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Geras, temible e inevitable

La vejez ha sido siempre motivo de interés y preocupación, desde el comienzo de la sociedad humana hasta nuestros días.

La vejez ha sido siempre motivo de interés y preocupación, desde el comienzo de la sociedad humana hasta nuestros días.

A lo largo del tiempo se ha discutido —pero en la actualidad con más intensidad— si la familia y la sociedad aprecian debidamente la vejez y reconocen el lugar que merecen las personas viejas, a las que ahora se les llama de la tercera y cuarta edad, supuestamente para que no se sientan ofendidas, como si envejecer fuese motivo de vergüenza.

El psicólogo y escritor argentino de origen griego, Bernardo Stamateas, dice (La Nación, Buenos Aires, 19 de mayo de 2016) que la que está contra la vejez no es la cultura en general de la sociedad, sino la cultura publicitaria. Lo cual se debe —según el escritor citado— a que (en Occidente) tenemos una herencia cultural griega “donde se exalta la belleza y el cuerpo perfecto”.

En auxilio de su tesis y hablando en sentido figurado, Stamateas dice que “los primeros que inventaron el photoshop fueron los griegos con sus esculturas divinas de cuerpos sin un gramo extra”. Se refiere a las clásicas estatuas y otras imágenes de dioses, ninfas, héroes y deportistas que se admiran en los grandes museos.

Para ayudarnos a entender qué pensaban realmente los antiguos griegos sobre el envejecimiento humano, conviene conocer un poco sobre el dios de la vejez en la mitología clásica.

El académico español José Luis Malagón Bernal, catedrático de Estudios Universitarios de Pedagogía Social de la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, dice que “para la mitología griega el origen de la humanidad está en las edades del hombre. Desde el punto de vista de la mitología, el hombre procede de la unión sexual de dioses y diosas, cuyos descendientes irán poco a poco degenerando hasta convertirse en mortales y muriendo de vejez. Mezclado con el mito de las edades, cuyo significado de degeneración moral es evidente, aparece la vejez unida a la inmoralidad y por tanto destinada a la extinción. Como podemos apreciar, los dioses del Olimpo no aman a los viejos”.

Explica el académico español que por eso en los relatos mitológicos griegos se cuenta que los viejos son destronados por sus propios hijos jóvenes. Por ejemplo: Urano (el Cielo) por Cronos (el Tiempo); después Cronos por Zeus y sus hermanos. Pero independientemente de la lucha por la distribución del poder entre los dioses, estos son inmortales, la vejez es una condición característica de los mortales que inevitablemente tienen que envejecer para morir. Inclusive los héroes, que son los hijos de los dioses (como Aquiles y Heracles), mueren igual que los hombres y después de muertos son llevados al cielo por sus padres.

El dios de la vejez en la mitología griega es Geras, de cuyo nombre derivan los vocablos geriatría, geriátrico, gerontología, gerontólogo y otros del mismo orden que se relacionan con el envejecimiento humano y la ancianidad. Equivalente de Geras en la mitología romana es Senectus, de donde viene senectud, senador…
Geras, según Hesíodo es hijo de Nix (la Noche), que a su vez es hija de Caos, la divinidad primordial. Hermanos de Geras son Tánatos (la Muerte), Moros (el Destino), Momo (la Burla), Ezis (la Miseria) y otras divinidades de esa sombría condición, que según una leyenda estaban en el interior de la Caja de Pandora y cuando es abierta se esparcen por la Tierra, para desgracia insuperable de la especie humana.
Tánatos va siempre detrás de Geras, es la muerte que inevitablemente sigue a la vejez. Los antiguos griegos imaginaban a Geras como un hombre de apariencia desagradable, arrugado, encogido, de caminar vacilante apoyado en un bastón, llevando una clepsidra (reloj de arena) en la que calcula el tiempo de vida que le queda a cada persona.

Los dioses no son afectados por Geras porque son inmortales y no envejecen, pero lo estiman y por eso le dejan vivir en el Olimpo.
También los dioses le permiten a los héroes escoger entre morir jóvenes, pero gloriosamente, o vivir mucho tiempo y terminar su vida con las dolencias insuperables de la vejez.

A Geras se le agradecía que gracias a él las tiranías y las injusticias, aunque perduraran por mucho tiempo, no eran eternas, pues hasta los tiranos y los injustos que lograr vivir mucho tiempo, siempre envejecen e inevitablemente tienen que morir.

Menos mal.

Columna del día Geras archivo

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COMENTARIOS

  1. Mauricio Davila Wills
    Hace 8 años

    …y gracias a Geras, he ahi aquel famoso refran nicaraguense: “El Gallo Viejo hasta con el Ala Mata” (haciendo hincapie a su vasta experiencia acumulada a traves de los años).

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