José Francisco tiene 20 años, es originario de Estelí, pero desde hace dos años vive en Managua. Dice que no recuerda cuándo, dónde y cómo comenzó a fumar, pero está consiente que lo hizo por curiosidad.
“Al inicio te fumas de uno a tres cigarros al día, pero luego vas aumentando la cantidad”, expresa este estudiante de Ingeniería en Sistemas mientras apaga su cigarro. Ahora se fuma casi un paquete por día. “Sé que es perjudicial para la salud, por eso estoy intentando hacerlo menos”.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el cigarrillo es un producto que anualmente cobra la vida de casi seis millones de personas en el mundo, de las cuales un millón corresponde a las Américas y solo el seis por ciento, de aquellos que han intentado dejar de fumar, logran hacerlo con éxito.
Pero, ¿qué postura tienen los expertos ante este mal? Durante el foro Nicotina sin Combustión: Productos de Nueva Generación, realizado en Bogotá, Colombia, por Portafolio y la casa editorial El Tiempo, dos médicos y un investigador debatieron sobre el tema.
ENTRE NICOTINA Y FUMAR UN CIGARRILLO
El doctor Konstantino Farsalinos, coordinador de investigación para los estudios de cigarrillo electrónicos en el Laboratorio de Biología Molecular e Inmunología del Departamento de Farmacología de la Universidad de Patras, Grecia, manifestó que es importante diferenciar entre nicotina y fumar un cigarrillo. “La nicotina es un alcaloide presente en muchas plantas, no solo en el tabaco”, mencionando a la papa, el tomate y la coliflor como ejemplos adicionales. Pero, al fumar un cigarrillo, este compuesto orgánico es el responsable de la adicción.
Agregó que el tabaco es la planta que posee mayor concentración de nicotina.
Para el jefe del Departamento de Servicios de Neumología de la Clínica de Marly en Bogotá, doctor Hugo Caballero, definitivamente hay un grupo muy importante de fumadores que a pesar de todos los intentos no dejan de fumar “y de tiempo atrás se sabe que una buena alternativa es todas aquellas sustancias que proporcionan nicotina que es lo que hace a la persona dependiente, no es el cigarrillo lo que lo hace a uno dependiente sino la nicotina y eso es lo que genera la adicción.
Añadió que en estos momentos tanto la Organización Mundial de la Salud como la Asociación Americana de Psiquiatría consideran que el tabaquismo es una enfermedad adictiva y como tal tiene que tratarse.
Por esa razón el doctor Germán Gómez, jefe de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Clínica de Marly, manifestó que no es solo tratar cifras, es tratar individuos que tienen un problema. “Hablamos de la parte científica pero también de la humana que es lo que nos interesa a nosotros como médicos”.
SIN COMBUSTIÓN
¿Cuál es la solución para reducir el riesgo en los fumadores? Sin duda, existen alternativas. Entre los ejemplos que expuso Farsalinos estaba el “snus” sueco. Este producto, aunque prohibido en Estados Unidos, se asemeja a mascar tabaco, contiene nicotina y se consume vía oral, poniéndolo debajo del labio superior.
El cardiólogo dijo que Suecia es uno de los países con mayor consumo de nicotina en la Unión Europea, pero es también el país con la tasa más baja de cáncer. ¿A qué se debe este fenómeno? Según dijo, eso lo explica el consumo del compuesto orgánico se realiza “sin combustión”. Otra opción potencialmente de riesgo reducido, son los cigarrillos electrónicos, los cuales “calientan” nicotina.
Lamentablemente la medicina no ha desarrollado un medicamento que cure los hábitos de fumar por completo, por eso, hay que utilizar todas las herramientas a la mano para reducir el daño”.
Dr. Konstantino Farsalinos
Desde su aparición en 2004, se han hecho innumerables estudios sobre el daño que podrían causar estos productos. No obstante, el doctor Farsalinos asevera que ha estudiado toda la literatura científica al respecto, y asegura que no hay evidencia de que el cigarrillo electrónico sea más dañino que el tradicional. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre fumar un cigarrillo electrónico y una dosis diaria de cigarrillos tradicionales? La respuesta está en que los cigarrillos electrónicos potencialmente reducen la exposición a los químicos dañinos que se generan con la combustión del tabaco. Por ejemplo, con la combustión de los cigarrillos tradicionales el fumador tiene exposición a la nitrosamina, el compuesto químico más carcinógeno en el tabaco.
“Fumar está matando fumadores, así que la gente que tiene que estar protegida por el gobierno son los fumadores; los no fumadores están ya siendo protegidos por la ley de no fumar en espacios públicos, la prohibición de publicidad del cigarrillo y muchas otras leyes”, dijo Farsalinos.
En Nicaragua la Ley 727, Ley para el Control del Tabaco, establece la prohibición de fumar en los lugares públicos y de que los dueños y administradores de los diferentes locales sean responsables en la implementación y el cumplimiento de las medidas de control.
“No podemos culpar al fumador porque fuma, así como no podemos culpar al bebedor porque bebe”, dijo el doctor Caballero.
“Cuando fumo siento una sensación de relajación sino ando inquieto todo el día”, dice José Francisco, el estudiante de Ingeniería en Sistemas mientras enciende otro cigarrillo.
TABACO CALENTADO
“Desarrollar productos potencialmente menos nocivos, es hoy en día, mucho más que una simple ilusión, el progreso actual de la ciencia y la tecnología combinado con la demanda de los consumidores hacen de esto una posibilidad concreta”, dijo Leopoldo Sanz, Director de Asuntos Corporativos para Centroamérica en Philip Morris Internacional.
Y para lograr ese objetivo la empresa realizó la presentación a nivel regional en cuanto a productos de nueva tecnología, de la línea IQOS, donde el tabaco es calentado electrónicamente.
¿Cómo funciona? El producto del tabaco se calienta con el dispositivo a un rango de temperatura por debajo de los 350 grados celsius, muy por debajo de la temperatura requerida para que se produzca el proceso que lleva a la combustión del tabaco, que ocurre por encima de los 400 grados.
De hecho el tabaco en contacto directo con el calentador alcanza una temperatura media de 280 grados a una distancia de 0.2 milímetros de la superficie de los elementos de calentado.
“Los fumadores deben comprender que no se trata de un producto libre de riesgo. La mejor forma de reducir el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco es dejar de fumar”, explica Sanz.