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Cartas al Director

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Los gobernantes autoritarios como el presidente Nicolás Maduro tienen como fin perpetuarse en el poder, una vez alcanzado su objetivo les importa poco el pueblo y el costo que esto tiene.

¿Por qué Maduro se aferra al poder?

Los gobernantes autoritarios como el presidente Nicolás Maduro tienen como fin perpetuarse en el poder, una vez alcanzado su objetivo les importa poco el pueblo y el costo que esto tiene, pueden aparecer en cientos de cadenas de televisión afirmando que todo lo que hacen es por la revolución y por el bien de la población, pero eso no es cierto.

A continuación mencionaré aquí lo que a mi juicio son algunas de las razones y temores por los cuales Maduro, el esbirro de los cubanos que aún tienen el dominio en Cuba, se aferra al poder.

Saqueo y secretos: Maduro está claro de lo que sucederá si deja la silla presidencial, la caja de pandora se abrirá y se conocerán los secretos del chavismo y los suyos, se sabrán todos los negocios turbios de los altos funcionarios en PDVSA con el mayor saqueo que pueda haber ocurrido en la historia latinoamericana y quizás del mundo

Traición: se descubrirán al detalle los actos de traición a la patria cuando los chavistas permitieron la injerencia directa de los cubanos en Venezuela, en diferentes instituciones públicas, al punto de ondear banderas cubanas en los cuarteles militares; y se conocerá también la letra menuda de los cientos de acuerdos con otros gobiernos, pero principalmente lo actuado con el gobierno cubano.

Narcotráfico: Con la caída de este gobierno nefasto se conocerán los negocios de ciertas personas que están en el poder desde el inicio del chavismo y que están comprometidos con el narcotráfico, con la venta de dólares, con la compra de alimento y con la venta de oro manejada por una mafia perversa.

Compromisos y corrupción: el exchofer de buses no quiere dejar el poder porque los compromisos que tiene con sus más allegados compinches y los acuerdos con los altos mandos militares en el manejo de los puertos, aeropuertos, hoteles, la venta de dólares, la compra y venta de alimentos y los cientos de negocios de que la mayoría ignora son una telaraña enorme de corrupción.

La muerte y herencia de Chávez: el presidente Maduro sabe que si él sale de Miraflores se descubrirán las razones del misterio sobre la enfermedad y lugar donde murió el comandante, así como también se sabrá cómo la familia del golpista posee tanto dinero y el porqué su familia nunca salió de la casona cual si fuera patrimonio de los Chávez.
Inmunidad, destierro o cárcel: mientas el presidente se encuentre en Miraflores, su inmunidad permanece, pero si deja el poder probablemente huirá o llegará a un acuerdo para salir del país, de lo contrario podría ir preso cuando se descubran todos los delitos cometidos por alta traición y corrupción.

Carlos Vílchez Navamuel.

Propaganda y vigilancia en alcaldías

A partir del año 2007 las municipalidades en Nicaragua, afines a la ideología del Gobierno de turno, comienzan a transformarse en recintos de fanáticos, mismos que deambulan por pasillos con pañuelo en cuello, camisetas, gorras y distintivos con los colores partidarios.

Se puede mencionar leyes y normativas que prohíben la utilización de propaganda partidaria en instalaciones públicas. Pero sería gastar pólvora en zopilote, porque son ellos quienes pasan por alto las normas, teniéndose un doble rasero, ya que hipócritamente se autodenominan defensores de los derechos ciudadanos mas se atreven a manifestar que hacen cumplir las leyes al pie de la letra.

El fanatismo ideológico lesiona la autonomía municipal y la organización comunitaria, porque entorpece el desarrollo de la gente en los territorios, dado que los programas y proyectos no se ejecutan con diversidad ideológica para beneficio de verdes, rojos, negros, blancos, amarillos, etc. Simplemente se excluye a quienes piensan de manera distinta; lo más atroz es que esos ciudadanos son intimidados y corren el riesgo de ser interceptados por bandoleros con cuchillo, garrote y pistolas en mano, aun conociendo de la existencia de la libertad de pensamiento que tenemos derecho todos, aspecto que se encuentra consignado en la Constitución Política de la República de Nicaragua.

