La diabetes no asusta. Sin embargo, supone una amenaza enorme para la salud de los ojos, entre otros muchos riesgos.
Los efectos pueden tardar en llegar, pero acudirán a la cita si no se actúa a tiempo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 400 millones de personas tienen diabetes en el mundo, con 1.5 millones de muertes anuales, aproximadamente. Cada vez afecta más a los niños y los jóvenes. La diabetes más común, tipo 2, la más relacionada con la carencia de estilos de vida saludables, afecta a un 90 por ciento de los pacientes.
Las complicaciones visuales son de las más peligrosas para los diabéticos y se centran en dos: edema macular y retinopatía diabética. Alrededor de un tercio de ellos sufren problemas de retina. El oftalmólogo debe ser compañero habitual en el control de esta enfermedad.
¿CÓMO PREVENIR?
Abengoechea enfatiza que lo primero que debe hacer es controlar bien su enfermedad base. Las alteraciones visuales son una complicación, pero la enfermedad es la diabetes, no una retinopatía diabética.
Si el paciente no es consciente de que se tiene que controlar bien la enfermedad de base, las cosas irán mal. A veces los pacientes acuden al oftalmólogo con disminuciones de visión que ya son severas, y aspiran a que les solucionen el problema.
En esta tesitura, el especialista agrega que somos un equipo y que ellos tienen que colaborar y poner de su parte mediante un control estricto del azúcar y otros factores de riesgo. El médico así podrá cuidar de su retina.
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La diabetes es una enfermedad sistémica, afecta a todos los vasos del cuerpo y al alterarse afectan al riñón, al cerebro y a nivel general, en la retina se producen cambios.
“Al paciente diabético le sugerimos que se haga revisiones anuales. Al ser una enfermedad vascular, en esos vasos que son como tubos, aparecen agujeros y empieza a salir líquido y se forma el edema macular; pero además, esos vasos alterados tienen hemorragias y pueden provocar pérdida de visión, hasta a llegar a necesitarse cirugía para mantener un poco de visión”, comenta Sararols.
Muchas veces se diagnostica al paciente cuando ya tiene pérdida de visión, y es que nunca ha ido al médico, nunca se ha hecho una analítica, porque se encontraba bien y no sabía que era diabético.
La diabetes tiene una prevalencia del 15 por ciento, ¿los pacientes son conscientes del riesgo de complicaciones en los ojos?
La doctora Sararols explica que se puede llegar a la ceguera de forma rápida, en dos o tres años. El problema es que cuando uno se encuentra bien le cuesta mirar a largo plazo, y ser consciente de que una mala actuación y un inexistente control son muy nocivos. Hay que actuar antes: perder peso, tomar la medicación, caminar cada día y hacer los controles correctos y esto, cada día de tu vida, y no resulta fácil.
Por su parte Abengoechea confiesa que es una enfermedad que no solo acorta la vida, sino que genera muy mala calidad de vida, y esto debe conocerlo el paciente. A veces, esto asusta más que acortar la vida. Hay que sensibilizar al paciente para que el control del azúcar sea muy estricto.
Y es complejo mantener este control. Hay que portarse bien siempre, todos los días, en la comida, con tratamientos crónicos, dieta estricta, disciplina espartana, ejercicio diario.
NO CONSCIENTES
¿Qué falla para que no se actúe con la diabetes como con el cáncer o las enfermedades del corazón?
Sararols agrega que por una parte falta información, pero es que la información se interioriza como le interesa a cada uno y, además, los estilos y maneras de vivir no inducen a cuidar la nutrición o hacer ejercicio: cada vez comemos de forma menos sana, aumenta la obesidad, aumenta la diabetes.
EFECTOS
Laura Sararols, jefa del servicio de oftalmología del Hospital General de Cataluña, explica los efectos que tiene la diabetes en la salud.
Lo primero que aclara la especialista es que la gente debe saber y entender que la diabetes es una enfermedad silente, no duele, y por ello no suele despertar gran preocupación en los afectados. Y, años después de no tener ni dolores ni síntomas, se diagnostican sus consecuencias como, por ejemplo, la pérdida de visión, que puede ser muy severa.
Es una enfermedad cada vez más frecuente en la que influyen mucho los malos hábitos de vida, nada saludables.
Santiago Abengoechea, cirujano de vitreorretina del Centro de Oftalmología Barraquer, manifiesta que la principal complicación visual está en la retina.
Existe una frecuente disminución de visión en el paciente diabético; la primordial, el edema macular, un encharcamiento que conlleva el almacenamiento de líquido en la parte central de la retina, la mácula, provocando una disminución notable de la agudeza visual y generando visión borrosa, ondulada, en definitiva, una calidad de visión muy mala.