Tras la suspensión de fondos por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) a la empresa Eletrobras, para la construcción de la hidroeléctrica Tumarín, empresarios del sector energético coinciden que es el momento oportuno para tratar de abaratar la tarifa energética del país.
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Mario Arana, expresidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), manifestó que en este momento el país tiene el reto de abaratar el costo de la energía y evaluar qué es lo más viable ante el escenario actual.
“Desde mi punto de vista, el reto es abaratar el costo de energía, aquí se abre la oportunidad de replantearse una estrategia de futuro, de tal forma que hay que evaluar si nos conviene una hidroeléctrica, a los costos que esta inversión tendría”, dijo Arana.
El economista plantea cuatro escenarios para cubrir la demanda de Tumarín: uno es negociar con el mercado regional la compra de energía más barata; dos, que los ingenios trabajen todo el año usando carbón; tres, exportar gas o la construcción de un gasoducto, y cuatro, abrir el proceso de licitación en el país.
El Gobierno de Brasil había autorizado a la estatal Eletrobras cien millones de dólares, los cuales no fueron pagados, argumentando el ministro del Tribunal, Bruno Dantas, la presunta existencia de irregularidades en el proyecto.
Según el Estudio de Impactos y Plan de Manejo Socio-Ambiental de Centrales Hidroeléctricas de Nicaragua (CHN), Tumarín estaba valorado en 1,100 millones de dólares, de los cuales 252 millones de dólares daría el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y 342 millones de dólares, el Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social (BNDES). El resto iba a ser financiado por Queiroz Galvão y Eletrobras.
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Por su parte, César Zamora, presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua (CEN), dijo que aunque no sea oficial el retiro de Tumarín, como empresario cree que ya no se realizará o por lo menos CHN no va ser quien lo construya.
En la serie de reportajes “Luces y Sombras” realizado por LA PRENSA, sobre el panorama del sistema energético en el país, se da a conocer que el proyecto hidroeléctrico no solo causó un agujero en los planes de expansión, sino que provocó que todas las inversiones programadas por el mismo estén congeladas.
David Castillo, presidente del Instituto Nicaragüense de Energía (INE), confirmó hace varias semanas a LA PRENSA esta información, aduciendo que esta decisión se tomó porque todavía no existe una certeza de parte de las autoridades de cuál será el Plan B, si en un dado caso las autoridades de CHN, formalizan su salida del negocio.