicaragua. Se han hecho invitaciones y no se han animado”, explicó.
APUESTA POR LAS RENOVABLES
Los planes de expansión vigentes se sostienen en la entrada de nuevos proyectos renovables: geotérmicos, hidroeléctricos, eólicos y por bagazo de caña. Este tipo de proyectos ha sido objeto de críticas y cuestionamientos de consumidores y especialistas por frenar las reducciones en la tarifa debido a que durante el primer trimestre del año, su generación eléctrica resultó mas costosa que la dependiente de los hidrocarburos.
Mario Amador, gerente general del Comité Nacional de Productores de Azúcar, insistió en que se tiene que reconocer que los proyectos de energía renovables ayudan a sostener la tarifa eléctrica cuando el volátil mercado petrolero atrapa al búnker fuel oil en sus escaladas alcistas.
“Cuando se hizo la inversión se hizo un contrato. En ese tiempo era la energía más barata que se generaba. Por veinte años ha sido la energía más barata. Ahora en este momento específico hay una condición que el búnker ha bajado de precio, entonces es más barato. El megavatio de búnker cuesta un millón de dólares. La inversión es mucho más barata y vos podés negociar un contrato más bajo. El megavatio en un ingenio cuesta entre tres y cuatro millones de dólares. Pero ahora que bajó el precio del búnker estamos por encima con el precio, pero nuestro precio ha sido el mismo siempre”, dijo Amador, en referencia a la energía generada por los ingenios azucareros.
Los precios de los ingenios azucareros oscilan entre los 115 dólares el megavatio hora generado, y 73 dólares, de acuerdo con los últimos contratos generados. Estos precios superan el costo actual del megavatio hora del búnker fuel oil. Amador justifica estos números por la inversión en los equipos de generación.
“Los gastos de producción de energía son absorbidos por la operación de la fábricas en la generación de energía eléctrica. El bagazo que se genera de la caña es aproximadamente un 33 por ciento del contenido de la caña. Ese 33 por ciento es combustible que se utiliza para generar la misma energía que demanda la caña en su procesamiento. El costo de producción de energía con bagazo es relativamente bajo, lo que cambia es la inversión para tener las turbinas, las calderas”, explicó.
TÉRMICAS SIGUEN DOMINANDO
El informe de Coyuntura Económica 2016 de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) en su capítulo sobre la energía eléctrica destaca que las plantan térmicas (la mayoría están bajo el control de AlbaGeneración) son las que más aportan al sistema nacional.
662.76 megavatios generan las plantas térmicas.
70.39 megavatios las turbinas de gas.
129.34 megavatios las plantas hidroeléctricas .
154.50 megavatios las generadoras geotérmicas.
186.20 megavatios las eólicas.
133.80 megavatios las generadoras que operan con bagazo de caña.
Lea también:Los millonarios favores a Albageneración
1,559 megavatios es potencial de energía que se podría generar por medio de nuevos proyectos, de acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas. La capacidad del país se duplicaría, alcanzando los 3,000 megavatios