Por otra parte, es notoria la presencia de guardas de seguridad en las entradas principales de las alcaldías, a sabiendas que el lugar es público y la información que ahí se maneja también. Sin embargo, esta disposición de la Ley de Municipios acerca de la gestión pública, es simplemente una utopía por la poca información que brindan actualmente los alcaldes. Muchos de los cuales se han olvidado de los cabildos ordinarios, y si convocan el mismo, lo hacen con apenas dos días de anticipación cuando la ley les exige un plazo de sesenta días de anterioridad para estos menesteres.

Además el día del cabildo llenan los asientos, cercanos a los micrófonos, con simpatizantes (portátiles propagandísticas) para el periodo de preguntas, solicitudes y aclaraciones; abarrotando y colmando la paciencia de los opositores que al final deciden no participar en dicho proceso.

En conclusión, para romper con el círculo vicioso que corroe la integridad de funcionarios locales, tenemos que sacrificar algunas horas/hombres, con múltiples protestas cívicas en las calles para acabar de una vez por toda con los paradigmas que nos han instaurado en los últimos años. Igualmente recordarles que la democracia es el poder del pueblo y no de una minúscula élite que cree sentirse propietaria de las calles.

Salomón Samuel Mendoza Suárez, municipalista.

En El Chipote y San Albino

El miércoles 20 de abril tuve la oportunidad de conocer el histórico cerro de El Chipote, lugar donde Sandino estableció su cuartel general, y pude constatar el desinterés de sus “hijos”, acerca de su historia. Estoy escribiendo un libro acerca de la guerra del General, y quise conocer estos lugares para darme cuenta de la realidad de lo difícil que resultaba para el Pequeño Ejército Loco movilizarse en una geografía tan agreste como peligrosa.

Después de hora y media de viaje en trochas en muy mal estado y sin letrero alguno que indique el camino a seguir al histórico lugar, logramos llegar a la entrada al famoso cerro. Hay una puerta de golpe que, para sorpresa de los que llegábamos, no estaba pintada de rosado chicha, sino de verde y amarillo, y nos aventuramos. A medida que avanzábamos, la trocha se iba estrechando y perdiéndose hasta convertirse en un camino para mulas, y por fin, logramos llegar hasta la cima, constatando la capacidad de estratega que tenía el general; pude imaginarme a la Guardia y a los “machos” persiguiendo a sus enemigos en aquellas encumbradas cimas, y llegamos a la única casa que encontramos en el lugar, siendo amablemente recibidos por sus moradores. “Sí, amigos, están ustedes en el mero lugar donde Sandino tenía su cuartel, nos dijo el dueño de la casa, muy ufano, pero no van a encontrar nada más; solo la escuelita que está a cien metros”. Llegamos hasta la escuela, y quise saber más acerca del famoso lugar, pero la maestra dijo no saber nada del asunto.

Al regreso, llegamos a El Jícaro y nos desviamos hasta la Mina de San Albino, costándonos un poco menos la llegada. Nos recibió un hombre que vestía una camisa con un distintivo sandinista muy raro, permitiéndonos tomar fotos del lugar y la vieja maquinaria abandonada, asegurándome que sus compañeros “de arriba” tienen aquello en el abandono, a tal extremo que a él, ni siquiera le pagan. “Y esto que soy como el jefe político de aquí”, dijo en tono de visible vergüenza. “Esta estratagema sirvió como base a la leyenda que se tejió en torno a El Chipote. Desde entonces fue considerado como símbolo de resistencia, de dignidad y de lucha por la libertad”, expresan los andinistas actuales, llamando “la cuna del sandinismo” a la Mina de San Albino, aquella que se encuentra en un abandono completo. ¿Ya han olvidado su cuna?

Los días de hambre de sus “mejores hijos” quedaron atrás, hasta llegar a convertirse en grandes y exitosos empresarios, por lo que recordar el pasado no sería más que un incómodo masoquismo que no estarían nunca dispuestos a mostrar. Logré mi objetivo, teniendo además la satisfacción de no encontrar en el largo trayecto de mi viaje ninguna escuela con colores ni motivos esotéricos ni psicodélicos.

Ramón Pineda.

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