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Claudia Victoria Ordóñez, gerente propietaria de Moda y Estilo Ordóñez. FOTOS: LA PRENSA/ M. VALENZUELA

La calidad no depende del tamaño

Claudia Victoria Ordóñez Lazo a convertirse en la propietaria de una empresa de confección y bordados que se abre paso en la oferta nacional y emplea a 11 personas.

Las enseñanzas en costurería por parte de su mamá, la necesidad de brindarle más tiempo a su hijo y el deseo de superarse en un campo que había aprendido desde que era una adolescente, llevaron a Claudia Victoria Ordóñez Lazo a convertirse en la propietaria de una empresa de confección y bordados que se abre paso en la oferta nacional y emplea a 11 personas.

Estudió Ingeniería en Computación y luego de desempeñarse cinco años como impulsadora de perfumería en la entonces Galerías Internacional, Ordóñez decidió poner su propio taller de costura en 1999 y emprender su camino hacia lo que hoy ha bautizado como Moda y Estilo Ordóñez.

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SOÑÓ EN GRANDE

Aunque el inicio de su taller fue solo de costura y ella personalmente lo atendió por cuatro años, la demanda era tanta que no lograba recibir todos los pedidos diarios.

Es al ver esa demanda que Ordóñez decidió tomar uno de los primeros riesgos más grandes. Era un crédito de 10,000 dólares que invertiría para la compra de la maquinaria para hacer bordados.

“Esa decisión no fue fácil, porque da temor contraer el préstamo y a veces entra la duda sobre cómo le vas a hacer frente. Si los ingresos serán los suficientes para poder cumplir con todos los gastos que el negocio requiere”, recuerda la emprendedora.

Fue así que adquirió esa primera máquina, aumentó a seis personas el personal que directamente le apoyaba en el negocio y empezó a ofrecer el servicio de bordados y confección a mayor escala.

“Vimos la aceptación de los clientes. Soñaba con poder cumplirles a cada uno, pues una de las cosas que más me ha gustado es mantener la calidad de los productos acabados y poder entender la necesidad de cada persona que viene y pide algo en particular”, expresó Ordóñez.

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A DIVERSIFICARSE

Entre 2003 y 2007 esta emprendedora se dio cuenta que las empresas además de solicitar los uniformes para oficinas, también necesitaban propuestas para el sector industrial. Es así que investigó lo necesario para confeccionar uniformes más especializados para sectores como la minería y construcción.

La demanda siguió creciendo, junto con la familia de Ordóñez, quien ya no tiene un hijo sino tres y se reparte el tiempo desde las 4:30 a.m. para alistar a sus hijos, llevarles al colegio y posteriormente al taller, del que sale pasadas las 7:00 p.m., pese a que su personal finaliza la jornada a las 5:00 p.m.

En 2007 Ordóñez Lazo, cuando ya había cancelado su primer préstamo y ya con mayor entendimiento de sus estructuras de costo y rentabilidad, solicitó un préstamo por 20,000 dólares para la compra de maquinaria con más cabezales y aumentar la fluidez en los pedidos.

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HAY QUE SABER NEGOCIAR

En ese momento, cuando Moda y Estilo Ordóñez recibía pedidos mayores y sin parar de trabajar, su propietaria tuvo que aprender a negociar con empresas grandes que eran prometedoras para la adquisición de nuevos contratos.

“Uno de los retos más grandes es el tema de la atención porque cuando uno va a las empresas grandes o te visitan, podés caer en la duda sobre la aceptación que vas a tener o no y eso eleva los nervios al momento de iniciar una plática y cerrar un contrato”, comentó.

Y entre la prueba y el error Ordóñez dejó la confección y se dedicó más a ofrecer sus productos en nuevos puntos, a saber negociar precios con empresas grandes y establecer una base de contactos a quienes les proveería posteriormente.

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QUIERE SU TIENDA Y EXPORTAR

Al consultarle a esta emprendedora sus planes de mediano y largo plazo, Ordóñez sonríe y respira profundo pues afirma que son muchos. Entre ellos, la apertura de una tienda de productos acabados, sean uniformes industriales o productos de seguridad, chaquetas o pantalones con cintas reflexivas o bien una línea de ropa para niñas: vestidos, camisas, shorts.

Pero también sueña con exportar cualquiera de esas líneas hacia Puerto Rico, donde existe un mercado potencial al que podrían vender.

Y ello sería una tarea en conjunto con otros dueños de negocios que forman parte de la Cooperativa Nicaragüense Textil (Conitex), donde Ordóñez es miembro.

“Sabemos que en el exterior nuestros productos tienen el potencial para posicionarse con éxito y fuerza. Nuestros acabados son muy buenos y la verdad es que la mano de obra es vital en ese sentido. Acá (Nicaragua) lo que necesitamos es importar de forma directa las telas para abaratar las estructuras de costos que tenemos y ser más competitivos”, expresó.

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Otro de sus sueños es la elaboración de las camisetas de cuello que entran al país de importación y que según Ordóñez, se pueden hacer bien en los talleres locales, siendo la materia prima el único impedimento que tienen para poder lograrlo.

Y entre el sonido de las máquinas de coser y el de las tijeras que cortan los rollos de tela, esta emprendedora cree que tener una actitud positiva y saber perseverar en todo momento, son la clave para alcanzar logros en los sueños que uno confía y en su caso, en el oficio que un día aprendió de la mejor: su mamá.

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Contacto

Moda y Estilo Ordóñez está ubicado de los semáforos de Enel Central 280 metros al sur y 20 metros al oeste, a mano izquierda.
Puede comunicarse con su propietaria al 22786079, 88524206, 89922512 y al correo electrónico: [email protected].

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