La posibilidad de una estación lluviosa normal para este año, trae consigo que se evidencien problemas como el cambio de uso de suelos y por ende una mayor vulnerabilidad ante inundaciones.
Denis Meléndez, facilitador de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo (MNGR), explicó que “desafortunadamente, nuestro país ha entrado a una velocidad vertiginosa en un fenómeno actual que está asociado a cambio climático, que es el cambio de uso de los suelos. Si seguimos modificando el uso de suelo y teniendo en cuenta, por ejemplo, que en la Costa Caribe los suelos son de vocación forestal, entonces debemos prever la presencia de otro tipo de fenómenos”.
Uno de los principales daños que causa el que no hayan árboles es la poca infiltración del agua de lluvia hacia el subsuelo y por ende, que cada vez hayan menos reservas de agua subterránea.
Asimismo, Meléndez aseguró que también se pueden producir fenómenos como tornados, que “son cada vez más frecuentes en el país. También si hay vientos a velocidades muy fuertes, obviamente ahí vamos a tener mayor erosión de los suelos, y perdemos la calidad de estos y se hace más difícil la labor de agricultura”.
La entrada de la estación lluviosa, según Meléndez, ya se cumple porque “hay unos 55 municipios del territorio nacional que ya han sentido las primeras lluvias de mayo”.
Además de la instalación de la estación lluviosa en Nicaragua, hay que tener en cuenta que el 15 de mayo inició la temporada ciclónica en el Pacífico y el 1 de junio inicia la temporada ciclónica en el Atlántico.
Ambos, ejercen influencia en Nicaragua y de alguna manera generan mayor humedad en el territorio nacional.
“Se ha anunciado que para el segundo subciclo, que corresponde a agosto, septiembre y octubre, tengamos los primeros indicios de la llegada de La Niña, esto significa mayor humedad con relación a las normas históricas de precipitación, es decir, vamos a tener mayor humedad”, refirió Meléndez.
Sobre ¿qué debemos esperar? el experto ve necesario “ir preparando los suelos, buscando la semilla, creando todas las labores culturales que nos ayudan a producir”.
Además, con un régimen de lluvia normal se puede esperar la recuperación de unos 5,500 acueductos rurales, que le suministran agua para consumo a cerca de un millón de personas.
GANADO VULNERABLE
Con respecto al impacto de la lluvia en las actividades ganaderas, Denis Meléndez, facilitador de la Mesa Nacional para la Gestión de Riesgo, consideró que esta se ve tensionada “porque con la aparición del pasto, esto se asocia a diarrea en el ganado y hasta puede causar la muerte, entonces hay que tomar la providencia necesaria para no tener más afectaciones en este sector”.
Meléndez también señaló que los productores deben prepararse con granos resistentes a abundacia de lluvia durante la siembra de postrera.
